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XABIER GALARTZA
Domingo, 13 de febrero 2011, 04:33
Cuando menos se lo esperaba llegó el varapalo. Después de defender estoicamente durante toda la primera vuelta el fortín de Bidebieta, ha tenido que ser el Castro Urdiales, un equipo en clara progresión acostumbrado a campar por la zona media de la tabla, el que acabe con el hechizo del recinto donostiarra. Hasta la fecha nadie había sido capaz de llevarse ningún punto. La primera e inmediata consecuencia de esta derrota (27-28) es el verse superado en la tercera plaza por un Mar Sagunto, que sudó lo suyo para vencer a domicilio al Elche con idéntico resultado.
A pesar de que la derrota ha sido por la mínima, hay que reconocer, aunque duela, que el resultado es justo, a pesar de que, a buen seguro, si se hubieran añadido cinco minutos más la victoria hubiera caído de lado guipuzcoano, en virtud de la tan meritoria como insuficiente remontada realizada en los últimos diez minutos, al establecer un parcial de 7-2.
Lo que verdaderamente enterró las aspiraciones del Bera Bera fueron los incomprensibles once goles anotados y sobre todo los dieciocho encajados a manos de un correoso equipo que ha sabido sobreponerse de manera sobresaliente tanto a la falta de centímetros como a la carencia de refuerzos foráneos. Este tipo de cosas hacen que la derrota pueda escocer un poco más, pero el Bera Bera ya sabe de antemano los problemas que siempre le acostumbra a plantear este tipo de equipos y éste en concreto. Una vez más se han dejado escapar preciosos puntos ante rivales teóricamente inferiores, después de haber dado buena cuenta en este mismo escenario de otros con mayor caché como es el propio Mar Sagunto.
El Bera Bera jugó con fuego durante la primera mitad, debido al cúmulo de imprecisiones realizadas tanto a la hora de defender sus espaldas como a la de encarar portería. La segunda mitad se redujo a tratar de consumar épica de la remontada. Sin embargo, quedó en un intento.
La máxima renta en contra que llegó a mostrar el electrónico del recinto donostiarra fueron nueve goles a falta de cinco minutos para el descanso.
Es verdad que en la segunda mitad se aplicaron y que fueron capaces de reaccionar. Poco a poco fueron remontando la desventaja, pero en el momento clave, a falta de dos minutos para el final, Zulai Agirre fue descalificada y el Bera Bera tuvo que jugar los últimos instantes en inferioridad.
A pesar de ello, a falta de medio minuto dispuso de una última posesión para empatar la contienda, pero la debutante Azenaide, que estuvo muy acertada en el lanzamiento durante todo el partido, erró su última tentativa, para desgracia local.
Borrón y cuenta nueva. Es el mejor ejercicio que pueden hacer ahora las donostiarras, olvidarse de este varapalo y tratar por todos los medios que no mine durante la semana la moral de un equipo que está dibujando una destacada trayectoria liguera. Pronto también tendrá la oportunidad de mostrar su calidad en la Copa, una competición que le viene como anillo al dedo, pero antes deberá recuperar la confianza doblegando la próxima semana al Ucam Murcia a domicilio, equipo que está enfrascado en la lucha por la permanencia.
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