Nadal vio en Donostia el Barça-Madrid

Rafa Nadal disfrutó de su primer día de vacaciones en San Sebastián. Justo un día después de caer en la final del Masters ante Roger Federer, voló desde Londres hasta Bilbao y desde allí se desplazó a la capital guipuzcoana junto con su padre, Sebastián, y con el relaciones públicas del jugador, Benito Pérez Barbadillo.

La mañana fue ajetreada, como explicó a las puertas del asador Portuetxe de Igara el progenitor del campeón. Rafa Nadal había comido un sandwich al mediodía pero se quedó con hambre y pusieron rumbo a Portuetxe. Nadal entró en el establecimiento sobre las cuatro y cuarto de la tarde ante la incredulidad de los comensales, entre ellos el aizkolari Joxe Mari Olasagasti, que saludó al tenista.

El padre del número uno del ránking mundial explicó el motivo de su visita a Donostia. «Rafael tiene varios negocios en Gipuzkoa y venimos con cierta frecuencia. Aquí estamos muy a gusto. Nos gusta pasar desapercibidos». El número uno del ránking disfruta de sus vacaciones tras meses y meses atendiendo a miles de aficionados y prensa. Por eso, el entorno del jugador se mostró reacio a posar -con mucha educación y simpatía- en primera instancia. Pero Nadal es ídolo de masas no sólo por su gran tenis, sino también por su forma de ser, campechana y amable. Y finalmente hubo foto y charla improvisada. «Hemos comido de maravilla. Un revuelto de hongos, vegetales y carne, todo regado con txakoli», relataba el entorno de Rafa. El tenista se metió entre pecho y espalda espárragos y una chuleta.

Buen menú para recuperarse de una campaña celestial pero terriblemente dura en el plano físico. El balear confesó en Donostia que se sintió cansado en el torneo de Londres pero no en el plano psicológico, porque el parón posterior a Wimbledon le había venido de perlas.

Madridista empedernido

La comida en Portuetxe tuvo miga. El manacorí es un madridista confeso y no podía quitarse de la cabeza el Barcelona-Real Madrid que tendría lugar horas más tarde de la comida.

Habló por teléfono con el ex guardameta asteasuarra Julen Lopetegi, quien le informó de que Gonzalo Higuain no iba a ser titular. Pese a que su baja se debió a problemas físicos, Nadal lo tenía claro. «Esto es una estratagema de Mourinho, aquí hay gato encerrado», dijo el tenista en la tertulia en el asador de Igara. Se confirma: los campeones adoran a Mou.

Durante la comida, Nadal comentó que tenía previsto disfrutar de siete días de asueto que finalmente se han quedado en tres debido a compromisos. Entre ellos, un partido solidario con Roger Federer en la Caja Mágica de Madrid.

Pero no era momento para lamentaciones. Estaba en Donostia, una ciudad en la que se siente cómodo. Por eso seguía con el monotema.

El Clásico. Nadal pernoctó en Donostia. No desveló dónde, pero reconoció que había dado con la fórmula para disfrutar de la gastronomía donostiarra sin perder de vista a Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo, Casillas y compañía. Lo malo es que después de disfrutar de un gran día en San Sebastián, a partir de las nueve sufrió de lo lindo con el baño del Barça a su equipo del alma.