El local agraciado, de Iñaki Bolinaga

El Gordo de Navidad fue la mejor noticia que pudo recibir ayer el presidente del Arrate, Iñaki Bolinaga, propietario del establecimiento que vendió en Eibar una serie del 79.250. Aquejado de una grave enfermedad, no quiso atender al teléfono cuyo buzón estaba lleno de llamadas, pero la venta de este premio alivia la mala suerte que está atravesando el presidente del club de balonmano en esta temporada.

El equipo padece unas graves dificultades económicas. De hecho, la viabilidad del club peligra. Se ha tratado de buscar un nuevo equipo directivo, sin que de momento se haya conseguido.

Todo el mundo sabe en Eibar que su equipo de balonmano sigue en la Liga Asobal, la de los grandes, gracias a Bolinaga. Pero en ese transcurrir de su vida ha tenido que abonar mucho dinero de su bolsillo para lograr la supervivencia de la entidad y ha tenido que hacer malabarismos económicos para que el club siguiera en la liga Asobal.

De hecho, la temporada actual sigue los mismos derroteros. Se arrastran deudas antiguas que llevaron a los jugadores y el equipo técnico, en la quinta jornada, a denunciar la grave situación económica que hacía peligrar el futuro inmediato del club vasco.

Los integrantes de la plantilla del Arrate denunciaron públicamente el impago que sufren por parte de la entidad albiazul, una circunstancia que empieza a ser insostenible, ya que algunos jugadores tenían dificultades para pagar los alquileres de los pisos donde residen. Los jugadores pidieron una solución rápida para poder tener una cierta tranquilidad y estabilidad necesaria para poder tirar para adelante. Pero la dificultad añadida radica en que, en esta tesitura económica y con una crisis económica y de patrocinadores, nadie en Eibar quiere, de momento, tomar las riendas de esta entidad.