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ARTÍCULOS DE OPINIÓN

Dispuestas para trabajar la paz

RAFAELA ROMERO Y REBEKA UBERA *

Jueves, 23 de diciembre 2010, 02:57

La paz es de todas y de todos. Por lo que no es de nadie. Las personas que hoy reflexionamos conjuntamente pensamos distinto, pero queremos lo mismo, como vascas queremos la paz para toda la ciudadanía, nuestro país y la queremos cuanto antes, aunque la paz siempre llega tarde, y más que el cuando, lo importante es que llegue. Queremos una paz inclusiva, una paz conciliada, una paz compartida. Una paz más común. Una paz construida entre todas y todos, para todas y todos. Una Paz verdadera.

Es por esto, por lo que la paz, la tan ansiada paz será construida por toda la sociedad desde el respeto, desde la aceptación del otro, desde la diferencia. Porque todas y cada una de las formas de ver las cosas, de entenderlas, de vivirlas, vale e importa. La convivencia es la infraestructura para la paz. Y es por lo que nos unimos, porque el futuro de Euskal Herria, nuestra sociedad, merece la pena y estamos dispuestas a aportar y trabajar en lo que podamos y en lo que debamos. Eso sí, con un principio básico e importante, diferenciando la confrontación política y electoral con la pacificación. Fundamento básico si queremos avanzar tanto en la pacificación como en la normalización. De lo contrario, otra vez más, podemos llevar nuestro futuro a un túnel sin salida.

Nos hemos reunido y queremos seguir haciéndolo porque nuestro anhelo es sumar compromiso social plural para ayudar a la paz a llegar definitivamente a nuestro país. La cuestión no es política, aunque la política nos rodee. La cuestión es vasca, y las cuestiones de los vascos son de todas y de todos.

Queremos demostrar valentía, audacia y utilidad, aunque no nos entiendan o aunque incluso nos reprendan, para lograr el fin de la violencia y la convivencia pacífica y democrática de todas las opciones políticas bajo el respeto a los derechos humanos. Deseamos vivir y convivir, pero queremos hacerlo sin violencia, sin terrorismo, con libertad, con pluralismo político y social, con generosidad.

Queremos aunar conciencias para encontrar luz en nuestro país. Para alumbrar un futuro sin violencia, en la que no existe el miedo; luz que nos acompañe en la búsqueda de nuevas políticas para reanudar la confianza perdida entre unos vascos y otros. Para ayudarnos a asumir, cada cual, nuestras responsabilidades y obligaciones para ayudar a nuestro pueblo a dejar de sufrir.

Dos personas de diferentes ideologías, en algunos aspectos fuertemente encontradas, nos reunimos porque no queremos más violencia. No queremos más sufrimiento, ni más ausencias. Ni lo queremos, ni lo entendemos, ni lo justificamos. En nuestra opinión, siempre mejorable, en el proceso social que debe acompañar a la pacificación hay que desenmarañar lo que se pueda, y, por tanto, buscar las áreas de posible arreglo y trabajarlas. No podemos atascarnos en aquellas áreas complicadas o peligrosas, sino sobre las comunes, para avanzar y conseguir logros, manteniendo la dinámica de avance. Y podemos hacerlo. Nosotras queremos hacerlo. Necesitamos intentarlo.

En ese sentido, nos comprometemos a trabajar para la reafirmación y revalorización de las diferencias culturales, sociales o políticas antes de esquivarlas o esconderlas. Trabajar para hacer convivir las identidades. Sabemos también que habrá gente para quien cambiar sea extremadamente difícil. Por temor a la pérdida del poder o a la pérdida de la propia identidad. Grupos y personas que han ligado su razón de ser a su compromiso y papel en el conflicto, también se resistirán. Pero la experiencia demuestra que todo puede cambiar, esto es, que hay pocas organizaciones o personas que no tengan la capacidad, a algún nivel, de desarrollar cambios positivos en sus comportamientos y actitudes hacia el grupo externo. Hay que actuar como agentes de cambio positivo con otros, facilitando relaciones, evoluciones en actitudes y comportamientos, para sumar y contribuir a un cambio general en el conflicto. Nosotras estamos dispuestas a trabajar así.

El trabajo social por la paz que pretendemos implica avanzar hacia la reconciliación. Y ello requiere espacios para producirse y difundirse. Tenemos que reunirnos, tenemos que dialogar, debemos de encontrarnos. Nos servirán la memoria, la cultura, las simbologías, la participación social. Nos ayudará la unión de la sociedad y la política. Nosotras entendemos que ese tiempo es el de personas comprometidas, que trabajan conjuntamente, sin acomplejarse y sin plegarse a las visiones exclusivas y excluyentes. Así haremos una democracia más auténtica, mejor y más comprometida.

Creemos que es el momento de iniciar un camino que ha de hacerse de la mano, abertzales y no abertzales, víctimas del terrorismo y víctimas de todo tipo de violencia. Aquellas que creen en el derecho a decidir y las que no creen. Las que han estado en un lado y las que estuvieron en el otro. No va a resultar fácil, no se va a lograr sólo con la desaparición de ETA. Más al contrario, va a requerir mucha generosidad, humildad, flexibilidad por parte de todas. Pero, sobre todo, paciencia, porque la paz siempre llega tarde, y el camino es largo, muy largo. Pero el camino se hace al andar y estamos dispuestas a ello, porque la mayoría de las veces es tanto o más importante el camino que el final. Y necesitamos de más personas que quieran trabajar con nosotras. Os estamos esperando.

(*) Rafaela Romero es presidenta de las JJGG de Gipuzkoa (PSE-EE); Rebeka Ubera (Aralar).

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