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A. GONZÁLEZ EGAÑA agonzalez@diariovasco.com
Sábado, 12 de febrero 2011, 11:30
Joseba era «bondadoso, muy valiente y muy ingenuo», pero pensaba que «había que poner pie en pared y resistir». Así lo recuerda su hermana Maite Pagazaurtundua, la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Desde el 8 de febrero de 2003, el trágico día en que ETA asesinó a su hermano, el exjefe de la Policía Local de Andoain, no ha cesado en la pelea «por lo obvio, por el derecho a hablar, a que no nos humillen y a que el futuro del País Vasco no consista en una falsa paz». Mañana, a las 12.00, familiares y amigos se reunirán en un homenaje cívico en Andoain junto a la escultura de Ibarrola 'La casa de Joseba'.
- Han pasado ocho años desde que ETA asesinó a su hermano Joseba. ¿Cómo se sobrelleva en su familia esa carga tan dolorosa?
- Cada persona es un mundo y cada momento es distinto al anterior. La primera fase del duelo es muy traumática, muy dolorosa. A mi familia no le resultó una sorpresa el atentado de Joseba. Ya a finales de 1994, sabíamos que había estado a punto de ser asesinado. Su vida, nueve años antes del atentado, fue un calvario constante y todos pasábamos miedo. Nos habría gustado que se hubiera ido de allí definitivamente, pero él pensaba que había que poner pie en pared y resistir. Y precisamente por eso, porque era tan buena gente, todos estos años han sido de pelea por lo obvio, por el derecho a hablar, a que no nos callen, a que nos respeten, a que no nos humillen, a que haya libertad de verdad, a que no consista el futuro del País Vasco en una falsa paz que sea un sarcasmo, que se nos dé una palmadita en la espalda pero se iguale a los asesinos a las víctimas, una falsa idea de reconciliación. Nuestra vida sobre todo ha sido una pelea porque creíamos que teníamos fortaleza para poderla enfrentar, ha sido muy duro.
- ¿Cómo era Joseba?
- Era bondadoso, muy valiente, muy simpático y muy ingenuo.
- ¿Se sienten arropados por los ciudadanos, por ejemplo, en Andoain?
- Hay de todo, gente muy cariñosa que igual se portan hasta demasiado bien con nosotros, y hay gente gélida, implacable a la que le gustaría fulminarnos con la mirada porque tenemos un enorme pecado sobre nosotros, y por haber expresado con claridad lo que veíamos en una parte de la sociedad que quiere ser ciega, sorda y muda. De todos modos, la victimación no significa automáticamente la clarividencia para nada, pero tampoco significa lo contrario. Hay personas que pueden quedar cronificadas en su dolor y otras que pueden ver las cosas con más claridad. Todas las gamas existen.
- ¿La paz está más cerca después de los movimientos de la izquierda abertzale ilegalizada?
- Estos últimos diez años han cambiado muchas cosas, el trabajo integral del Estado y de la sociedad contra el terrorismo ha generado efectos. El más importante es el debilitamiento de todo el mundo de ETA y de Batasuna, especialmente por la estrategia policial y la ilegalización. El trabajo contra el fanatismo identitario ha sido la ilegalización, aunque en la sociedad vasca tuvo muchísimos rechazos porque una parte importante de la sociedad vasca tiene desarrollado un especial síndrome de Estocolmo.
- ¿Qué quiere decir con eso?
- Simbólicamente la sociedad vasca está secuestrada por ETA, es rehén de ETA y cumple en una parte importante de la sociedad todos los síntomas que hacen que el rehén desarrolle tanto miedo que quiere que al secuestrador le salgan bien las cosas. Todo eso se cumple punto por punto en la sociedad vasca. Euskadi es una enorme metáfora de secuestro por parte de ETA y por eso hay una identificación con el agresor. Por eso lo más eficaz para minimizar el efecto de ETA era la ilegalización. Pero ahora hay otros efectos, hay un deseo profundo en una parte de la sociedad vasca de que no tengan que cumplir sus condenas, de que la ley no exista, de que puedan volver a las instituciones, aunque no asuman ninguna responsabilidad sobre el pasado, e incluso hay una cierta complicidad para que se pueda tener que pactar con ellos el relato común del pasado, del presente y del futuro. Es una verdadera aberración porque significa impunidad histórica.
- Pero, ¿no cree que la paz pueda llegar algún día?
- Puede llegar fatal. ¿Cuántas veces ha alertado Joseba Arregi de que ETA, habiendo sido derrotada policialmente, puede conquistar el relato colectivo y, por tanto, establecer unas pautas para el futuro tremendamente contaminadas? Eso no es sano para la sociedad. Lo que necesitamos no es sólo que no haya asesinatos, necesitamos liberarnos de toda la carga del pasado y eso hay que enfrentarlo con realidad.
- ¿No cabe entonces en la cabeza de Maite Pagazaurtundua que alguien que ha apoyado el terrorismo pueda llegar a pedir perdón?
- Claro que puede pesar, un ser humano puede evolucionar. Ahora bien, la Mesa Nacional de Batasuna que presentó Sortu no ha hecho eso, son unos grandes truquistas.
- ¿Y no cree que lo vayan a hacer nunca?
- No sé si lo van a hacer o no. Cada elemento de evolución ha sido por presión. Tasio Erkizia lo dijo esta semana con muchísima claridad, su deseo es conseguir espacio de juego político, pero para pelear a favor de la impunidad de los presos de ETA y para pelear a favor de la impunidad histórica de su propia responsabilidad y además para igualar en el imaginario colectivo a las víctimas que ellos han provocado. Éste es el juego que se va a jugar en los próximos tiempos.
- ¿Qué les pediría a Rufi Etxeberria e Iñigo Iruin?
-¿Qué se le puede pedir a un rufián que está jugando porque sabe cuál es el poder del miedo y de la manipulación social? Deshumanizaron a las víctimas cuando eran responsables de la estrategia de socialización del sufrimiento que provocó tantísimo dolor y buscan de nuevo deshumanizar a las víctimas porque quieren pasar por encima de su dignidad en el futuro también. Y buscan para ello que les acompañen incluso algunos de los que lo han sufrido. Es de un nivel de perversión indescriptible.
- ¿Y cómo se sienten las víctimas ante estas novedades? ¿Se ven desplazadas?
- Personalmente y en nombre de mi familia creo que la sociedad vasca no ha llegado a arropar del todo, de forma general, a las víctimas del terrorismo porque la propia sociedad vasca está rehén del miedo y del secuestro moral que genera la presencia de ETA. Siguen siendo muy generosos con las cosas que tienen que ver con ETA, con sus 'derechos' con sus necesidades, con su humanidad y sin embargo, tienden también, a la más mínima excusa, a ir contra las víctimas que hablan de esta situación.
- ¿Cree a los presos que dicen que se desmarcan de ETA?
- No es cuestión de creer. ¿Los expresos de ETA quieren convertirse en agentes de la deslegitimación de la cultura fanática identitaria? Ojalá.
- ¿A las víctimas de motivación política hay que tenerlas en cuenta?
- De momento, tenemos que hacer un enorme trabajo de pedagogía colectiva para deslegitimar el fanatismo identitario de ETA y para poder vencer ese enorme secuestro moral que hay en la sociedad vasca. Dicho esto, por supuesto que tenemos un enorme camino que recorrer para analizar qué fueron los GAL y el Batallón Vasco Español, y lo digo en la plaza de Andoain donde actuó el Batallón Vasco Español y mató gente. Y se lo digo yo que mi hermano Joseba fue quien averiguó la pista que llevó a la detención del comando. Pero hay que ir por orden, no se pueden quemar etapas. Hay gente que quiere terminar todo en diez años y hacerlo de cualquier manera, pero hay que hacerlo paso a paso, sin vanalidad, sin frivolidad.
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