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ALBERTO MOYANO
Miércoles, 5 de enero 2011, 04:29
Hay temas que no terminan de irse y de entre éstos, algunos que siempre se las arreglan para volver en el momento más inoportuno. Después de una y mil tribulaciones, el proyecto Tindaya regresa a la agenda de grandes proyectos culturales pendientes de ejecución, en esta ocasión, de la mano del Ejecutivo de Canarias, comunidad que celebrará sus elecciones autonómicas el próximo mes de mayo.
Mientras los Chillida continúan sus negociaciones con las instituciones vascas para buscar una fórmula que permita la reapertura de Chillida-Leku, el presidente canario, Paulino Rivera, y el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, se aprestan a visitar este mismo mes San Sebastián para mantener la enésima entrevista con la familia del escultor, a la que informarán de los últimos acontecimientos en torno al proyecto. El sueño de Eduardo Chillida de convertir la montaña de Fuerteventura en una gran escultura mediante la creación en su interior de un espacio cúbico de cincuenta metros de lado ha topado desde prácticamente sus inicios, allá por 1993, con todo tipo de contratiempos, desde la oposición de grupos ecologistas hasta el descubrimiento de turbios asuntos económicos que acabaron archivados por la Justicia.
Ahora, el proyecto vuelve a la actualidad ya que el actual Ejecutivo canario considera que se trata de un proyecto estratégico a medio plazo para la industria turística de la isla. Desde la familia del escultor se observan los últimos movimientos con la distancia que produce un escepticismo pacientemente cultivado durante diecisiete atribulados años. Así, Luis Chillida confirmaba ayer a DV un próximo encuentro con los dirigentes políticos canarios, en fecha aún por concretar. «¿Ilusionados? Bueno, todo lo que sea sentar las bases y seguir con el proyecto siempre es positivo, aunque ya sabemos que no es el mejor momento para acometer grandes obras culturales».
En efecto, así es. De hecho, tras recibir luz verde el estudio de impacto medioambiental, nada impediría al Gobierno canario sacar a concurso el pliego de condiciones para la adjudicación de la obra. Nada, excepto su financiación. Y es que el proyecto Tindaya cuenta con un presupuesto de 74 millones de euros para financiar una obra cuya duración se estima en unos cuatro años.
De hecho, el último planteamiento pasaba por otorgar la obra a una empresa en régimen de concesión, de modo que se sufragaría el gasto tanto con las aportaciones del Gobierno canario como los ingresos obtenidos por el cobro de una entrada para visitar el Parque Nacional que rodea la montaña, en cuyo entorno se crearía también un pequeño museo sobre el monumento ideado por Chillida.
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