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CARMELO LEZANA
Sábado, 22 de enero 2011, 03:17
El plan anunciado ayer por el Gobierno de Zapatero para acelerar la reestructuración de las cajas de ahorros amenaza con retrasar la fusión fría en la que trabajan desde hace meses la BBK y la Vital -y que avanza a buen ritmo- debido a las serias incertidumbres generadas en torno a los cambios que el nuevo proyecto puede introducir en el actual modelo.
A falta de concretarse cómo quedará el panorama de cajas, existe el temor de que las modificaciones que planea el Ejecutivo a través de una nueva reforma legal pueda provocar que la fórmula del SIP, sobre la que ha pivotado hasta ahora la reordenación sectorial y sobre la que trabajan las dos entidades vascas, pueda quedarse vieja y no valer en un futuro inmediato.
Tras los intensos rumores surgidos durante los últimos días en torno a la nueva vuelta de tuerca que prepara el gabinete, el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue ayer el encargado de confirmar la elaboración de un plan para acelerar a marchas forzadas la inconclusa reordenación de un sector, el de cajas, que sigue en el punto de mira de los mercados internacionales al ser uno de los que siguen minando la credibilidad de España.
Rubalcaba explicó tras el Consejo de Ministros que el objetivo buscado con la nueva iniciativa -que «no tardará mucho» en ser presentada- pasa por reforzar la solvencia de las cajas a través de mecanismos que permitan su capitalización eficaz y aumenten su credibilidad a través de un esfuerzo de transparencia. Hasta ahí. El responsable político no desveló mayores detalles, ni qué mecanismos se van a utilizar para implementarlo ni los plazos para su aplicación.
De cajas a bancos
Con todo, en medios económicos se da por hecho que, al margen de otros mecanismos como las tomas de participaciones públicas en algunas entidades, el planteamiento del Gobierno pasa por acelerar la reconversión de todas las cajas en bancos para poder recapitalizarse. Y, en ese punto, se baraja que el Ejecutivo podría aprobar una normativa que obligaría a las entidades a transformarse en bancos. La cuestión es cómo. Una de las tesis que se maneja es que la fórmula diseñada podría plantear la desaparición total de las cajas tras su reconversión, quedando la obra social en manos de fundaciones.
Habrá que esperar, pero si finalmente esa es la fórmula elegida, se daría un giro de 180 grados que rompería en mil pedazos el modelo sobre el que hasta ahora ha pivotado la reordenación. Las cajas que han protagonizado operaciones de concentración lo ha hecho a través del sistema SIP, que contempla la creación de un banco al que las cajas traspasan parte de su negocio y operativa y permite consolidar sus balances, permitiéndolas mantener su identidad, personalidad jurídica, sedes, órganos de decisión y obra social. Y ese es precisamente el modelo elegido por la BBK y la Vital para materializar su fusión virtual, de la que la Kutxa parece quedar definitivamente descolgada al mostrarse sólo partidaria de la fusión total entre las tres cajas vascas.
Tras cerrarse el consenso político necesario, las negociaciones entre ambas entidades han avanzado a un fuerte ritmo. Hasta el punto de que el acuerdo parecía inminente. Sin embargo, los plazos previstos podrían verse dilatados, dadas las incertidumbres generadas por los cambios que prepara el Gobierno.
A la espera
En la BBK y la Vital existe el temor de que el modelo en el que basan su acuerdo podría «quedar viejo» antes incluso de que lleve a la práctica si, como todo apunta, el Gobierno aprueba su plan en breve. «Sería ridículo que, para una vez que en Euskadi se puede alcanzar un acuerdo en torno a una operación de estas características, no valga por los cambios que pueda introducir el Gobierno. Hay que evitar hacer algo que no sea válido en el futuro», explica una fuente conocedora de la situación.
Ante ese panorama, BBK y Vital han optado por la prudencia y, sin renunciar ni a los avances logrados ni al acuerdo previsto, han decidido no precipitarse y esperar a la marcha de los acontecimientos antes de adoptar una decisión definitiva. Van a tratar de recabar información en torno a los planes concretos que maneja el Gobierno antes de cerrar ningún acuerdo a fin de delimitar si el modelo de SIP seguirá siendo válido en el futuro o, si por el contrario, está llamado a extinguirse. Si ese segundo escenario se cumpliera, las cajas vascas trabajarán en la búsqueda de una alternativa que les permita cumplir su objetivo y adaptarse a los nuevos requerimientos.
De otro lado, LAB, que ha rechazado la fusión fría entre la BBK y la Vital, ha ofrecido a la caja vizcaína su apoyo a la fusión de las cajas vascas si acepta el «marco euskaldún de relaciones laborales».
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