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M.A.I.
Sábado, 11 de diciembre 2010, 03:08
La diputada foral de Movilidad, Arantza Tapia, y el alcalde de Irun, José Antonio Santano, se reunieron ayer para compartir sus respectivas posturas ante las diversas propuestas que recoge el Plan Territorial Parcial Donostialdea-Bidasoa.
Según hizo público la Diputación Foral tras el encuentro, Tapia «ha reiterado a Santano su negativa a prolongar el segundo cinturón hacia Irun». Además, Tapia insistió en que, «como ya le dije en su momento al viceconsejero Iñaki Atxukarro, la Diputación contempla reconducir el tráfico de mercancías hacia los modos marítimo y ferrocarril, apostando por la sostenibilidad y la reducción gradual del tráfico en favor del transporte público». Según Tapia, ésta es la postura que su departamento y el resto de las áreas forales implicadas en el PTP (Infraestructuras Viarias y Medio rural) han defendido «desde el primer momento. Infraestructuras Viarias ya lo manifestó en su primer informe para la aprobación del PTP y lo reiteró con mayor contundencia en el trámite de información pública». Por otra parte, la diputada pidió a Santano que «exija al Gobierno Vasco la eliminación en el PTP» de este proyecto y le recordó que «sólo PSE y PP se abstuvieron cuando las Juntas Generales de Gipuzkoa, con el apoyo del resto de los grupos, se posicionaron a favor de eliminarlo».
«Mensajes contradictorios»
También ayer, el grupo de ciudadanos que está dinamizando la recogida de alegaciones contra el PTP mostró su hartazgo por lo que considera «mensajes contradictorios desde las instituciones públicas que están confundiendo a la ciudadanía».
Este grupo de vecinos se quejaba por un lado de que, tras haber apoyado al Gobierno Vasco en la aprobación inicial del PTP en julio, «la Diputación Foral, de cara a la ciudadanía, diga ahora oponerse a la nueva autopista». Por otro lado, lamentaba que mientras el Gobierno municipal, en manos del PSE, se muestra contrario al segundo cinturón, el mismo partido se abstiene en la votación de JJGG para pedir su eliminación y es quien, desde el Gobierno Vasco, puede hacerlo desaparecer. También recuerdan que su propuesta inicial en el PGOU afectaba a 60 hectáreas. Estiman que todo el baile de posturas «se debe a la proximidad de elecciones» y que será tras éstas cuando se vean «sus verdaderos deseos».
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