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JAVIER FRÍAS
Jueves, 7 de octubre 2010, 04:50
La Hacienda Foral de Gipuzkoa propone incentivar fiscalmente la participación de los trabajadores en la propiedad y gestión de las empresas. Entre las propuestas que actualmente tiene en estudio figura la de rebajar el tipo nominal del Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios obtenidos por las compañías. El anuncio fue hecho ayer por el diputado titular de dicho departamento, Pello González, en el transcurso de la jornada internacional organizada por la Diputación sobre participación de las personas en la empresa y que se celebró en el Parque Tecnológico de Miramón.
La citada rebaja del Impuesto de Sociedades (actualmente el 28% para el tipo general y el 24% para las pymes) trataría de aproximarlo o igualarlo al de las sociedades cooperativas, cuyo tipo nominal es del 20%, para aquellas empresas en las que los trabajadores participen por encima de determinados porcentajes en el capital social de la compañía. Otras medidas en estudio estarían dirigidas a sociedades mercantiles y civiles cuyo objeto social sea la tenencia de acciones de determinada empresa por parte de sus trabajadores. Igualmente, se implantarían nuevos incentivos para las rentas en especie que tienen como objetivo acceder a la condición de accionista o socio.
Por su parte, el diputado de Innovación y Sociedad del Conocimiento, José Ramón Guridi, que también intervino en la citada jornada, señaló que había que establecer un mínimo, por ejemplo un 25%, de propiedad de la empresa a vender a los trabajadores para poder acogerse a los incentivos. Fijado dicho límite, propuso que se ofrecieran incentivos crecientes al vendedor, en función de que el número de personas a quienes se dirige la oferta sea mayor (más incentivos si se hace la oferta a todo el personal que si se hace a los directivos tan sólo).
Abrir el debate
Asimismo, Guridi se mostró partidario de establecer incentivos a los trabajadores de la empresa que participen en la compra de la propiedad de la misma, equivalentes a los incentivos por inversión en una EPSV; incentivos a la empresa en forma de deducciones del Impuesto de Sociedades por sus aportaciones al fondo de participación de los trabajadores, e incentivos a las ampliaciones de capital a suscribir por los trabajadores.
Ambos diputados forales, pertenecientes a Hamaikabat, insistieron en que se trata de abrir un debate entre los agentes sociales, económicos y políticos vascos para llegar a acuerdos para regular la participación de los trabajadores tanto en la gestación de los proyectos de una empresa como en su gestión, en sus resultados y en la propiedad de la misma, como clave del presente y del futuro desarrollo económico de Euskadi.
Guridi destacó el protagonismo creciente de las personas en la sociedad del conocimiento y elogió la experiencia de las ESOP (Plan de participación accionarial de los trabajadores en las empresas, en sus siglas en inglés) en Estados Unidos, que había sido expuesta con anterioridad por Loren Rodgers, director del National Center for Employee Ownershipp, y que ya anticipó el martes en rueda de prensa (ver DV de ayer).
Ventajas
«La experiencia de las ESOP -aseguró el diputado de Innovación- nos permite generar nuevas oportunidades y fórmulas muy flexibles para el relevo generacional, incentivando soluciones para la continuidad del proyecto empresarial manteniendo el poder de decisión local y el compromiso mutuo entre las personas y el proyecto empresarial».
Por su parte, el diputado de Hacienda citó como ventajas generales de la participación financiera de los trabajadores en sus empresas un mayor equilibrio social, el aumento de la motivación y la vinculación de la plantilla en los resultados empresariales, la mejora de la situación financiera de las compañías y el mantenimiento del patrimonio empresarial en Gipuzkoa, evitando las deslocalizaciones.
En el caso concreto de las empresas, en opinión de Pello González, los beneficios para las compañías abarcarían la mejora de su competitividad al aumentar la implicación de los trabajadores, el incremento de la calidad en la gestión y la productividad, favorecería la obtención de capital externo y aseguraría la continuidad de la empresa. En cuanto a los trabajadores, aumentarían su poder adquisitivo y su patrimonio, asegurarían sus puestos de trabajo, se sentirían mejor valorados y, en situación de crisis, disminuiría la conflictividad laboral.
Finalmente, el diputado de Hacienda enumeró los incentivos a la participación de los trabajadores en el modelo fiscal actual por entrega de acciones por las empresas a sus empleados como retribución del trabajo, que se centran fundamentalmente en la tributación por IRPF y por Impuesto de Sociedades.
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