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AINGERU MUNGUÍA
Martes, 13 de julio 2010, 09:57
De San Juan a Santiago, o quizá San Ignacio. Al sexto puente parece que le cuesta terminar su obra. A principios de junio, la concejala de Obras y Proyectas anunciaba la apertura de esta infraestructura para finales de ese mes, pero la huelga de la construcción, primero, y la necesidad de asfaltar un tramo entre el final del puente y la propia autovía, después, van a dilatar la inauguración hasta finales de mes.
«La obra está terminada», insisten desde hace días los responsables de Obras y Proyectos. Pero el puente no se puede abrir porque una vez atravesado hay 20 metros de calzada sin la última capa de 10 centímetros de asfalto, un tramo bajo el vial de borde que conectará a los vehículos bien con el bucle que les llevará hacia la variante (sentido Irún) bien con la propia Autovía del Urumea.
Los coches que atraviesen el sexto puente tendrán además una entrada a Amara Osinaga, un acceso que vendrá bien a los amaratarras que estén en Gros o Egia y que ya no deberán atravesar el Centro, Sancho El Sabio y la avenida de Madrid para llegar a su casa. Los vecinos están comprobando todos estos extremos porque, como otros que han vivido muchos meses junto a una obra, cuando llega el final del trabajo y los obreros se van los fines de semana ellos se saltan el vallado y hacen que no ven el letrero: «Prohibida la entrada a toda persona ajena a la obra». Este pasado fin de semana se podía ver a curiosos, parejas, padres con sus hijos, o ciclistas sobre los cuatro carriles del puente. La ausencia de vallado en el acceso de las calles Consulado y Corsarios Vascos a la Autovía del Urumea facilitaba esta invasión de la obra. Las verjas colocadas en el extremo del puente para impedir el acceso eran fácilmente superables por quienes no se conformaban con otear desde lejos.
Los cuatro carriles -dos para enfilar hacia la Autovía del Urumea y otros dos para coger la dirección Irun- están ya señalizados en la calzada. Cinco bancos con vistas aguas abajo del río esperan a que se les retire el embalaje, junto a la barandilla de acero y cristal. El suelo de la acera peatonal del puente está formada por listones de una madera sintética. La iluminación artificial está, pero no se ve. Las luces están mimetizadas en la barandilla, en el suelo del puente, y en la gran viga color granate que separará a peatones y ciclistas del tráfico rodado. Esta estructura metálica cobija en su alero superior unos focos verticales que iluminarán la zona peatonal, mientras en el otro lado unas luminarias más potentes se dirigirán hacia la calzada.
Los vehículos llegarán hasta el sexto puente desde el puente de Mundaiz y la prolongación del paseo Federico García Lorca. A partir del quinto puente (en construcción) será una calzada de tres carriles que se convertirán en cuatro vías poco antes de llegar al sexto puente. Fuentes de Obras y Proyectos indicaron que está previsto que la contrata de la Autovía del Urumea asfalte esos últimos 20 metros a partir del día 22 con lo que para ese fin de semana el sexto puente podría abrirse al tráfico, al menos los dos carriles sentido Irún y el acceso a Amara Osinaga. El tramo Martutene-sexto puente de la Autovía del Urumea no se inaugurará hasta finales de agosto.
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