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BENITO URRABURU
Viernes, 22 de abril 2011, 10:59
Su valor como jugador de rugby dejó huella en el Top 14 francés hace un año, cuando militaba en el Toulon, tanto dentro como fuera del campo. Sonny Bill Williams es un neozelandés que ha disputado tres combates como boxeador profesional. No es el primer caso de un jugador de rugby que ha boxeado. En el rugby español hubo varios jugadores que lo hicieron y en Francia, al máximo nivel, el talonador Vincent Moscató, integrante de una primera línea de Bégles-Bordeaux formada por Serge Simon y Philippe Gimbert, que causó terror en los campos de juego, también boxeó.
Con 1,92 de estatura, 110 kilos de peso y 28 años, Sonny juega de centro. Lleva cuatro partidos con Nueva Zelanda y parece tener asegurada su plaza para los Campeonatos del Mundo, a pesar de ser un jugador que divide a su país. No usa móvil, ni tiene twitter, ni tampoco un coche lujoso. Prefiere pasar su tiempo libre leyendo.
Se convirtió en una estrella del rugby a XIII en Australia con los Canterbury Bulldogs, con quienes fue campeón de la Liga en su país. Rompió su contrato, por un valor de 350.000 euros, para venir a Europa. Lo fichó Toulon, con quien jugó en la Liga francesa. Allí se encontró con Tana Umaga, Jhonny Wilkinson, Contemponi, y Van Nieker, entre otros.
Sonny Bill Williams tiene una personalidad acusada, de esas que sirven para llenar páginas de periódicos en países donde el rugby es una religión. Está considerado 'un chico malo' del deporte, que ha tenido problemas con el alcohol, por lo que ha estado en tratamiento, además de ser inconstante en sus entrenamientos. Hace tres años se convirtió al Islam.
Vida polémica
Ha conseguido que la mitad de su país le adore y la otra mitad, le deteste. Dicen que Nueva Zelanda nunca ha tenido un centro tan potente en su equipo. Otros le ven como un puro producto de marketing. Apareció en una encuesta como la persona más detestada del país, por delante de Ali Amrozi, el autor de los atentados de la Isla de Bali en 2002.
Subió al ring para buscar una confianza interior que según él le falta. Por eso ha boxeado y no descarta centrarse en ese deporte en el futuro. Ha disputado tres combates. A Gar Gurr le ganó por k.o. en el segundo asalto. Ryan Hogan sólo le duró un asalto y batió a Scott Lewis en su tercer combate en seis asaltos, a los puntos.
El contrato que ha firmado con la federación neozelandesa le permite disputar un cuarto combate de boxeo antes de los Campeonatos del Mundo. Dice Sonny que el «boxeo es el más duro de los deportes».
De madre neozelandesa y padre samoano, tuvo que utilizar sus puños para ganarse el respeto de sus amigos en el barrio de Mount Albert, en la periferia de Auckland. Tiene contrato hasta que finalice el Mundial con la federación de Nueva Zelanda. Cuando dejó Toulon, firmó con los Crusaders de su país y debutó con los All Blacks contra Inglaterra.
Su vida extradeportiva ha dado mucho juego. En 2005 fue detenido y multado con 4.000 euros por conducir ebrio. Tres años después volvieron a multarle por orinar a la puerta de una discoteca. Más tarde le sacaron una foto polémica con una modelo y atleta australiana, Candice Falzon. Se tuvo que disculpar con su novia, Genna Shaw, que le perdonó.
Profesional en tres deportes, rugby a XIII, rugby a XV y boxeo. el Campeonato del Mundo, que se disputa en Nueva Zelanda, su país, es su próximo objetivo.
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