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FERNANDO SEGURA
Viernes, 16 de julio 2010, 10:50
El puerta a puerta es un desastre sin paliativos. Al menos, esta es la opinión de cuatro concejales de Usurbil, Hernani y Oiartzun, pertenecientes a PSE, PNV y H1!, sobre el funcionamiento de este sistema de recogida de basura. Esas tres localidades, gobernadas por ANV, son las únicas que de momento lo han implantado.
El cambio que se producirá en la dirección de la Mancomunidad de San Marcos en las próximas semanas ha vuelto a reavivar la polémica sobre el tratamiento de residuos. El control de la entidad, en manos de EB y ANV desde el inicio de la legislatura (2007), pasará a estarlo en las de PSE, PNV y H1!. Los que apoyan el puerta a puerta se encontrarán en minoría frente a los que sustentan el Plan de Residuos, que incluye la incineradora.
Este periódico publicó ayer las opiniones de cuatro cargos públicos defensores del puerta a puerta. Hoy toca el turno a cuatro concejales contrarios a este sistema.
Usurbil fue la primera localidad en implantar el puerta a puerta (marzo de 2009). Luis Mari Ormaetxea, concejal de H1!, no tiene pelos en la lengua al describir la situación. «Esto es un desastre y una ruina. La gente esté muy cabreada, otra cosa es que no lo exterioricen, pero el enfado es palpable».
Ormaetxea subrayó que el problema económico para el municipio será de calado. «Ya no estamos ante una cuestión de que sea antiestético, de que haya malos olores o de que nos guste más o menos. Estamos ante un sistema que va a provocar la ruina del Ayuntamiento. En 2007 el gasto de la recogida ascendió a 600.000 euros, en 2008 a 700.000 y en 2009, el año en que arrancó el puerta a puerta, llegamos a 1.300.000 euros, es decir, el 10% del presupuesto municipal gastado en este tema».
Ormaetxea confía en que el cambio de gobierno en la Mancomunidad sirva para «realizar una auditoría en profundidad. Queremos saber cuánto dinero ha destinado la Mancomunidad de San Marcos para promocionar el puerta a puerta».
Hernani se sumó a este sistema en mayo. La alcaldesa ha afirmado que el 81% de la basura se recoge de forma selectiva.
Andoni Amonarriz, concejal del PNV, resta validez a este dato. «Sólo es un lema. Lo van repitiendo y creen que así se convertirá en una realidad. Ellos sabrán de dónde lo han sacado. Nosotros les hemos pedido información y nos la niegan. Los únicos datos que han salido a la luz los dio la alcaldesa en rueda de prensa. De aquella comparecencia se deduce que el 48% de los residuos han desaparecido de Hernani, es decir, se han llevado a otros municipios».
Amonarriz asegura que los vecinos están enfadados. «Buena prueba del cabreo se produjo el día de la huelga general. La alcaldesa emitió un bando pidiendo que no se bajaran los cubos ese día. La realidad fue que Hernani amaneció sembrado de cubos y bolsas en los postes. Si la gente está contigo, te hace caso, pero si está enfadada, hace lo contrario de lo que les dices».
Suciedad en las calles
El concejal añade que la suciedad en la calles es manifiesta. «Antes del puerta a puerta, se recogían 450 kilos semanales de residuos que quedaban en la calle después de recogerse la basura. Ahora, en una semana se llevan 4.500. Está claro que muchísima gente deja la basura en el suelo, en las papeleras... donde mejor le viene».
Amonarriz también subraya el «agujero» económico que se avecina. «Antes el servicio se hacía con ocho trabajadores, ahora son catorce. El déficit va a ser de un millón de euros al año. Este servicio es una mentira que sólo sirve de bandera a la izquierda abertzale».
José Ramón Chica, concejal socialista, comparte las palabras de Amonarriz. «Hablan de un 80%, pero no podemos contrastar nada. Una cosa sí es evidente, parte de la basura ha desaparecido».
Chica señala que el servicio deja mucho que desear. «Hoy mismo (por ayer), cuando me dirigía a las 5,30 de la tarde a la Casa del Pueblo, el olor en la calle era asqueroso. Lo que ocurría es que por la noche tocó bajar el cubo de los restos de comida y, por la razón que fuera, en algunas zonas por la tarde seguían sin vaciarse».
Otro ejemplo del mal funcionamiento se encuentra en los puntos limpios. Estos lugares se han habilitado para que aquellas personas que por una causa excepcional no pueden dejar la basura en su poste, dispongan de un lugar donde depositarla. «Al principio -explica Chica- se podía entrar sin llave. El resultado fue que se convirtieron en pequeños vertederos. Ahora sólo se accede con llave. El resultado es que la basura se acumula fuera».
Oiartzun ha sido el último municipio en incorporarse al sistema. Aitor Sánchez, concejal de la plataforma Oiartzun Bai, formada por PNV y H1!, coincide con los otros concejales en el oscurantismo de los Gobiernos municipales. «Carecemos de datos, no nos los dan».
Por lo que respecta al funcionamiento, indica que todavía es pronto para realizar una valoración, aunque añade que «desde un punto de vista estético, el resultado es nefasto. Basta pasar por Ugaldetxo cuando están todas las bolsas colgadas para darse cuenta del efecto».
Sánchez cree que de momento el Ayuntamiento está actuando con cierta manga ancha. «Parece que no aprietan en el tema de horarios y tampoco en las multas a quien lo hace mal. No obstante, habrá que esperar para ver cómo evoluciona en los próximos meses».
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