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BENITO URRABURU
Lunes, 7 de febrero 2011, 09:41
La temporada 2011 está marcada mucho antes de su comienzo, en Australia, al menos para el ciclismo de este país. Y lo está, no por que se haya producido una mejora en los equipos, en los patrocinios o en el calendario. Será una de esas campañas que perdurarán en el tiempo porque tanto Alberto Contador como Alejandro Valverde no competirán a lo largo de todo el año.
El primero de ellos podría albergar alguna posibilidad de cubrir los meses finales del calendario, pero a día de hoy todo está pendiente de determinados despachos, de lo que digan los abogados, la UCI y la AMA. Demasiadas partes a opinar en uno de esos casos que todavía pueden dar muchas vueltas, y ninguna buena, al menos para el interesado.
Lo de Valverde no presenta dudas. Debe cumplir una sanción hasta finales de diciembre de 2011 y no volverá a competir de forma oficial hasta el mes de enero. Sin ellos, el ciclismo español pierde los dos mejores corredores que tiene en la actualidad junto a Samuel Sánchez para pruebas de tres semanas.
Las expectativas en torno a Igor Anton son elevadas, al a espera de pueda completar una Vuelta a España en condiciones y explote todas las cualidades que lleva dentro.
Esas ausencias se dejarán notar en el calendario mundial, al igual que los problemas que puedan tener Denis Menchov y Carlos Sastre para correr el Giro porque ya saben que en el Tour no van a estar.
Cambiarán muchas situaciones en las pruebas más importantes del calendario. Si nos centramos en los seis equipos adscritos a la Federación Española, observamos que las diferencias son importantes. Movistar continúa con un bloque muy potente, al que le faltará en determinados momentos un líder, sobre todo para las grandes. En contrapartida dispone de un grupo de ciclistas que van a conseguir muchos triunfos. Dispone de buenos ciclistas lo que le obligará a cambiar sus planteamientos de carrera. En cualquier caso, hablamos de un proyecto a largo plazo, en el que se integrará de nuevo Valverde, a la espera de lo que pueda pasar con Alberto Contador.
En un ciclismo como el que conocemos desde hace años, tampoco desmerece el tener líderes extranjeros para determinadas pruebas... Salvo el Tour, donde siempre es mejor contar con un líder casa.
El caso de Euskaltel-Euskadi es distinto. Ha conseguido dos líderes como Samuel Sánchez e Igor Anton, para Tour y Vuelta, y eso es mucho decir en los tiempos que corren actualmente. Movistar cuenta con un grupo muy sólido, con mucha experiencia, y Euskaltel tiene dos corredores para disputar Vuelta y Tour.
Hablamos siempre en base a lo que ofrecieron los corredores hace un año. Las situaciones no son nunca iguales y la ausencia de algunos nombres importantes en pruebas como Giro y Tour alimentan las posibilidades, el hambre de triunfo, de un buen número de ciclistas que saben que se van a encontrar ante la oportunidad de su vida.
Equipos continentales
Dejando los dos máximos exponentes de nuestro ciclismo en el World Tour (ex ProTour), en la categoría Continental Profesional nos encontramos a un clásico, Andalucía-Caja Granada y a un debutante, el Caja Rural navarro. Los andaluces mantienen un grupo peleón. Han sustituido a su segundo patrocinador, Cajasur, absorbida por la BBK, por Caja Granada.
Caja Rural ha dado el salto de categoría. Han cambiado a parte de sus responsables deportivos, los que más en contacto están con el día a día, han fichado a Iñigo Cuesta y Aitor Galdos, y cuentan con una plantilla de 20 corredores, que dejaron cerrada demasiado pronto, sobre todo viendo lo que luego ofrecía el mercado para poder fichar.
Tendrán que luchar por conseguir un puesto en la Vuelta a España, que parece tener seguro Andalucía. Si tienen paciencia, no comenten grandes errores y consiguen estar en la Vuelta el proyecto podría durar tiempo.
Nos quedan los dos equipos de categoría Continental, Orbea y Burgos 2016, que volverán a moverse en uno de esos calendario que les dejan a merced de demasiadas incógnitas, sin continuidad en muchos momentos de la temporada, en una categoría que cuando se creó parecía de formación y ha terminado siendo de supervivencia.
A nivel mundial, la situación admite muchos matices. En un ciclismo que comienza su temporada en el mes de enero, en países como Australia, Argentina, Venezuela o Gabón, con equipos que terminan siendo de ninguna parte, lo que cuenta es ganar, a poder ser en los grandes escenarios del ciclismo mundial.
Mientras que el calendario en otros países se mantiene, o incluso crece, el de casa tiene más agujeros que un queso gruyere. A nivel de equipos lo que llama la atención es la irrupción de millonarios, eso al menos se dice, que han invertido su dinero en grupos como Leopard o Quick Step. No son muchos, pero es importante.
Hay equipos que ya son clásicos en el pelotón mundial y apuestan por la continuidad. Quien tiene un corredor joven que parece contar con margen de progreso lo conserva como oro en paño, Robert Gesink (Rabobank), Jurgen Van de Broeck (Omega) o Vincenzo Nibali (Liquigas) son buenos ejemplos de esa forma de actuar.
Pocas inversiones
Los fichajes con muchos ceros por detrás se están terminando, salvo casos muy contados, entre otras razones porque tampoco hay muchas garantías donde invertir. Uno que lo ha hecho es el Geox, con Denis Menchov y Carlos Sastre, que a pesar de la inversión realizada va a perderse buena parte del calendario mundial, incluido el Tour y puede que el Giro.
En el ciclismo mundial se trata de conservar lo que se tiene. Hay más casos especiales, como el del Leopard, que ha formado un equipazo, o el Saxo Bank, en sentido contrario, que se va a quedar sin Contador y deberá mover ficha para poder sacar la cabeza en alguna carrera.
También hay equipos que basarán su temporada en las clásicas, en los triunfos individuales, dejando de lado las clasificaciones generales puesto que no tienen corredores para poder brillar en la alta montaña. Hay buenos ciclistas, eso es indudable, pero cada vez nos encontramos con menos equipos que puedan decir que van a pelear con una cierta garantía por una de las grandes.
El ciclismo se está convirtiendo en otra cosa. Buena prueba de ello son los equipos franceses que si algo tienen de bueno es que no se complican la vida allí donde saben que no se la pueden complicar. Continúan sin un hombre que pueda dejarse ver en una general y plantean sus carreras con otros objetivos.
Tampoco se puede decir que sea algo novedoso, pero lo que sí llama la atención es que cada vez hay más equipos que no se rompen la cabeza por intentar brillar allí donde no pueden.
Los equipor del World Tour saben cuáles son sus posibilidades, cuentan con objetivos muy definidos y eso convierte el calendario mundial en un escenario en el que todo mundo sabe dónde pueden llegar los triunfos.
Sin un corredor como Alberto Contador, el Tour quedará muy abierto, lo que puede ser positivo para el espectáculo, para el organizador. La temporada que ya ha comenzado ofrece alternativas de lo más variadas, deja muy abiertos lugares en los que parecía imposible que surgiesen nuevos nombres. Las ausencias obrarán ese milagro que parecía imposible.
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