El cerebro de los estatutos

Es el hombre que ha dado forma jurídica a los estatutos de Sortu, el nuevo partido de la izquierda abertzale que se va a enfrentar ahora al dictamen de los tribunales. Es el cerebro que ha dado forma legal a la apuesta pública que la izquierda abertzale viene anunciando desde hace un año y medio. Su exhaustivo conocimiento de la ley, su extensa trayectoria como abogado en numerosas causas relacionadas con la izquierda abertzale y con ETA, y los intentos frustrados de legalizar a Batasuna le convierten en la persona idónea para confeccionar, a conciencia, el apartado jurídico de la nueva estrategia. Y, como ocurrió el lunes, para explicarlo públicamente.

Iñigo Iruin lleva desde 2001 alejado de la política activa, aunque de puertas para adentro continúe siendo una de las voces autorizadas en las filas abertzales. Su convicción, según interpretan personas que han tratado con él, de que la estrategia de la izquierda abertzale debía dar un giro de 180 grados ha sido también decisiva.

El para algunos enigmático abogado ha estado implicado, «tanto o más» que el resto de dirigentes abertzales, en la apuesta por vías pacíficas desde el comienzo del debate. Iruin ha sido autor necesario del proyecto que, con más efusividad de la esperada, defendió en el Palacio Euskalduna a principios de esta semana. Ese día volvió a la primera plana de los medios de comunicación después de muchos años 'atrapado' entre las paredes de los tribunales, especialmente en una Audiencia Nacional que conoce como la palma de su mano.

Los innumerables juicios en los que ha ejercido la defensa de miembros de ETA, de dirigentes de la izquierda abertzale, de la frustrada legalización de Sozialista Abertzaleak y ANV, o de casos como el de Egunkaria -en el que siete años después del cierre del diario, el juez desmontó toda la causa y absolvió a sus directivos-, le han ocupado en los últimos años todo su tiempo.

Letrado de reconocido prestigio, avalado incluso por algún magistrado del Poder Judicial, personas que le han tratado y que no comulgan con sus ideas le definen como «un hombre inteligente» y con cintura, capaz de «entender la posición del otro» a pesar de que las posturas sean absolutamente encontradas. «Es serio y riguroso», dicen de él quienes le han tratado, que alumbran que después de haberle considerado como uno de los 'duros' de la izquierda abertzale fue también uno de los que reconoció que el atentado de la T-4 de Barajas fue una equivocación que echó por tierra el camino que había emprendido la izquierda abertzale.

En su trayectoria judicial Iñigo Iruin acumula importantes victorias en los tribunales como el amparo del Tribunal Constitucional contra la sentencia de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, el ingreso en prisión del exgeneral Enrique Rodríguez Galindo por los asesinatos de Lasa y Zabala o la desclasificación de los papeles del Cesid sobre los GAL.

Pero su dedicación profesional en los banquillos no ha disminuido su implicación con las estrategias políticas de la izquierda abertzale. Desde su participación en las conversaciones de Argel, ha tomado parte en todos los procesos de paz y se ha involucrado al máximo en hitos como el Pacto de Lizarra o la declaración de Anoeta de 2004. Además de su largo paso por el Parlamento Vasco durante quince años.

Iruin continúa involucrado, como se ha constatado, con esa tarea de diseño y toma de decisiones dentro de la izquierda abertzale, en comunión con los nombres que más peso han tenido y siguen teniendo en ese mundo, como Arnaldo Otegi, Rafa Díez y el otro protagonista de este proceso, Rufi Etxeberria, entre otros. Son el «grupo» que, desde una relación personal cercana, mantienen contacto permanente para seguir avanzando en el camino que han emprendido y que, según afirman, no tiene vuelta atrás.