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AMAIA CHICO
Sábado, 26 de marzo 2011, 10:10
La unión de fuerzas que la izquierda abertzale, EA y Alternatiba llevan promoviendo desde hace meses ya tiene un esbozo más o menos ajustado, y un nombre. Bildu será la coalición que 'reúna' a los firmantes del acuerdo Euskal Herria Ezkerretik en un mismo sujeto electoral con el que intentarán el doble objetivo que suscribieron el pasado mes de enero: «la construcción nacional y social de Euskal Herria» desde las instituciones.
La incertidumbre sobre si Sortu finalmente será o no legal antes de las elecciones no socavaría el acuerdo electoral que todavía no se ha firmado pero que hoy sembrará el primer germen en Estella. Será en Navarra, efectivamente, donde la unión entre EA -Alternatiba no tiene representación allí- y ciudadanos agrupados en Herritarron Garaia presenten, si no la coalición que aún no se ha estructurado formalmente, sí esa propuesta electoral «abierta» que se convertirá en la verdadera alternativa para la presencia de la izquierda abertzale en las elecciones municipales y forales. El «acto de partida», como anuncian en el cartel del acto, se celebrará a las 17.30 horas en el frontón Remontival, donde llamarán a ir «todos juntos desde Navarra hacia Euskal Herria».
Fuentes directamente involucradas en este proyecto advierten de que este nuevo sujeto político «sin vetos ni exclusiones» cumplirá estrictamente la legalidad vigente, lo que supondría que los candidatos en municipios, juntas generales y Parlamento foral no tendrán vinculación formal con partidos ilegalizados anteriormente.
Estas mismas fuentes aseguran que las listas conjuntas, que deberán presentarse antes del 18 de abril, aún no están diseñadas y que será cada localidad la que, atendiendo las opciones que existan en cada caso, conforme su plancha, siempre aviniéndose a lo que marca la ley, insisten.
La coalición, por tanto, va tomando cuerpo aunque, según afirman, todavía no existen fechas concretas para firmar el acuerdo ni presentarlo oficialmente, aunque ayer algún medio apuntaba que será el 9 de abril cuando Bildu comparezca públicamente en Donostia.
El hermetismo sobre los planes concretos que están diseñando estas tres fuerzas parece lógico a tenor de la «vigilancia» que la Abogacía y la Fiscalía anuncian sobre cualquier iniciativa que busque la presencia de la izquierda abertzale en las instituciones. La fórmula de integración en EA, que el Gobierno barajaba como más que factible pero que Pello Urizar ha negado una y otra vez, pierde peso en favor de una agrupación más amplia enmarcada bajo una nueva denominación. Tampoco es la opción de las agrupaciones electorales, para algunos el plan C, la que se está planteando.
El formato final va en la línea que se auguraba desde la firma del acuerdo Euskal Herria Ezkerretik, que sentaba la base ideológica compartida para que, fuera con el sujeto político que fuera, finalmente se decidiera conformar una unión de fuerzas que defendiera esos postulados por «vías estrictamente políticas y pacíficas» en las instituciones.
Reuniones sobre programa
El primer paso que se va a dar hoy en Estella quiere extenderse en las próximas semanas a la CAV, donde el cierre de la coalición va más lento, aunque se va avanzando por ejemplo en la conformación de un programa común, objeto de debate en las reuniones que ayer por la tarde mantuvieron en cada comarca representantes de EA y de la izquierda abertzale.
Pero ese trabajo que se va haciendo inevitablemente en la sombra en la cuenta atrás hacia los trámites legales para la inscripción en las juntas electorales y la presentación de candidaturas a partir del 13 de abril está íntimamente ligado con las noticias que llegan de los tribunales. La legalización o no de Sortu sobrevuela esa labor aunque, según afirman impulsores de la coalición, en caso de que el recurso de amparo que se presente ante el Tribunal Constitucional diese la vuelta al fallo de la Sala del 61 y la izquierda abertzale contara con una marca propia, la coalición seguiría adelante.
Si esa resolución llegase a tiempo, alegan además, probablemente no sería con tanto margen como para deshacer los trámites necesarios para presentarse a los comicios. Esos requerimientos, al tratarse de una coalición, no pasan por la inscripción en el registro de partidos sino por el registro de un promotor en cada una de las juntas electorales.
Caamaño, «atento»
La fórmula elegida era también contemplada por las fuerzas de seguridad, por ser de hecho la más complicada, según reconocen la Abogacía del Estado y la Fiscalía, para emprender una impugnación. Aún y todo, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, aseguró a última hora de ayer que permanecerá «atento» ante cualquier movimiento que se produzca, y recordó que «donde se incumpla la ley, ahí estará el fiscal o el abogado del Estado para presentar la correspondiente demanda».
Caamaño remarcó la posición expresada horas antes por el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien advirtió de que el Gobierno permanecerá vigilante mientras la izquierda abertzale no demuestre ante los tribunales que «no tiene ninguna relación con ETA». En este sentido, el ministro del Interior evitó pronunciarse sobre lo que sucederá en el Tribunal Constitucional, sea antes o después de los comicios del 22 de mayo, pero remarcó que esta corte está en sintonía con el Supremo en cuanto a la interpretación de la Ley de Partidos.
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