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JAVIER SADA
Domingo, 18 de julio 2010, 05:18
Un repaso a la historia de San Sebastián en busca de sucedidos relacionados con la fecha de hoy permite hacer diversas paradas para recordar algunos que resultan curiosos e interesantes. El año 1663, gracias al legado de Simona Lajust, viuda de Juan de Amézqueta, se fundó el colegio de las Carmelitas Descalzas en San Sebastián. En 1833 nació en Mondragón, Pedro Viteri Arana, en cuyo testamento figuraban distintas mandas para construir colegios en la provincia, entre ellos el que en San Sebastián lleva su nombre. En 1867 se colocó en la fachada de Santa María la escultura que representa a San Sebastián. En 1887 comenzó a funcionar en la ciudad el transporte público movido a sangre, es decir, el tranvía arrastrado por caballos. Una R. O. de 1925 incautaba el edificio del Gran Kursaal a beneficio del Ayuntamiento, previo depósito de 250.000 pesetas como fianza por los destrozos que pudieran causarse. En 1961 realizaron su servicio, cubriendo la línea Venta Berri-Igueldo, los primeros autobuses de dos pisos traídos de Inglaterra.
También un día como el de hoy de 1913, después de largas y costosas gestiones, quedaba inaugurada la Fábrica de Tabacos de Atocha.
El tema venía de lejos. Suprimidos los Fueros por aquello que se llamó Unidad Nacional, muchas personas que se dedicaban a la fabricación de tabaco corrían el riesgo de quedar sin trabajo, motivo por el que el Ayuntamiento gestionó, y consiguió, el que en San Sebastián se abriera una Fábrica de Tabacos. Provisionalmente, quedó instalada en la calle Garibay y en ella llegaron a trabajar hasta 700 personas, pero siendo insuficientes sus instalaciones se decidió construir un nuevo edificio cerca de la plaza de toros de Atocha.
Tras diversos acuerdos sobre permuta de terrenos y repartición de costos, en 1888 quedó aprobado el proyecto con un presupuesto de 1.250.748,31 pesetas que sería cubierto por el Ayuntamiento y la Compañía Arrendataria de Tabacos.
Se subastaron las obras, comenzó su ejecución y se designó la plantilla, pero pronto se dieron cuenta que la envergadura del proyecto superaba todo lo calculado. Demasiada obra para lo que de ella se esperaba: a fin de cuentas, tan solo era una fábrica de tabaco, y comenzaron los retrasos. El Ayuntamiento que se negaba a poner más dinero sobre la mesa, la Compañía que tampoco estaba por la labor, y una eterna paralización del proyecto invitó a buscar nuevos destinos al edificio. El Ayuntamiento hizo gestiones ante el ministro de la Guerra por si le interesaba destinarlo a cuartel, cediéndole todos los derechos que le correspondían, y aunque el Ejército llevaba tiempo buscando nuevo emplazamiento para sus tropas no aceptó la sugerencia.
El año 1905 el edificio volvió a conocer un posible cambio en su destino. Resultó que Martín Urrutia Ezcurra, afincado en México, pasó por San Sebastián y conocedor del asunto propuso hacerse cargo del mismo para dedicarlo a industria textil ofreciendo un millón de pesetas pagaderas en diez años.
Las 533 cigarreras que en aquel momento trabajaban en la fábrica montaron en cólera y con el apoyo de la Liga de Propiedad Industrial y Comercio solicitaron se siguiera con el proyecto inicial. Así las cosas, en 1911 se terminaron las obras, en 1912 se dio la orden de traslado desde Garibay hasta Eguia y el 18 de julio de 1913 la nueva Fábrica de Tabacos abría sus puertas.
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