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Manifestación que se llevó a cabo el pasado domingo en el barrio de Zikuñaga de Hernani. :: JUANFER
Manifestación por una 'virgen negra'
IMÁGENES RELIGIOSAS

Manifestación por una 'virgen negra'

Vecinos de Hernani se movilizan para intentar recuperar a la virgen de Zikuñaga

FELIX IBARGUTXI

Domingo, 12 de septiembre 2010, 05:33

Hace justo una semana se produjo en Hernani una escena poco habitual en estos tiempos: un grupo de personas, con pancarta incluida, hicieron una manifestación para pedir que se devuelva la imagen de la virgen de Zikuñaga, y se reconstruya aquella ermita. La imagen desapareció en 1979, un Jueves Santo, y la ermita fue desmantelada en 1987.

Era una de las llamadas «vírgenes negras». Una vieja leyenda habla de siete vírgenes negras que salieron de la ermita de San Sebastián de Ataun para ir a instalarse en otras tantas ermitas de Gipuzkoa. Luis Pedro Peña Santiago escribió un libro titulado 'Las siete vírgenes negras de Gipuzkoa', en el que manifiesta que esa vieja ermita de San Sebastián en Ataun pudo estar cerca del caserío Otadizelai.

Hace 31 años alguien robó la imagen de la virgen de la ermita de Zikuñaga en Hernani. El asunto no está olvidado, y desde hace unos meses dos comisiones están intentando concienciar a los hernaniarras. La rumorología está disparada, el foro municipal de internet también echa chispas, vuelve a hablarse de que esa virgen está escondida a pocos kilómetros de Hernani y vuelve a relacionarse la desaparición de la talla con la ampliación de la empresa papelera situada allí mismo, pero no hay grandes novedades que se diga.

La historia es larga y triste. El 4 de julio de 1974 se escrituró la compraventa del terreno sobre el que estaba edificada la ermita de la virgen de Zikuñaga. Ese terreno pasó de las manos del Obispado a los de la Papelera de Zikuñaga. Firmaron el vicario general de la diócesis, José Elgarresta, y el representante de la papelera, Jaime Echevarría. El Obispado vendió el solar pese a que la virgen era desde 1954 patrona de la localidad de Hernani, y sin informar previamente al Ayuntamiento. Al enterarse de la compraventa, las autoridades civiles del consistorio hernaniarra emitieron una nota de rechazo y de protesta e incluso llevaron el asunto a los tribunales.

Se dio por hecho que la papelera emplearía ese terreno para ampliar sus instalaciones, y que la ermita sería desmontada y trasladada a otro lugar. De hecho, la papelera guardó las piedras, bien numeradas, y compró otros terrenos no lejos de allí, que parecían destinados a esa reedificación. Se trataba de unos terrenos del caserío Andola.

La ermita se desmanteló en 1987 y nunca más ningún responsable de la empresa papelera ha declarado que se vaya a reedificar. Antes, en 1979, se produjo el robo de la talla, y según muchos hernaniarras no estaríamos ante una acción de ladrones de ermitas para vender luego el género a algún anticuario. Una carta al director publicada en este periódico decía que los hernaniarras ya saben quiénes son los autores del «expolio».

La última función religiosa celebrada en esa ermita fue a las 7 de la mañana del martes 10 de septiembre de 1985. El etnógrafo Antxon Aguirre Sorondo estaba allí y lo contó así: «El oficio, dicho íntegramente en euskera y con canciones, corrió a cargo del mismo párroco de Hernani. No hubo homilía. Al finalizar el rito se entonó el 'Agur Jesusen Ama'. Varias personas no pudieron contener las lágrimas». Ya se sabía que la ermita sería desmontada en un futuro próximo, y además faltaba la virgen desde hacía 6 años.

El vecino José Manuel Arrizabalaga es miembro de una de las comisiones de Hernani que intentan ahora que se reedifique la ermita y que se restituya la virgen. «A la manifestación fuimos poca gente, pero esto no ha hecho más que empezar. A mí me impresionaron dos mujeres, que cantaron una canción de esa virgen», nos ha comentado.

Muchas teorías

Esta imagen de la virgen -que en 1954 fue declarada patrona de Hernani- era de un color muy oscuro. La tradición popular la incluía entre las llamadas «siete vírgenes negras de Gipuzkoa».

El asunto de las vírgenes negras da para muchas interpretaciones. Tomamos como guía la obra de Peña Santiago 'Las siete vírgenes negras de Gipuzkoa' (Txertoa, 1992). Para el escritor y montañero donostiarra, esas vírgenes estaban (y algunas siguen) en ermitas que jalonan varias rutas que atravesaban Gipuzkoa hacia Compostela. El escritor contabilizó hasta ocho: Juncal (Irun), Guadalupe (Hondarribia), del Coro (Donostia), la Virgen Negra de San Sebastián, Itziar, Zikuñaga, Zabaleta (Urretxu) y Zabale (Bedoña).

Esa antigua virgen negra de San Sebastián estuvo antiguamente en la iglesia de Santa María, pero luego pasó al convento de San Telmo, y a mediados del siglo XX fue trasladada a otro convento de los dominicos, en León.

Hay diferentes teorías. Varios autores consideran que es debido al humo de las velas que se ofrendaban a las imágenes. Otros dicen que adquirieron ese color porque la madera, con el tiempo, tiende a oscurecerse, como se puede apreciar en las viejas vigas de los caseríos. Hay quien piensa que se oscurecieron porque en época de guerras fueron enterradas, para preservarlas. También hubo quien dijo que estas tallas marianas tienen influencia de ciertos antiguos iconos bizantinos. Lo cierto es que abundan las vírgenes oscuras, algunas tan famosas como la 'moreneta' de Montserrat o la patrona de Polonia, la de Czestochowa.

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