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BENITO URRABURU
Lunes, 28 de febrero 2011, 09:23
Su primera prueba de la temporada no ha sido un entrenamiento, uno de esos trabajos en los que un ciclista lleva el dorsal puesto y va haciendo kilómetros de calidad para futuros compromisos.
Samuel Sánchez ha estrenado 2011 en la Vuelta a Andalucía. Ha terminado noveno en la general final y segundo en la última etapa. Un inicio prometedor para uno de esos ciclistas que da la impresión de jugarse cada año su porvenir deportivo.
«¿Qué significa para mí 2011? Otro año más. ¿Especial? Especiales son todos. Cada año es especial. Me lo planteo como otro reto, con la misma ilusión». Se explica con tranquilidad, con calma. Finalizar cuarto en el pasado Tour da la impresión de que le obliga a más, a exigirse más a sí mismo: «Me pido a mí mismo más, tener suficiente capacidad de superación, aunque superarte a ti mismo es difícil. Todos los años son difíciles. Nunca salen las cosas como quieres».
Quedan cinco meses hasta el inicio del Tour de Francia. Es consciente de que puede encontrarse en la salida sin Contador, sin Menchov, lo que le colocaría muy alto en el podio si se aplicase esa lógica, algo con lo que no está de acuerdo.
«Esas cuentas que haces no me valen a mí para nada. Si no están ellos habrá otros como los Schleck, Evans, Basso, Wiggins, Gesink, Van den Broeck, Klöden, Leipheimer. Yo ahora no pienso en el Tour. Queda mucho para que llegue. Quiero centrarme en lo más cercano, en lo inmediato como he hecho con la Vuelta a Andalucía, como haré con la París-Niza. Yo soy de esa forma de pensar».
Se pone serio y matiza sus palabras: «¿Sabes porque pienso así? Porque un día te levantas y te dicen, por ejemplo, que tienes cáncer. Lo he vivido con mi madre, -Amparo, que falleció a los 36 años, cuando Sanuel era un proyecto de ciclista, en 2000-, por eso pienso en un futuro cercano, no más allá de mañana. Mi madre trabajó para sacarme adelante, estudiaba y el cáncer se la llevó. ¿Para que voy a pensar en julio?».
Habla con parsimonia, explicando las cosas, con una tranquilidad que llama la atención: «Esta forma de ser va en el carácter de cada uno. Suelo ser tranquilo, aunque cuando hay que estar nervioso, me pongo nervioso. Hay que pensar con la cabeza fría. Ir a contracorriente distorsiona el pensamiento. Las decisiones hay que tomarlas con la cabeza fría. Si te precipitas te arrepientes».
Por eso prefiere hablar de la Vuelta al País Vasco, antes que del Tour: «La Vuelta al País Vasco es un objetivo para todos, para el equipo, para mí, para la empresa, para la afición. Es un reto. Intentaré no fallar».
Añade que «no me gusta hablar del Tour. He corrido cuatro. Dos no los he acabado. Yo no puedo ser considerado un corredor Tour como Armstrong, Indurain o Alberto. De los dos que he terminado en uno he sido cuarto y en otro séptimo. Voy a cumplir los 33 años . ¿Ganar el Tour? Eso suena demasiado fuerte. Sé que puedo ganar una clásica, una carrera de seis días, que soy un corredor bastante completo, pero ganar el Tour... No sé, quizá sea demasiado cauto, pero no lo veo».
Es uno de esos ciclistas que ha ido creciendo poco a poco con el paso del tiempo: «Cada año vas cogiendo más experiencia, te conoces mejor a tí mismo. La experiencia es muy importante para colocarte en una carrera, para aflojar en los entrenamientos y saber llegar en el momento justo a una prueba. Puede que físicamente mejore un pelín, pero las mejoras en ese sentido cuestan cada vez más. Muchas cosas las vas supliendo con la experiencia».
Reconoce que le costó llegar a ganar: «No acababa de rematar. Me costó mentalizarme de que podía luchar por algunas cosas, por ejemplo por el podio de la Vuelta, por la propia carrera. Igor González de Galdeano me ha ayudado a mentalizarme de que puedo conseguir cosas. La sintonía que tenemos es buena para trabajar».
No es una persona de muchos sueños deportivos, pero los tiene: «Una cosas son los sueños y otra los objetivos. Me gustaría ganar un Campeonato del Mundo. Sé que lo tengo en las piernas. También me gustaría estar en el podio del Tour y del Giro, estar en el cajón de las tres grandes».
Su evolución como ciclista ha ido paralela a la del equipo: «A Euskaltel se le ve más sólido. Son corredores que hace tres años tenían 24 y ahora, 27. Han cogido mucha experiencia, están más maduros». Con lo sucedido con Contador y Valverde, Samuel Sánchez es uno de lo pocos ciclista españoles de nivel que no ha tenido problemas con el asuntos de dopaje: «Contador es el mejor corredor del mundo para pruebas por etapas. A un ciclista se le mide por su palmarés y el de él, ahí está. Valverde ganará de nuevo cuando vuelva a correr».
Ve con «tristeza lo que le sucede al ciclismo, cómo se le trata, a batacazo limpio. No hay presunción de inocencia y el daño que se hace es irreparable».
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