El Bidasoa salva un nuevo match-ball y sigue vivo

«Seguimos vivos», gritó Asier Aranburu nada más acabar el partido. A su lado, Ricardo Jiménez, médico también del Bidasoa-Irun, resoplaba. El resto de jugadores se abrazaban y alguno llegó a soltar alguna lágrima, como el entrenador Fernando Herrero. El conjunto irundarra volvió a ganar casi una vuelta después y sigue manteniendo esperanzas de conseguir la permanencia en la División de Honor Plata.

El de ayer era un partido en el que sólo había una opción. Era ganar o ganar. Una derrota, como dijo Fernando Herrero en la previa, no hubiera supuesto el descenso de manera matemática, pero...

En esta crítica situación comenzó el cuadro bidasotarra, pero en el día más necesario todos los jugadores dieron lo mejor de sí para lograr la victoria y dejar los dos puntos en Artaleku. Bernatonis marcó ocho goles, Aldunate y Samuel seis. Todos aportaron, hasta los más jóvenes. Y mención especial merece Astydamas, que realizó dieciséis paradas. Sensacional.

Aunque todo saliera bien, hubo que esperar hasta el minuto veinte para que el Bidasoa se quitara los nervios de encima y empezara a demostrar que era más equipo que el Grupo Pinta Torrelavega. Hasta entonces fueron los cántabros mandando en el marcador, pero desde ahí hasta el final, los bidasotarras dominaron el choque y acabaron ganando con superioridad.

Con el 15-12 en el marcador, se llegó al descanso. A pesar de la renta, todo estaba por decidir. Pero en la segunda parte el Bidasoa fue como una apisonadora. La ventaja fue aumentando hasta llegar al momento clave del partido, en el que se desató la euforia.

Sentencia en inferioridad

Los irundarras ganaban 26-22 y los árbitros decidieron poner una piedra en el camino. Dejaron al Bidasoa con dos jugadores menos durante tres minutos y medio. Pero entonces llegó la revolución. Astydamas lo paró todo, Samuel robó balones, Bernatonis marcó goles y un entregado público -1.000 personas asistieron a Artaleku- apretó como hacía tiempo que no lo hacía. Otra gran noticia.

La ventaja pasó de los seis a los ocho goles (30-22) y el final fue un paseo de los bidasotarras entre una incesante ovación de la afición.

El Bidasoa sigue vivo, a dos puntos de la permanencia. Queda mucho, pero así se puede conseguir. Éste es el camino.