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XABIER GALARTZA
Sábado, 6 de noviembre 2010, 03:44
Después de vivir un intenso partido y un final de infarto, el Arrate se hizo acreedor de una victoria que representa una bombona de oxígeno en su afán por salir del pozo.
El inicio del partido no fue demasiado alentador, teniendo en consideración que fue el Toledo quien llevó la iniciativa en el marcador, salvo cuando el electrónico reflejó el 4-3 al filo de los diez minutos, merced a un certero lanzamiento de Sergio Berrios.
Después de mantener una pugna muy equilibrada, el panorama se tornó un tanto oscuro cuando a falta de diez minutos para el paso por el ecuador la escuadra toledana cogió una peligrosa renta de tres goles (7-10), que felizmente fue anulada de inmediato por una combativa escuadra albiazul. En concreto, fueron Tin Tokic, Petricevic, Szabo y sobre todo Sergio Berrios quienes devolvieron la tranquilidad a sus compañeros tras responder con un contundente parcial de 6-0, lo que les permitió marcharse a los vestuarios con una alentadora renta de tres goles (13-10).
A pesar de haber logrado mejorar la efectividad de los lanzamientos desde los seis metros respecto a las últimas comparecencias, durante los primeros veinte minutos parecía que este esfuerzo resultaba insuficiente para meter en cintura a un Toledo obstinado en estrenar su casillero.
Felizmente, estas dudas se despejaron a partir de ese momento. El brillante reajuste defensivo efectuado por la plantilla eibartarra fue el detonante de la recuperación al provocar que el Toledo sufriera una sequía goleadora durante los últimos diez minutos de la primera parte.
En la reanudación, la afición confiaba en que su Arrate mantuviera el tirón, y estos no le defraudaron. Los albiazules fueron capaces de apropiarse del control de la contienda y de mantener a una prudente distancia a un Toledo que se resistía a claudicar y reconocer que, por ahora, el cambio de entrenador no era suficiente revulsivo para evitar seguir coleccionando derrotas. Pero esta situación sólo se prolongó hasta los últimos diez minutos para la conclusión, momento en el que el Arrate disfrutaba de una suculenta renta de cuatro goles (26-22).
Sin embargo, seguidamente fue víctima de la misma medicina que recetó en la primera mitad al ver cómo el Toledo se metía de nuevo de lleno en la contienda al equilibrar el partido de nuevo (26-26) merced a un parcial de 0-4.
La tensión y los nervios pasaron a cobrar mayor protagonismo en esta recta final del encuentro. El gol decisivo (29-28) llegó a falta de un minuto desde la posición de pivote, obra de Beljanski. Los últimos segundos fueron eternos. El Arrate defendió con uñas y dientes una escueta renta que le ha sabido a gloria. Su cerrojo defensivo impidió al Toledo tirar en condiciones. Al final, con el cronómetro a cero lanzó fuera la falta que les fue decretada.
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