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FELIX IBARGUTXI
Domingo, 12 de diciembre 2010, 04:52
Xabier Lete nació en Oiartzun en 1944. En un pueblo muy distinto de la industrializada Errenteria, situada a dos pasos. Oiartzun era un pueblo que se dividía entre «la calle» y «los barrios», con familias de abolengo en la calle y mucha gente dedicada a la agricultura en los barrios. Nuestro protagonista era hijo de obrero (moldeador de fundición en Victorio Luzuriaga de Pasaia), y por parte materna tenía un pariente culto y sacerdote, Don José Bergaretxe. En la biblioteca de ese tío cura hizo sus primeras escaramuzas con los libros.
Con 8 años, Xabier fue a estudiar al cole gio de La Salle, en el barrio de La Herrera. Lo recordaba con un profundo desagrado. «La mayoría de esos frailes eran unos trastornados. El peor era el director, del valle del Urola. Usaba los insultos y las palizas... con algunos», declaró al sacerdote Joxe Arregi para la revista 'Hemen'. En el Bachillerato, tuvo la suerte de toparse con Ricardo Moreno, un muy buen profesor que le inculcó la afición por la literatura.
Lete conoció un Oiartzun muy tradicional, de rezos y procesiones, pero a la vez bastante activo culturalmente. Tenía desparpajo y se recuerdan sus serenatas a una chica del pueblo. También poseía dotes para el teatro y para las imitaciones.
Luego fue a la Universidad Laboral de Tarragona. No acabó los estudios de Peritaje Industrial. El padre del luego poeta no pudo ver cumplido su sueño. Pero también es cierto que después se sintió muy orgulloso de su hijo artista.
Comenzó a trabajar en la fábrica Bianchi de Pasaia. Así pudo comprar sus primeros libros: Albert Camus, Sartre, Mauriac, Tolstoi, Stendhal, André Gide. También actuaba en el grupo teatro Lartaun de Oiartzun, escribía sus primeros poemas y artículos para la revista 'Zeruko Argia'. Segura. Su primer concierto Enferma Benito y aparece Xabier
Fue en 1966. Xabier trabajaba para Ez Dok Amairu como letrista de canciones y ayudando en labores organizativas. Pero llegó el concierto del 26 de marzo y resultó que Benito estaba enfermo. «Los compañeros me animaron a salir al escenario. Yo ya tenía preparadas un par de canciones, y algunos bertsos de Uztapide y Xalbador», declaró luego el artista. El periodista Josemari Iriondo nos ha proporcionado un dato extra: «Fue el el salón parroquial, y hubo problemas con la electricidad. Por lo visto, tenían contratada una potencia algo baja, porque luego los problemas se repitieron cuando hubo un festival de bertsolaris al que acudí yo».
En aquellos comienzos, sus canciónes más conocidas fueron seguramente 'Poeta hoiek' y 'Euskalerri nerea'. Urnieta. Etapa de madurez Se distancia de su cuna oiartzuarra
Tras casarse con Lurdes Iriondo en 1968, se instaló en una casa de Urnieta perteneciente a la familia de la esposa. Perdió bastante contacto con su pueblo natal, aunque nunca olvidó su monte preferido, el Bianditz. Era un hombre discreto que no participaba en la vida social del pueblo, a excepción de algunas colaboraciones con la ikastola y, en su última etapa, con la parroquia.
Ahora bien, cuando tenía alguna celebración, volvía a su Oiartzun natal para comer en el restaurante Zuberoa, de su amigo Hilario Arbelaitz. «Siempre quise hacer un libro que tuviera un prólogo de Xabier», nos dijo el cocinero en el tanatorio.
Publicó su primer libro de poemas en 1968: 'Egunetik egunera orduen gurpillean' (Editorial Cinsa). Contenía poemas tanto de tinte social como de preocupaciones existenciales. En el primer párrafo del libro hay unos versos que resultaron proféticos:
«Liburuhontako
poemak eta bertsoak,
luzea behar duela iruditzen zaitan
poesi ikaskintza
zaill eta kementsu baten
lehen pausoak dira».
Así pues, con 24 años ya anunciaba que los bertsos y poemas de ese libro iban a ser «los primeros pasos de un aprendizaje poético que creo que va a ser difícil y valeroso».
En sus últimos años, salía a la plaza del pueblo a partir de medianoche, y permanecía allí solo y en silencio. Navarra. Tema recurrente Veranos en Yesa y en Obanos
Ya en la contraportada de aquel primer libro de 1968 aparecía una referencia a Navarra, al valle de Baztan: «Baztan'go lurra, zugan aurkitu nuen batetasuna... elurrak xuri-tzen zituen mendien babesean, gure lurraren babesean...» (Tierra de Baztan, en tí encontré la plenitud, y la protección en los montes blanqueados por la nieve...)
Navarra fue uno de sus temas preferidos a la hora de crear poemas y canciones. Compuso la canción 'Nafarroa, arragoa' (Navarra, crisol), que luego sería posiblemente la que más le pidió el público en los conciertos.
En sus primeros años de pareja pasó bastantes temporadas en Yesa, en una casa de la familia de Lurdes. Desde allí iban al monasterio de Leyre. Les gustaban las funciones litúrgicas de los frailes benedictinos.
Y dentro de Navarra tiene una importancia especial Obanos. El último libro, 'Egunsentiaren esku izoztuak' (2008), comenzó a gestarse en 1995, en una de las estancias de verano en ese pueblo de la zona media de Navarra. Lete acudió bastantes veranos a una urbanización «de giputxis», que cuenta con piscina. Veraneaba con su mujer y su madre.
En los últimos años, Frantxis López de Landatxe, del centro Koldo Mitxelena de San Sebastián, ha sido un hombre muy cercando al poeta. «Hemos hecho muchas excursiones, por ejemplo, a la zona media de Navarra, y una vez me pidió ir a la tumba de los Baroja, en Bera». Iparralde. Casi su patria Un territorio a la medida del hombre
En febrero de 2009, la emisora bajonavarra Irulegiko Irratia le hizo una entrevista muy sustanciosa. El cantante habló largo y tendido sobre su relación con Iparralde. Definió así el territorio del norte del Bidasoa: «Mi patria soñada, la patria que yo quisiera, es como Iparralde, un territorio hecho a la media del hombre, ni muy grande ni muy pequeño, con un urbanismo más cuidado que el que tenemos nosotros ahí abajo, y cuyas personas tienen una manera de ser más amable que la nuestra». Y le hizo esta confidencia a la periodista Marie Agnès Gorostiague: «Cuando Lurdes y yo nos casamos, en 1968, fuimos de viaje de novios a Zuberoa, para diez días».
Nos lo ha recordado también José Ángel Irigaray: «Xabier cantó mucho a Iparralde, y bastante antes de la canción de homenaje al bertsolari Xalbador [la archicantada 'Xalbadorren heriotzean']. Cantó también a Etxepare».
Como se sabe, el bajonavarro Beñat Etxepare fue el autor del primer libro impreso en euskera, 'Linguae Vasconum Primitiae', de 1545. Lete tomó uno de los poemas de aquel libro, 'Kontrapas', para su primer disco en solitario, de 1974.
Xabier admiraba el gusto por la lengua que muestran los vascoparlantes de la Euskal Herria continental: «Aquí se habla de una manera más elegante. Si yo tuviera salud, vendría un par de años o tres para aprender más euskera y más francés», le confesó a la periodista de Irulegi Irratia. Cataluña. Frecuentes viajes "Quisiera ser acogido en tu regazo"
Era un admirador de Cataluña, que conocía desde que en su juventud estudió en la Universidad Laboral de Tarragona.
Le dedicó una canción, 'Catalunyari abestia', que en un comienzo tuvo título en catalán, pero incorrecto, tal como reconoció el poeta en su libro 'Abestitzak eta poema kantatuak' de 2006.
En esa composición, Lete trata a Cataluña como «la otra patria, casa cercana y querida», y llega a confesar: «Si alguna vez debiera marcharme de aquí, quisiera ser acogido en tu regazo».
Hemos hablado del tema con el promotor musical José Angel Arbelaitz: «Solía ir mucho a Cataluña, y discutíamos: él a favor de Cataluña, yo en contra. Él la admiraba, yo le recordaba que allí había un auténtico caos urbanístico, con fábricas al borde mismo del mar. Al final me acabó dando la razón. Me confesó que allí los ayuntamientos tenían tanta autonomía urbanística que habían actuado a su antojo durante décadas».
Lete tenía dos grandes referentes. «Como intelectual, Carles Riba, como poeta, Salvador Espriu», le comentó al periodista de 'Berria' Juan Luis Zabala. También era un gran admirador de Josep Pla. No era una admiración desde la distancia; Xabier y su mujer Lurdes viajaron multitud de veces a Cataluña, porque la esposa era una enamorada de la luz del Mediterráneo.
El editor y amigo José Ángel Irigaray nos ofrece otro dato revelador: «También en estos últimos años, solía comprar un par de veces a la semana 'La Vanguardia', para seguir tomando el pulso a Cataluña». Italia. Sed de cultura Le gustaban mucho Ungaretti y Pavese
De Italia, amaba sobre todo a los escritores Giuseppe Ungaretti y Cesare Pavese. En su última etapa, comenzó a leer 'La Divina Comedia' y los sonetos de Petrarca. «Nos habíamos propuesto hacer un viaje a Roma, pero no ha podido ser. En su última recaída, cuando estaba en la UVI, le leí unos textos de Leopardi, sobre la eternidad», nos ha dicho el editor Irigaray.
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