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En privado. Iñaki Aranzadi, párroco de Urnieta, leyó ayer en la capilla del cementerio de Polloe, ante allegados y amigos, la esquela-oración que redactó el propio Xabier Lete. :: UNANUE
Las cenizas de Xabier Lete reposan junto a las de su pareja, Lurdes Iriondo
LA MUERTE DE XABIER LETE

Las cenizas de Xabier Lete reposan junto a las de su pareja, Lurdes Iriondo

Hoy se celebra en Urnieta el funeral por el poeta-cantante, que fue incinerado ayer

IÑAKI ZARATA

Martes, 7 de diciembre 2010, 12:44

El cuerpo del creador euskaldun Xabier Lete Bergaretxe fue incinerado a las 11.30 horas de la mañana de ayer, en el Crematorio donostiarra de Polloe. Antes, había sido velado desde el domingo en el Tanatorio de Hernani. Asistieron a ese último acto unas docenas de íntimos del poeta y cantautor, entre familiares, próximos y amigos.

Portó la urna con las cenizas Arantxa Lete, hermana del fallecido, rodeada de los sobrinos y otros familiares de la rama Lete Bergaretxe. Estuvieron presentes también otros allegados, pertenecientes a la familia de Lurdes Iriondo, quien fuera primero colega musical de Xabier y luego su mujer y que falleció hace cinco años.

También se congregaron compañeros del colectivo cultural Ez Dok Amairu (Joxe Angel Irigaray, Nekane Oiarbide), con el que Lete se dio a conocer en los años sesenta del pasado siglo; su directo colaborador Antton Valverde, otros cantantes como Jon Bergaretxe y Paco Ibáñez, el promotor cultural Joxe Angel Arbelaitz, el escritor Juan Mari Irigoien y amigos como los doctores Ricardo Arrue y Juan Jesus Larraz, entre otras personas cercanas al fallecido.

En el acto de despedida celebrado en el cementerio de Polloe, el párroco de Urnieta (localidad de Lurdes Iriondo en la que Xabier Lete, nacido en Oiartzun en el año 1944, había vivido durante la mayor parte de su vida) dio lectura a una emotiva esquela-oración redactada en vida por el propio Lete; una especie de conversación con Dios tras morir. El acto en Donostia, que duró una media hora larga, fue clausurado con el canto colectivo del 'Agur jaunak'.

Años de salud quebradiza

Las cenizas fueron trasladadas al cementerio de Urnieta y depositadas junto a la tumba de su mujer Lurdes. Según comentó el párroco urnietarra, el poeta solía acudir casi a diario al camposanto, llevando flores y manteniendo el panteón cuidado. En los muchos años en los que sufrió un creciente deterioro de su salud mostró siempre la ilusión de que sus restos descansaran junto a los de su mujer.

Lete había ido empeorando en la última temporada. Como declaró a este periódico su amigo y colega músico-poeta Jose Angel Irigaray, había pasado en los últimos meses más tiempo en la UVI donostiarra que en su domicilio de la Plaza Mayor de Urnieta. Su también amigo y médico Ricardo Arrue comentó ayer que Lete estaba ya «muy cansado» en los días previos a su fallecimiento.

El cantante oiartzuarra había sufrido una operación intestinal hace dos décadas. Tuvo un grave problema con el intestino grueso, que se trasladaría después al delgado. Su cuerpo rechazaba la alimentación. Esas dificultades de esófago le obligaron a estar diariamente pendiente durante horas de un proceso de alimentación artificial por sonda.

Aguantó durante años con una salud quebradiza y cuidándose mucho. En el último año, sus ingresos de urgencia fueron muy frecuentes. El pasado viernes volvió a ingresar una vez más, pero en este caso no pudo ya superar la enfermedad. Fue sedado con su consentimiento y falleció a media tarde del sábado. Su funeral público se celebrará hoy, a las 19.00 horas, en la parroquia de San Miguel de Urnieta. Lo oficiará el obispo emérito de San Sebastián José María Setién, de Hernani y amigo del fallecido.

Muchas y diversas han sido las reacciones de dolor, respeto y reconocimiento ante la desaparición de un hombre que supo ser querido por su franca y simpática personalidad, por lo hondo de sus reflexiones humanas, filosóficas y poéticas, por su fino sentido del humor y la ironía, por la originalidad de su poesía y canciones y por la manera, primero abruptamente directa y con el tiempo mucho más calmada, de cantar.

Como recordaba ayer su amigo Arrue y recogiendo una reflexión de José Antonio Echenique, responsable durante años de la Quincena Musical, parece que diciembre es un mes propicio para que los músicos euskaldunes digan adiós a su vida. Lurdes Iriondo falleció un día 27 de diciembre de 2005, Mikel Laboa lo hacía el 2 de diciembre de 2008 y también murieron en el último mes del año el compositor zaldibiarra José Antonio Aiestaran Erauskin (1961) o el arpista donostiarra Nicanor Zabaleta (1993).

Lete fue referente mayor de Ez Dok Amairu, grabó algunas canciones con Lurdes Iriondo, discos con Antton Valverde y LPs propios. Fue director general y consejero del Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa en los años ochenta. Y ha dejado una amplia labor poética, cuyo último título, 'Egunsentiaren esku izoztuak' (2008), fue Premio de la Crítica de poesía en euskera y Premio Euskadi de Literatura en euskera.

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