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Participación. Asistentes al congreso siguen una mesa redonda sobre Open Data. :: NAGORE IRAOLA
El humor como herramienta política
Congreso de ciudadanía digital

El humor como herramienta política

Los expertos aconsejan campañas electorales más ligeras, cercanas y transparentes. Ponentes y asistentes, satisfechos con el segundo Congreso de Ciudadanía Digital que se cerró ayer en el Kursaal

ANA VEGA

Sábado, 16 de abril 2011, 10:59

Queda algo más de un mes para que lleguen las elecciones municipales y forales pero la presencia de las campañas electorales ya empieza a notarse en la red. Hoy en día no hay partido político ni candidato electoral que no haya buscado e incluso encontrado su hueco en las redes sociales, pero, ¿van en el camino correcto? En opinión de Nicolas Vanbremeersch, primer ponente de la segunda jornada del Congreso de Ciudadanía Digital, claramente no. Este blogero francés de éxito y autor de un ensayo sobre cómo la web está cambiando la política, subrayaba el error que cometen los políticos europeos al fijarse e intentar imitar las tácticas utilizadas en la campaña que llevó a Barack Obama a la Casa Blanca: «ni tenemos la misma red ni tenemos tanto dinero como ellos».

Haciendo un repaso a la situación electoral en Europa, se mostraba tajante: «No hay campañas políticas novedosas. Nuestros políticos son muy conservadores, están haciendo lo mismo que hacían el año pasado e incluso lo que hacían sus padres. Cuando llegan las elecciones saben que tienen que reforzar su presencia en la red y se limitan a decir, 'hazme blog, cuelgo unos vídeos, me creo una cuenta en Twitter y ya está' pero hoy en día no se trata sólo de las herramientas, sino de entender que existe una nueva forma de organización de la sociedad».

¿Soy interesante?

Internet y las redes sociales están cambiando la manera en que nos comunicamos y sobre qué debatimos. Los temas de actualidad están en las redes y todo lo que nos gusta y nos interesa lo compartimos con nuestros 'amigos', pero no compartimos cualquier cosa sino lo que nos sorprende, lo que nos agrada o lo que nos hace sonreir. Por este motivo Vardermeersch defiende que la clave para las campañas políticas online, «es acertar con el mensaje. Nadie va a compartir con sus amigos un blog aburrido o un vídeo de un candidato hablando durante veinte minutos».

En este punto señala que los partidos políticos así como los candidatos que quieran saber si su campaña es atractiva deben preguntarse: «¿Soy interesante? ¿Los usuarios van a compartir con sus amigos lo que yo voy a contarles?».

La ciudadanía digital adopta un nuevo lenguaje así como formas novedosas de hacer las cosas y de movilizarse por lo que Vadermeersch apuesta por adaptar las campañas a estas nuevas formas de comunicación. «Hay que dar a la cidadanía algo que pueda ser trasmitido de una persona a otra, se pueden utilizar datos, el humor, vídeos... pero tiene que ser un mensaje susceptible de ser compartido».

Para que una campaña sea exitosa, «no hay que fijarse en qué se está haciendo en política, sino en lo que hace la gente en la red. Se trata de conseguir que las personas se identifiquen con tu mensaje», recalca Vardemeersch.

Participación ciudadana

El blogger francés plantaba la semilla y otros recogían sus frutos. Si Vandermeersch ya señalaba que además de contar con las herramientas adecuadas hay que saber utilizarlas, en la mesa redonda dedicada a la participación ciudadana, Ramón Ramón Sánchez, consultor en Tecnologías de la Información, desmitificaba las revueltas árabes señalando que «en el norte de África la revolución se hace por las nuevas conciencias y no por las nuevas herramientas».

Y es que la partipación en general y la relación entre la clase política y los ciudadanos en particular, uno de los principales temas de debate del Congreso de Ciudadanía Digital, daba lugar a numerosas reflexiones a lo largo de la jornada. Nagore de los Ríos, directora de Comunicación del Gobierno Vasco, señalaba la importancia de dar a los usuarios garantías : «No sólo queremos y tenemos que buscar la participación, también tenemos que asegurarnos que la gente sepa que se le escucha y se le responde», aunque también reconocía la necesidad de las administraciones de salir a la calle para conocer el sentir del ciudadano. «No vale con abrir una web y esperar a que la gente venga a participar», añadía De los Río.

Para los que no se sienten del todo cómodos entre tanta terminología 2.0, que no cunda el pánico porque no todo es tan digital como parece ya que tal y como defendía Ignasi Genovés, director general de Atención Cidadana de la Generalitat de Cataluña, «no hay separación entre ciudadanía y ciudadanía digital. Cuanto más ciudadano seas, más colaboración digital habrá».

Abriendo puertas

Aunque para digital, el futuro que algunos auguran con las ciudades inteligentes. Ir conduciendo por una ciudad y que el móvil te señale dónde están las plazas libres de aparcamiento más cercanas parece algo lejano pero no lo es tanto gracias a los movimientos de Open Data.

Este término se refiere al hecho de ofrecer de forma abierta los datos de las administraciones para que los ciudadanos se beneficien de ellos, incluso, tal y como señala Marc Garriga, impulsor del proyecto de datos abiertos del Ayuntamiento de Barcelona, «para ganar dinero». Garriga asegura que el objetivo de esta apertura de la información es aumentar la transparencia de cara al ciudadano pero también promocionar el tejido económico y la inovación: «Vamos hacia un nuevo modelo de ciudad, ciudades inteligentes que conectan personas e infraestructuras».

Conexiones entre ciudades y ciudadanos suena a 'Matrix' pero es mucho más sencillo cuando te explican que se trata simplemente de una aplicación en el móvil que te señale dónde está la farmacia más cercana o a qué hora pasa el autobús por la parada en la que te encuentras.

El derecho al olvido

Pero aunque todo suene a modernidad, inmediatez y transparencia, también son de sobra conocidos los deslices de las 'celebrities' con sus comentarios en las redes sociales y seguro que no son pocas las personas que se han arrepentido de subir alguna foto comprometida a la red. Jorge Campanillas, abogado especialista en nuevas tecnologías, subrayaba la importancia de «recordar que el uso de las redes sociales no es tan inocuo como creemos» y explicaba que en Alemania ya existe una ley que prohíbe a las empresas consultar las redes sociales para conocer más de cerca a los candidatos a un puesto de trabajo.

Relacionado con esto, Campanillas defiende el derecho a la cancelación de los datos o como él bien dice, el «derecho al olvido, que esos datos desaparezcan de ahí». Como siempre ocurre con las nuevas materias, se trata de una discusión sin precedentes y que «hay que ir planteando» por lo que reclama la necesidad de nuevas regulaciones al mismo tiempo que denuncia que España es el único país de Europa sin una normativa estatal de transparencia.

La clave es, una vez más, encontrar el equilibro entre el acceso libre a la información y la protección de los datos aunque de momento, y según Campanillas, «siempre gana el derecho a la privacidad».

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