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ÓSCAR B. DE OTÁLORA
Miércoles, 8 de septiembre 2010, 12:02
ETA no cesó el chantaje a los empresarios vascos en el presunto tiempo en el que había decidido detener las «acciones armadas ofensivas». Según datos a los que ha tenido acceso este periódico, incluso en agosto hubo industriales que recibieron cartas amenazantes en las que ETA le exigía el pago de determinadas cantidades, que en algunos casos sobrepasaban los 400.000 euros. En la mayoría de los casos detectados se trata de recordatorios de anteriores amenazas.
Este dato confirma las sospechas que ya tenían las fuerzas de seguridad. El comunicado del domingo no tenía en cuenta para nada la extorsión, que, según todas las hipótesis, se mantendrá durante los próximos meses, tal y como ha sucedido en anteriores parones de ETA. En este sentido, en todas las treguas la extorsión ha continuado. En la última, la de 2006, modificó el texto amenazante que utiliza de forma habitual y empleó expresiones en las que reclamaban aportaciones voluntarias. Pero la extorsión continuó.
El hecho de que las cartas hayan llegado en agosto confirma la información publicada ayer por este periódico en la que las autoridades francesas no dudaban en señalar que el aparato de extorsión de la banda «funciona alegremente» y la organización «está forrada de pasta». En este sentido, las fuerzas de seguridad a ambos lados de la frontera mantienen sus recelos hacia la actitud de ETA y creen que utilizará este movimiento para intentar reorganizarse e intentar superar su actual situación de máxima debilidad.
Críticas de los empresarios
Los distintos cuerpos policiales ya detectaron en mayo una oleada sin precedentes en el envío de cartas de chantaje. En ese caso, no sólo eran misivas como recordatorios, sino que se incluyeron también nuevos chantajeados.
Según los analistas de las fuerzas de seguridad, una de las debilidades de ETA es precisamente el aparato de extorsión, ya que las sucesivas operaciones policiales han desmantelado algunas de las redes creadas por los terroristas para cobrar el chantaje a los empresarios. En abril, las fuerzas de seguridad detuvieron a diez personas en Vizcaya y Gipuzkoa -entre ellas abogados de la izquierda abertzale y ex etarras- en una investigación que se extendió a las redes de cobro de la extorsión.
La patronal vasca, Confebask, ya criticó el lunes que el mensaje de ETA no incluyera ninguna referencia a que su parón fuese definitivo «ni una renuncia expresa al mantenimiento de cualquier amenaza chantaje o extorsión». En anteriores altos el fuego, uno de los puntos de tensión ha sido siempre el mantenimiento de las amenazas a empresarios, al poner en entredicho las intenciones de ETA.
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