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Ciudadanos

«Los magos no somos magos sino ilusionistas. Ilusionistas porque creamos ilusiones»

Jose Manuel Goikoetxea. El fotógrafo prestidigitador

Begoña del Teso

Jueves, 25 de noviembre 2010, 03:36

Es fotógrafo vicetesorero de la Sociedad Fotográfica de Gipuzkoa, amén de miembro de la Junta Directiva de la Confederación Española de Fotografía. Estuvimos con él en las celebraciones en Logroño del hermanamiento entre las sociedades fotográficas de Gipuzkoa y La Rioja. Salimos de Donostia a las ocho de la mañana. Él había estado hasta las dos en la sede de la Asociación Guipuzcoana de Ilusionismo, Xixka, disfrutando de cómo uno de los grandes, Juan Luis Rubiales, gaditano, les mostraba juegos nunca antes vistos en la calle Eustasio Amilibia.

Dicen que es usted capaz de hacer aparecer muchos billetes a partir de uno solo...

Sí. Producción de billetes se llama el juego.

Bonito eufemismo. Yo creí que se definía cmofalsificación. O timo. Pero no está mal que un vicetesorero produzca billetes.

Nada mal. Y eso que ahora andamos bien de fondos. En otros tiempos, hace 30 años por ejemplo, si que habríamos necesitado que yo fuera algo mas que un...

...¿Mago?

No, sería mago si hiciera magia

Eso suena a retruécano o frase con trampa.

En absoluto. No somos magos.

Prestidigitadores entonces.

Esa palabra es muy bonita, ciertamente. Define a aquel que hace juegos de manos que requieren una habilidad tremenda con los dedos.

¿Usted la tiene?

A veces. Sin embargo, hubo un juego que nos enseñó Rubiales que aún no consigo hacer sin que se me caiga la moneda: esconderla en la mano y deslizarla entre los dedos.

Y si no es mago porque no hace magia y a veces no tiene la destreza extrema necesaria para ser un prestidigitador, digamos que es...

Podría decir que un manipulador.

¿De masas? No queda elegante.

De cartas, mujer. Manipulo barajas. Con ayuda de la varita mágica, del coche fantástico, de un tapete y de una bola que concentra energías. Llegó de un planeta muy lejano .

No me diga más: usted es...

Un ilusionista.

Acabaramos: ilusionista. ¿Por qué?

Porque como hacen muchos otros, provoco en la gente la ilusión de que va a pasar algo, está pasando algo y ha pasado algo.

Interesante reflexión. Y para crear esa ilusión es necesario...

Primero mucha preparación. Saber bastante de teatro. De luces. Saber moverte en un escenario. Tener voz. Debes sonar confiado y capaz de subvertir las leyes de la lógica. Debes ser convincente para quien te escucha. Lograr que olvide esa frase que afirma que un mago hace lo que no dice y dice lo que no hace. Todo juego ha de tener un guión: planteamiento, nudo y desenlace. El prestidigitador, el manipulador, el... mago, el ilusionista deberá saber crear tensión en su público. Para liberarla cuando el juego llegue a su fin. Y esa tensión liberada provoca en el espectador... el aplauso.

Es todo un tratado de magia y de psicología del escenario.

Fíjate: es curioso que la gente acepte que en el cine un actor que murió en la película que vimos el sábado esté muy pero que muy vivo en la que vemos el domingo. Y si embargo, hay cosas en la magia que no se admiten de buenas a primeras. Por ejemplo, que pueda atravesar un globo con clavos y no explote.

¿Y por qué no? No deja de ser la versión no sangrienta de cuando el mago atravesaba a su bella ayudante con espadas.

Ahora que lo dices...

Si le pregunto la relación entre magia y fotografía, ¿me manipulará la respuesta?

No. Hay algo mágico en atrapar una imagen que no aparecerá hasta que la reveles en el laboratorio. Perdón, pensaba en analógico, no en digital...

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