Schuss regresa 40 años después

Nació en Gipuzkoa en los años 50, concretamente en la localidad de Pasajes. Desapareció en los 70. Triunfó como bebida refrescante de limón y luego lo hizo con el sabor a naranja, primero en el País Vasco y más tarde en el resto de España. La familia fundadora de la empresa, muy aficionada al esquí, bautizó al producto como Schuss, una palabra alemana que en el argot del deporte rey de la montaña significa «esquiar rápidamente en línea recta». El refresco resucitó ayer en Donostia de la mano de Coca Cola, gracias a un acuerdo entre dicha empresa y la guipuzcoana Norbega, planta embotelladora de la primera.

Schuss se distribuirá de momento sólo en el País Vasco, y a partir de septiembre también en Navarra, Burgos, Cantabria y La Rioja. Norbega será el primer y único embotellador de todo el Estado que fabrique y distribuya esta 'nueva' bebida.

Asimismo, en principio, el producto está dirigido sólo al canal de la hostelería: restaurantes, cafeterías bares... Aunque si las ventas cumplen y el consumidor lo demanda, se podría colocar también en otras líneas de mercado. El refresco se distribuye ya en botellas de cristal rellenable de 200 centilitros.

A la presentación del producto acudieron José Miguel Lanzagorta, director general de Norbega, y Carlos Chaguaceda, director de Coca Cola para las Relaciones con los Medios. Lanzagorta aseguró que la puesta en marcha del producto después de más 40 años «es un sueño» que han estado «persiguiendo desde hace mucho tiempo».

Reto a largo plazo

Las expectativas de venta del nuevo refresco se cifran en un millón de botellas hasta final de año. Sin embargo, según manifestó Lanzagorta, «Schuss es un reto a largo plazo». «Nuestro objetivo es alcanzar el 20 % de cuota en hostelería, que creo que es fácilmente conseguible, aunque tengamos que pelear y luchar mucho», apostilló.

De momento, y aunque el producto se lanzó ayer, todavía no se ha fijado un precio final de venta. Es el propio Lanzagorta quien asegura que «dependerá de los establecimientos, no tenemos las mismas condiciones con todos los clientes». Pero sostiene que el precio «estará en torno al de la Fanta».

La nueva bebida es más ácida y contiene menos azúcares que su compañera de embotelladora, Fanta. Sin embargo, y pese a lo que pueda parecer en un principio, no habrá una competencia directa en el mercado: «Nosotros buscábamos un producto cítrico en el norte de España que complementara a los nuestros. Entonces pensamos en Schuss, porque creemos en los productos pegados al terreno», explicó Chaguaceda.

La planta embotelladora Norbega proporciona actualmente empleo, de forma directa o indirecta, a más de mil trabajadores. Gracias a la elaboración de este producto, y en función del éxito que tenga entre el consumidor, según expuso Lanzagorta, «si funciona supondría más turnos de producción y habrá más personas contratadas».

Los refrescos conservarán la imagen con la que fueron lanzados en los años 50 y que todavía permanece en la memoria de muchos consumidores: un limón sonriente con gorro blanco. A diferencia del antiguo logotipo, esta vez el limón no será amarillo sino blanco y su tamaño también será más reducido que el de hace cuarenta años. «Mantendrá la esencia de marca tradicional y entrañable», sentenció Chaguaceda.