El Arrate reanuda la Liga tras el largo parón invernal bajo un manto de incertidumbre

El Arrate reanuda mañana en Ipurua (21.00 horas) la competición liguera bajo un manto de incertidumbre por la más que delicada situación que atraviesan sus arcas. De ahí que el reto que le aguarda vaya más allá de lo estrictamente deportivo. La continuidad se ha llegado a ver en peligro durante este largo parón por las fiestas navideñas y del recién terminado Mundial de selecciones.

El capítulo más sonado fue la demora con la que los jugadores foráneos se incorporaron a los entrenamientos, aunque sólo sonó la alarma en torno al meta Voncina, al carecerse inicialmente noticias sobre su paradero. Finalmente, la situación se recondujo y la totalidad de la plantilla ha podido participar en esta nueva mini pretemporada, en la que han disputado tres partidos amistosos y en la que se han recopilado sensaciones dispares, al margen de los resultados adversos acumulados.

Su primera toma de contacto mantenida contra el Naturhouse fue la más descorazonadora. A partir de aquí, la imagen del equipo mejoró sustancialmente en los enfrentamientos contra el Amaya Sport San Antonio y el Cuatro Rayas Valladolid. Aún así es evidente que el bloque no se encuentra en las mejores condiciones de forma para reanudar la competición.

Julián Ruiz, cauto

«No han sido en las mejores circunstancias bajo las que hemos trabajado. Algunas cosas han salido bien y otras, no. La situación que atraviesa el club ha condicionado que se consiga un rendimiento adecuado», puntualiza el preparador Julián Ruiz.

Es evidente que el bloque no se encuentra en su mejor situación como consecuencia de la falta de pagos a los jugadores. En este caso hay razones de peso que se sitúan por encima de razones y cuestiones exclusivamente técnicas y tácticas. De ahí que se pueda entender que la principal preocupación de su entrenador sea que «mi equipo tenga el espíritu adecuado para competir».

Julián Ruiz tiene muy claro que para poder superarlo es preciso «reaccionar psicológicamente» teniendo en cuenta que para ello deben darse «las condiciones adecuadas para competir». Es consciente de que están inmersos dentro de un «proceso complicado que implica tener confianza» y considera fundamental que en las próximas fechas «se logre el apoyo necesario» para poder salir del atolladero.

El entrenador del Arrate tiene muy claro que el equipo va a saltar de nuevo a la arena con el claro propósito de conseguir «mantener al equipo en la categoría y pelear por ello. Ese es mi ánimo a nivel individual», dado que a renglón seguido matiza que este sentimiento no se difunde de manera uniforme entre el resto de la formación, al reconocer que no todos se implican de la misma forma. «El espíritu no es igual para todos», admite. A lo largo de los últimos meses la plantilla ha escuchado palabras de compromiso y, en opinión de algunos, pocos hechos y muchos cantos de sirena.

En estos momentos, por el contrario, Julián Ruiz considera que lo peor ha pasado ya y que «espero que se haya tocado fondo. Pienso que a partir de ahora nos van a ir mejor las cosas, me siento más optimista», confiesa.

Un punto de ventaja

Un alto porcentaje de las aspiraciones deportivas y vitales del Arrate pasan por el resultado que obtenga mañana en Ipurua frente al Alcobendas, al tratarse de un rival directo en la lucha por eludir el descenso. Los eibartarras les aventajan en un punto que puede verse ampliado a cuatro en el caso de que ganen al adjudicarse favorablemente el golaverage.

El cuadro madrileño comparte las mismas penurias que sus rivales al estar inmerso en una honda crisis económica. El Toledo, por el contrario, continúa como firme candidato al descenso, al reunir tan solo tres puntos. De momento el descenso parece cosa de tres, aunque Julián Ruiz guarda la esperanza de poder incorporar a un cuarto en esta lucha.

La única baja arratearra de cara a mañana será Rédei. Kurilenko, por su parte, está entre algodones al haber sufrido una contractura en el gemelo.