Mucho público pero poco comprador

Si bien los miércoles son siempre un día especial en Ordizia con motivo de la celebración del mercado semanal, hay tres al año que, como dice aquel refrán en relación a los jueves, relucen más que el sol. Son los tres miércoles de mercado extraordinario en los que el marco ferial se extiende hasta absorber toda la villa, y Ordizia brilla de forma especial: el de las Euskal Jaiak de septiembre, el del Artzain Eguna de Pascua y el de Navidad, que ayer volvió a transformar el municipio.

A primera hora de la mañana el panorama era tranquilo, no muy diferente al de cualquier otro miércoles, con el público habitual del mercado tradicional de la plaza. Sin embargo, el olor a txistorra que comenzaba a extenderse por todo el centro sugería ya que el de ayer era uno de esos días grandes. A media mañana, las nubes dieron paso al sol y las calles ordiziarras se convirtieron en un mar de gente.

«Nosotros venimos todos los años -contaba Anartz, que se había acercado desde Beasain con sus dos niñas-, se ha convertido en una especie de tradición navideña. La feria de septiembre nos pilla trabajando y a las niñas en clase, por eso aprovechamos la de Navidad». El plan lo traen casi por escrito. «Primero, a ver los animales. Luego un talo con txistorra, y por último, un pastel vasco, siempre en el mismo puesto».

Al igual que para esta familia beasaindarra, para otros muchos visitantes, las inmediaciones del frontón Beti Alai son una parada obligatoria. Ayer los más pequeños se arremolinaban, como siempre, para ver de cerca los animales expuestos. No muchos, pero sí variados: ovejas, cabras, vacas, jabatos, burros, perros y ponis. «No son pottokas», repetía sobre estos últimos el popular Gorriti, un habitual de las fiestas de muchos pueblos. «Cuestan unos 150 euros, y son muy buenos para mantener limpios los campos. Aunque a mí lo que me gusta es ver cómo disfrutan con ellos los niños».

«Nunca como este año»

El sol y el viento sur convirtieron la jornada en perfecta para callejear por Ordizia y eso se notó de forma espectacular en la afluencia de gente. «¿Otros años ha venido tanta gente?» «¡Esto está imposible!», eran comentarios que se podían escuchar una y otra vez. Pero al parecer, ese incremento del público no se dejó notar en las ventas. «Será por la crisis, pero nunca había vendido tan poco como este año», repetían los productores, tanto baserritarras, como elaboradores de dulces, quesos, artesanos...

También había excepciones, claro. «Me voy a hacer rico con el mejor pastel vasco del mundo», gritaba el laudiotarra Enrique Gastaka, que no paraba en su puesto de pasteles y panes. «Cuatro veces campeón de Euskadi y tres subcampeón», repetía. «¡El pastel vasco auténtico, el del rh negativo!». Luego, eso sí, reconocía que los pasteles son obra de su mujer y su cuñada, «pero el campeón de las ventas soy yo», exclamaba.

El gabiriarra Gabino Murua era otro de los que no se quejaba. «El día va bastante bien», comentaba mientras daba salida a sus manzanas, todas de la variedad Errezil. La manzana fue, sin duda, la reina de los puestos de fruta de la plaza Garagartza. Destacaba la reineta, aunque algunos puestos, como los de los caseríos Kalbario, de Idiazabal, y Bekoetxea, de Gabiria, eran una suerte de amplio muestrario de variedades donde poder elegir. Mientras, justo al lado, se asaba un espléndido cerdo al burruntzi, que luego fue degustado en pintxos. A pocos metros, otros ejemplares de la misma especie corrían mejor suerte que el cocinado y dormían tranquilos sobre una cama de paja.

Reconocimientos

Aunque en los últimos años ya no se celebran concursos de frutas y verduras en este mercado extraordinario, ayer se otorgaron por vez primera los premios 500K, con motivo de la conmemoración, en 2012, del V Centenario de la Feria de Ordizia. Los premiados fueron los comercios locales 'Farmaetxe' y 'Ttipi Ttapa' y la baserritarra de Baliarrain Edurne Jauregi, vendedora incombustible del mercado semanal. El galardón reconoce la actitud emprendedora de los premiados, elegidos por votación entre sus compañeros.