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CRISTINA TURRAU
Martes, 15 de febrero 2011, 08:51
María tiene 13 años y a los 3 tuvo cáncer. Ayer esperaba con su ama Izaskun en el edificio Txara 1 de Donostia para conmemorar el Día Internacional del Niño con Cáncer. Fue una de las encargadas de leer el manifiesto en el que la asociación de Padres de Niños Oncológicos de Gipuzkoa, Aspanogi, reivindicó unidades y atención especializada para los adolescentes con esta enfermedad. «De pequeña tuve cáncer, tenía tres años», relata María. «Estuve en el hospital de Donostia un año. Vengo porque tuve esta enfermedad y como un homenaje a otros niños».
María está curada. «Es un apoyo a los niños que tuvieron cáncer y a los que todavía lo tienen. Me parece una cosa bonita». A los tres años, ¿María se enteraba de lo que le pasaba? «Veía que estaba en una sala, en una cama, con mi familia. Salía de vez en cuando a la calle. Tenía de vez en cuando algún dolor. Veía siempre médicos. A veces hasta me asustaba. Pero no era consciente de por qué estaba allí. Lo único que sabía es que tenía un dolor y que estaba rodeada de médicos para curarme».
Quién se pone más triste, ¿los niños o los padres? «Más los padres, porque los niños no son conscientes de lo que está pasando», responde María. «Están con otros niños igual que ellos y tienen el apoyo de su familia, de las enfermeras. Creo que lo pasan peor los padres».
Con 13 años, María parece consciente de lo que le ocurrió. «Sigo siendo una niña pero sé lo que tuve. Ahora me siento normal. Pasó y ya está».
María quería apoyar la jornada y el premio a José Mari Agirretxe, 'Porrotx', y la cooperativa 'Katxiporreta'. «Se lo merecen. Está muy bien lo que han hecho para apoyarnos».
Izaskun, la ama de María, asume que su hija tiene una madurez especial para los 13 años. «En su día nos dijeron que estos niños maduran antes. Yo no me lo creía, porque tenía tres años, era un bebé. Pero no sé si es por la enfermedad o porque tenía que ser así, pero es una niña responsable y madura».
¿Algo se aprende? «A la enfermedad no encuentro nada bueno», dice María. «Aunque sí podría decir algo positivo, que ya pasó».
Adolescencia oncológica
Para Izaskun, la ama de María, tiene mucho sentido dedicar un día a la oncología infantil. «Hasta que no te toca no eres consciente de lo que pasa», explica. «Estamos muy acostumbrados a hablar del cáncer en adultos pero no tanto en niños. Hasta que no entras en esta rueda no te das cuenta de todo lo que hay, todo lo que se puede hacer y todas las medidas que se necesitan».
Izaskun se sumó a la antigua petición de Aspanogi, reiterada en la jornada de ayer. «A un niño de 14 años no se le puede meter en un hospital oncológico con adultos, porque la enfermedad será la misma, pero la manera de sentirla, no. Un niño de 3 ó 4 años no es consciente de estar en un hospital. Pero con 12, 13, 14 ó 15 sí lo son. Y habrá que hablar si necesitan un hospital, un área especial, psicólogos... no sé, pero, desde luego, requieren un trato especial. Porque no son niños ni tampoco adultos y no se les está dando lo que necesitan».
El tema de la adolescencia oncológica está sin abordar. «Los niños en el Hospital Donostia tienen su área, sus médicos y la cuestión está cubierta, aunque siempre hacen falta cosas. Pero las instituciones no son conscientes aún de su deber de responder adecuadamente a los adolescentes con cáncer, un asunto con prioridad».
Izaskun ofrece su mensaje para otros padres: «Es un palo muy gordo, pero se sale».
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