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A. G. E.
Lunes, 1 de noviembre 2010, 02:47
En noviembre cumplirá dos años de su llegada a la secretaría general de ELA. ¿Puede hacer balance?
-En clave interna, ha sido una gran satisfacción porque con el equipo de gente con el que trabajo estoy muy a gusto. En clave externa, se ha vivido una coyuntura tremendamente complicada con una crisis que está afectando a derechos laborales y sociales, que nos ha obligado a tomar iniciativas y a desarrollar un grandísimo trabajo, entre otras cosas a gestionar un montón de EREs.
-¿Qué defiende ELA que hay que hacer en el tema de la fiscalidad?
-Aquí hay que hablar de Gipuzkoa Aurrera, donde están todos y hay un común denominador: que no se tome ninguna decisión que perjudique a ninguno de ellos. Está el poder económico igual que en Navarra. ¿Y en qué consiste eso? En cierto modo, en privatizar la decisión pública, que sea el mundo económico el que diga lo que hay que hacer. En los temas económicos y sociales no quieren contar con los sindicatos, son una élite que toma decisiones a escondidas, que no rinde cuentas y que basa su forma de gobernar en hurtar información y debate a la sociedad para adormecerla. Sabemos más de Belén Esteban que de la fiscalidad. Y en la CAV, hay un margen de muchos puntos de presión fiscal con la media europea, tantos como 8.000 millones de euros, que se podrían recaudar si tuviéramos aquí la presión fiscal media.
-¿Cómo se va a gestionar el nuevo Lanbide?
-No tenemos ninguna información ni tampoco en relación al personal que va a estar en Lanbide. Y hay mucha gente preocupada. Los que son del Gobierno, los que son del Inem... Sólo sabemos que han hecho un ente público que, en función de su concepción, permite hacer cosas como subcontratar más fácil y privatizar cosas más fácil. Y también lo han acordado en el diálogo social. En relación a ese diálogo social, además, creo que la foto actual es tan cruda que les está costando aparecer juntos últimamente.
-CC OO y UGT anuncian nuevas movilizaciones con una gran manifestación el 18 de diciembre. ¿ELA va a compartir esa protesta o hará otra convocatoria?
-Nosotros hicimos la huelga el 21 de marzo, pusimos en marcha un decálogo con la mayoría sindical, hemos hecho la huelga del 29 de junio... Las huelgas generales son necesarias porque marcan una referencia colectiva muy importante y nosotros somos rehenes de las referencias colectivas.
-Por primera vez han firmado el convenio del Metal. ¿Es un cambio de estrategia o algo coyuntural?
-No hay ningún cambio de estrategia. En esta negociación hemos conseguido que la ultractividad no se modifique, que la jornada no se incremente, los salarios subirán IPC más 0,5 y no habrá ni un minuto más de flexibilidad en el convenio de la que ya existía en el anterior. Lo que sí hay que decir es que esa negociación ha sido posible porque ha habido movilización. La militancia ha trabajado un montón, ha sido una lucha ejemplar.
-Se ha iniciado el periodo concentrado de elecciones sindicales, ¿qué perspectivas tiene ELA?
-En un sindicalismo a cuatro, tenemos un 40% en la Comunidad Autónoma Vasca y un 21,5% en Navarra. Mantener ese 40% es un exitazo.
-¿Qué reclaman en el terreno de las pensiones?
-Más allá de lo que se cuente, como bien explica Botín, eso es un negocio en el que, en la medida en que se bajen las prestaciones públicas, nos obligan a contratar fondos de pensiones privados que son los suyos. Hay una operación para que los fondos privados se hagan con el negocio de las pensiones. A partir de ahí, contestaremos a lo que venga. Con una premisa muy importante, nosotros no somos partidarios del Pacto de Toledo porque entre los que lo componen tienen una premisa inaceptable de que las pensiones públicas no se pueden pagar con fiscalidad, sólo con cuotas. Y en estos momentos el gasto en pensiones en el Estado no está entre los más altos.
-¿Y la edad de jubilación?
-No hay que aumentarla. Es una insensatez en una sociedad donde la gente no accede al empleo porque no encuentra oportunidades.
-¿Se va a sufrir mucho con la reforma laboral?
-Sí. La reforma laboral significa más precariedad y gratis, además de lo que les han regalado, ya que cuando el Estado interviene para romper los equilibrios a beneficio de la patronal, al sindicalismo le complica mucho la existencia. Cuando a la patronal se le da todo, no tiene necesidad de negociar y por eso son necesarias las huelgas.
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