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Preocupación entre los trabajadores de la empresa Elgorriaga, perteneciente al grupo Nueva Rumasa. :: EFE
Ruiz-Mateos culpa a los bancos de la crisis de Rumasa, cuyas empresas se prestaban entre sí
ECONOMÍA

Ruiz-Mateos culpa a los bancos de la crisis de Rumasa, cuyas empresas se prestaban entre sí

El empresario insiste en que «todo el que puso dinero va a cobrar» y los expertos aseguran que los inversores tienen prioridad en caso de suspensión de pagos

MARÍA JOSÉ ALEGRE

Sábado, 19 de febrero 2011, 12:25

Como en una reedición de lo ocurrido hace casi tres décadas, el patriarca de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, echa de nuevo la culpa a los bancos de los problemas que atraviesa su renacido imperio, cuya deuda total superaría los 700 millones de euros. El comportamiento del Santander, «un banco que es el segundo del mundo, deja mucho que desear», declaró a Punto Radio. Y añadió que estaba intentando hablar con su presidente, Emilio Botín, «pero no se pone». La deuda de una serie de empresas de Nueva Rumasa con el grupo Santander es elevada. La que mantienen Dhul, Cacaolat, Hibramer, Carcesa y Zoilo Ruiz Mateos rebasa los 140 millones.

En los orígenes del 'imperio de la abeja', Ruiz-Mateos acudió al Banco Popular en demanda de refinanciación, y mantuvo un largo enfrentamiento con el entonces presidente, Luis Valls Taberner, a quien acusó de no haberle prestado el oxígeno necesario para la supervivencia de sus sociedades antes de que se produjera la expropiación.

El presidente de Nueva Rumasa intentó ayer salir al paso de las acusaciones de haber destinado los fondos captados de los inversores a proyectos diferentes de lo comprometido, e insistió en que «todo el mundo va a cobrar, y a lo mejor antes de lo que algunos creen». «El patrimonio de Rumasa es enorme», defendió.

Cierto o no, los 5.000 inversores de pagarés de Nueva Rumasa no serán los últimos en cobrar si las sociedades del grupofinalmente se acogen al concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos). Expertos consultados explican que aquellos que hubieran acudido a una emisión de pagarés que contara con una garantía real que asegure la devolución del dinero, tendrán prioridad para cobrar las cantidades invertidas.

Información insuficiente

El equipo de Nueva Rumasa cifró el jueves el patrimonio de Nueva Rumasa en unos 5.800 millones de euros, si bien la información financiera del grupo es inexistente, o al menos no ha sido difundida por los canales habituales. Tampoco estaba obligado a mayores exigencias, al no constituir un grupo consolidado, sino un conglomerado de empresas con participaciones cruzadas. Tampoco abunda la información societaria, a excepción de las cuentas de resultados y balances que la ley obliga a depositar en el Registro Mercantil.

Explorando en los 'folletos' no oficiales difundidos por las empresas que emitieron pagarés, aparecen anuncios de planes de expansión que no llegaron a cuajar. En 2009, Carcesa obtuvo 70 millones, pero con ese dinero solamente se compró Queserías Menorquinas. Parte de los recursos obtenidos de los ahorradores se destinaron a préstamos a otras empresas del grupo. En la Rumasa primigenia, una estrategia de este tipo posibilitó la formación de la trama empresarial que la intervención desentrañó una vez tuvo en sus manos los libros de cuentas y que mostró un agujero multimillonario.

El Gobierno se ha limitado de recordar que la CNMV avisó en varias ocasiones de los riesgos de comprar pagarés o participar en ampliaciones de las empresas de Nueva Rumasa. Elena Salgado aseguró que el Ejecutivo había hecho «cuanto estaba en su mano» y evocó los cambios legislativos introducidos, que desalentaron la emisión de pagarés ante los nuevos requerimientos informativos y de control.

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