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Begoña Garmendia, que en la actualidad es secretaria del Ayuntamiento de Azkoitia, en su despacho . :: FÉLIX MORQUECHO
«Condené el asesinato de Ordóñez por una cuestión de conciencia»
EL RECHAZO A ETA DESDE DENTRO

«Condené el asesinato de Ordóñez por una cuestión de conciencia»

Begoña Garmendia representa una de las imágenes más recordadas del rechazo a la violencia de ETA dentro de la izquierda abertzale

MIGUEL VILLAMERIEL

Domingo, 13 de febrero 2011, 11:38

Begoña Garmendia representa una de las imágenes más recordadas del rechazo a la violencia de ETA dentro de la izquierda abertzale. Era la portavoz del grupo municipal de Herri Batasuna en San Sebastián cuando el 23 de enero de 1995 ETA asesinó al concejal del PP Gregorio Ordóñez mientras comía en un restaurante de la Parte Vieja. Ese asesinato suponía un salto cualitativo en las acciones terroristas de la organización, ya que se atacaba directamente contra un político elegido democráticamente. Fue un atentado que convulsionó a la sociedad vasca de tal manera que supuso también un punto de inflexión en en la demostración pública del rechazo ciudadano al terrorismo.

Desde el mundo de HB nadie alzó la voz públicamente para condenar aquel atentado. Nadie excepto Begoña Garmendia, quien, afectada por el asesinato de un compañero de corporación, salió del despacho de su grupo -estaba situado pared con pared al del PP-, convocó a las decenas de periodistas que aquellos días hacían guardia en el Ayuntamiento y pronunció algunas palabras que por aquel entonces suponían toda una novedad: «Debo manifestar mi total desacuerdo y mi más firme rechazo a este acto. A los adversarios políticos hay que combatirlos con armas políticas», dijo entonces, visiblemente emocionada.

Hoy, 16 años después y alejada de la primera línea política, Garmendia rompe su silencio y recuerda que «aquella decisión fue algo totalmente personal. Esa noche no dormí nada e hice lo que me dictó mi conciencia. Para mí el asesinato de Gregorio fue un choque personal muy fuerte. Además, recuerdo que estaba embarazada de siete meses y a lo mejor por eso tenía la sensibilidad a flor de piel, pero el caso es que tenía que hacerlo. Me parecía una interferencia inaceptable en la vida política y recuerdo que yo me preguntaba 'con qué cara me presento ahora en un pleno'. Me parecía que habíamos sufrido una pérdida de legitimidad y mi conciencia me dictó salir públicamente y condenar el atentado», recuerda.

Unos meses después, al acabar la legislatura, Garmendia dejó HB. «En mi salida se unieron dos perspectivas. Por un lado la política, ya que yo en aquella época estaba en un movimiento que dentro de HB abogaba por centrarse en el trabajo exclusivamente político y que no compartía la estrategia del partido. Justo entonces ocurrió el atentado contra Ordóñez. Mira que nos pasábamos la vida discutiendo y que políticamente éramos rivales totalmente opuestos, pero tras su asesinato tuve que decir aquello de que al adversario político se le combate en las urnas, pero no se le mata».

Recelos

Fue el desmarque más contundente que se había visto hasta entonces en la izquierda abertzale, y las imágenes de Begoña Garmendia leyendo aquel comunicado con voz temblorosa se distinguieron frente a quienes o callaron o justificaron el asesinato. «Dentro de mi partido hubo personas que me mostraron su solidaridad y respetaron lo que había hecho y otras que no lo entendieron. La postura general fue de desacuerdo». ¿Por qué había tanto temor a mostrar una opinión diferente a la oficial? «Quizá no era tanto el miedo a salirse de la línea dominante como el recelo a cómo podían utilizar los adversarios políticos esa divergencia».

Los tiempos han cambiado y esta semana la izquierda abertzale ha presentado un partido que rechaza abiertamente la violencia de ETA. «Es un paso histórico que me provoca una profunda esperanza, mezclada con una sensación agridulce porque en todos estos años la izquierda abertzale podía haber jugado un papel importantísimo que al final no ha tenido. Era un paso necesario y era cuestión de tiempo que se diera; lástima que no haya llegado antes. Además, el primer beneficiado creo que va a ser la propia izquierda abertzale».

Garmendia destaca que «este avance se debe a personas que han trabajado con responsabilidad desde dentro para que la izquierda abertzale dé este paso en bloque, y me gustaría reconocer ese trabajo. Porque no es lo mismo que una persona individual dé el paso que llevar a todo un partido a romper con el pasado».

La exportavoz de HB en el Ayuntamiento donostiarra, en la actualidad secretaria del Ayuntamiento de Azkoitia, es también edil en Beizama. «Aunque ya no estoy en primera línea, he seguido participando en algunas iniciativas sociales porque mis ideas abertzales y de izquierdas no han cambiado. Esta legislatura he sido edil independiente de Beizama con una agrupación local para lo que lo primero es el pueblo. Podemos tener diferentes ideologías, pero buscamos lo mejor para Beizama. Creo que, aunque a otra escala, habría que lograr lo mismo para el pueblo vasco».

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