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XABIER GALARTZA
Domingo, 24 de abril 2011, 11:45
Trabajado, sufrido y meritorio triunfo obtenido por el Arrate en Guadalajara, lo que le permite afrontar con mayor optimismo esta recta final de la Liga.
La victoria viene acompañada del premio adicional que representa la derrota del Toledo a manos del CAI Aragón. Esto significa que a falta de cuatro jornadas para la conclusión de la Liga la amenaza del descenso que representa la proximidad en la tabla del equipo toledano se sitúa a cinco puntos (cuatro puntos más el golaveraje particular).
El duelo protagonizado en Guadalajara guarda un gran paralelismo con el disputado en la ida por estos mismos contendientes. Una vez más el Arrate no sólo no tuvo ningún reparo en pasar a tomar la iniciativa en el marcador después de superar el pulso inicial que se prolongó por espacio de quince minutos, sino que volvió a vérselas felices para salir airoso de este duelo a pesar de llegar a disfrutar de una renta de nueve goles. Felizmente, el desenlace en esta oportunidad no saldó con un triste empate sino con una valiosa y muy celebrada victoria.
El Arrate quebró la igualdad predominante en el primer cuarto merced a un parcial de 0-4 (7-11), derivado de la excelente labor desarrollada bajo los palos por su meta Voncina y por sus hombres de la primera línea formada por Petricheev, Kurilenko y Tokic.
El conjunto albiazul no sólo fue capaz de administrar esta jugosa renta hasta el descanso, sino que en la reanudación vio aumentadas generosamente sus opciones de éxito al incrementar la ventaja hasta los nueve goles (11-20), después de que Sergio Cid resolviera felizmente el único contragolpe que convirtió su equipo en la contienda.
En condiciones normales, se podría decir que el partido estaba bien encarrilado y visto para sentencia, pero cuando se trata del Arrate esto sería faltar a la verdad. No hay más que echar un vistazo a las ocasiones en que en esta temporada ha conseguido abrir generosos huecos que a la postre han quedado en agua de borrajas. Por eso, ayer no hizo otra cosa que cumplir la regla establecida.
En esta oportunidad, la recuperación que experimentó el Guadalajara (le bastaron quince minutos para reducir la renta a la mínima expresión, 22-23) se gestó a partir de las situaciones en inferioridad en que se vio forzado a jugar el Arrate, a raíz de las exclusiones decretadas sobre Alzaga y Petricevic.
Al contrario que en Ipurua, esta vez el equipo sí dispuso de la suficiente capacidad de reacción para auparse con el triunfo final.
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