Borrar
Lanzmann, en Donostia. :: IRAOLA
«'Indignaos' me parece un libro ridículo, grotesco y una estafa»
LITERAKTUM. PRESENTACIÓN EN SAN TELMO

«'Indignaos' me parece un libro ridículo, grotesco y una estafa»

Claude Lanzmann Director de cine y escritor. El escritor y director francés presenta hoy en San Telmo sus memorias y su última película

ALBERTO MOYANO

Martes, 17 de mayo 2011, 05:05

A sus 85 años, Claude Lanzmann (Bois-Colombes, 1925) sigue siendo físicamente un toro, intelectualmente un garrote y emocionalmente un camorrista. El escritor, que hoy presenta en San Telmo su última película, 'El informe Karski', y sus voluminosas memorias, 'La liebre de la Patagonia' (Ed. Seix Barral), es autor de una obra soberbia, lo sabe y se comporta como tal. Por lo demás, prepara ya otro libro y una nueva película.

- En España no se conocía su faceta de escritor y de periodista.

- Es un libro de escritor, no de periodista.

- Ya, ¿cuál fue el desencadenante que le llevó a escribirlo?

- En primer lugar, a lo largo del tiempo he hablado poco de mi vida personal. Al contrario de lo que dicen algunas personas, carezco de narcisismo. Al mismo tiempo, sé que he tenido una vida poco ordinaria, más bien, al contrario: ha sido extraordinaria. Hablé con amigos que me animaron a escribir sobre mi pasado. No solamente fui testigo de la historia, sino también actor debido a todo lo que he hecho en mi vida y también a la gente que he conocido, amigos y enemigos, con los que he trabajado. Siempre lo dejaba para más adelante porque pensaba que tenía mucho tiempo por delante para hacerlo. Aún lo sigo pensando. Tengo una relación muy particular con respecto al tiempo, por eso siempre he procrastinado la escritura de 'La liebre de la Patagonia'. Tras los doce años de dificilísimo trabajo que invertí en 'Shoah', sabía que para escribirlo tendría que volver a sumergirme en algo muy complicado. Por eso he dudado tanto.

- ¿Tiene la sensación de haber estado en el ojo del huracán del siglo XX europeo?

- He estado en varios ojos del huracán, tengo conciencia de eso.

- ¿Puede que 'Shoah' haya ocultado otras facetas de su creatividad y el resto de sus obras?

- 'Shoah' es una película única y supone un gran temblor en la historia de la Humanidad y un sobresalto en la del cine. Es un hito. Todo el mundo lo dice y lo reconoce, pero las otras películas que he realizado también me gustan mucho. 'Pourquoi Israel?', mi primera película, también me encanta. Es muy divertida. 'Tsahal' es un filme de cinco horas bastante impactante. En cambio, otras de mis películas son hijas de 'Shoah'. 'Sobibor' es prueba de esto que digo. Mientras hacía la primera, rodé parte de la segunda. Veinte años después, volví a ella y la terminé.

- Además de rodar películas, también ha escrito mucho.

- Muchísimo. He dictado miles de artículos políticos, polémicos, sobre sucesos... Voy a publicar ahora un segundo libro de entre 400 y 500 páginas que recopila muchos de ellos. Estoy acabándolo. Cuando empecé a dictar 'La liebre de la Patagonia' -una persona prestó amablemente sus dedos para escribirlo-, le cogí el gustillo. No pensaba incluir muchos episodios de mi vida porque eran cuestiones muy personales e íntimas, como el suicidio de mi hermana, pero me di cuenta de que no era posible si no lo relataba. Mi hermana se suicidó con 36 años y fue un capítulo muy difícil de contar para mí.

- A la pregunta de si es israelí o francés, responde que «mi patria es mi película», refiriéndose a 'Pourquoi Israel?'.

- Lo dije y de alguna forma es cierto.

- ¿Haría extensible la afirmación al resto de su filmografía?

-Sí, podríamos decir que sí. Mi patria son mis película y también este libro, que me parece tan importante como 'Shoah' porque es una obra de literatura. Por eso tuvo tanto éxito en Francia. Se han vendido ya 300.000 copias. En todos los países en los que se ha publicado, y acabo de volver de Israel, sucede lo mismo. Ahora se va a editar en Brasil.

-Hizo falta que el escritor Yannick Haenel publicara en Francia una novela sobre Jan Karski para que se desatara su ira y alumbrara su película 'El informe Karski'.

- En realidad, no es un libro, sino una guarrada, una porquería. Me enfadé realmente. Es un insulto a Karski y al presidente Roosevelt. Es un libro malísimo. Tiene tres capítulos. ¿Lo ha leído?

- Sí.

- El primer capítulo es una paráfrasis, casi palabra por palabra, de lo que dice Karski en 'Shoah'. El segundo capítulo recoge también fragmentos del libro de Jan ( 'Historia de un estado clandestino'. Ed. El Acantilado) y la tercera parte son 72 páginas novelescas de gran pobreza intelectual. Manipula completamente al personaje que fue Karski. Yo había filmado todo eso en mi encuentro con Karski pero en el montaje de 'Shoah' no lo incluí todo porque era muy largo y por motivos de tensión dramática. Para responder a este desaprensivo que su obra era una nulidad hice 'El informe Karski'.

- ¿Qué pasará con las más de 300 horas de grabación que no empleó en 'Shoah' y aún guarda? ¿Hará falta que alguien le enfade para que se anime a realizar una nueva película con parte de ellas?

- No, no hace falta que me pongan nervioso, ni que me enfade. Pronto voy a hacer otra película con material que rodé para 'Shoah' sobre el campo de Theresienstadt. Me pondré a ello el próximo otoño, pero no porque esté enfadado, sino porque me parece importante hacerlo y no fue posible hacerla antes.

- De todas las personas que aparecen en 'Shoah' -supervivientes, testigos, verdugos y usted mismo-, ¿cuántas quedan vivas?

-Casi ninguno. Dos o tres. Quizás cuatro. Los demás han muerto. Van las cosas muy rápido.

-Muchas de esas personas aparecieron en otras películas a raíz de su intervención en 'Shoah'.

- Sí, podemos decir que es una película seminal.

- ¿Y qué siente ante la desaparición física de esos testigos?

- Me parece horrible. Pienso que son personas que no deberían morir jamás. Los protagonistas judíos de 'Shoah' eran todos héroes, santos y mártires. Hombres y mujeres buenos, inteligentes, con un gran valor y una enorme imaginación. El último en fallecer fue Rudolf Vrba en Vancouver. Para mí era un genio. Protagonizó la única evasión exitosa que se produjo en Auschwitz.

- ¿Hasta qué punto conocer personalmente el espacio físico que ocuparon los campos de exterminio ayuda a comprender lo que pasó?

- El lugar es capital, esencial, fundamental. Yo no quería ir a Polonia, me llevó cinco años decidirme a hacerlo. Me preguntaba qué voy a ver allí y me respondía: la nada, la destrucción. Sin embargo, cuando fui, Polonia fue fundamental para mí. Yo era una bomba cargada de conocimientos que había acumulado a través de gentes y de sus historias, pero faltaba un detonador. Polonia fue el detonador que hizo estallar esa bomba en mí. Los lugares son muy importantes. En 'Shoah' no se muestra ni un solo cadáver, pero hay lugares. Es importante que no aparezcan cadáveres porque prueba que la 'Shoah' fue un éxito.

- ¿Qué le parece San Sebastián?

- Me gusta mucho está ciudad.

- ¿Sabe que la ciudad está sembrada de esquinas, calles y plazas en los que alguien fue asesinado?

- Y todo eso, el terror ¿ha terminado?

- Lo ignoro

- ¿Cuándo tuvo lugar la última acción terrorista en el País Vasco?

-Hace dos años, en Arrigorriaga.

-...

- ¿De dónde saca energía para desplegar tanta actividad?

-Me parece lo normal. Todavía no soy un jubilado en ningún ámbito de la vida.

-¿Le preocupa el resurgimiento de brotes xenófobos y el auge de la ultraderecha?

- Eso no es lo que me preocupa. Es más complicado que tan sólo eso. El ascenso de la extrema derecha es más bien el ascenso de la derecha. Es lo que está pasando en Francia. Tenemos que replantearnos las antiguas nociones.

- ¿Cree que siguen existiendo una derecha y una izquierda?

- Pienso que sí. Hay izquierda y hay derecha, pero las diferencias se van disolviendo. La izquierda ha llevado adelante políticas de derechas.

- ¿Qué opina del fenómeno editorial que ha supuesto, primero en Francia, luego en toda Europa, el libro 'Indignez-Vouz!' ('¡Indignaos!'?

- Me parece ridículo, grotesco. Es como una estafa. Su única motivación es un profundo odio contra Israel. Eso es lo que mantiene activo al autor.

- España se caracteriza por su desinterés por la 'Shoah' y por un cierto antisemitismo que se mantiene en el tiempo, a pesar de que apenas hay judíos en el país desde hace cinco siglos.

- Es una pena. No sé de dónde sale.

- ¿Falta de información?

- Las informaciones se eligen y son muy parciales. Algo queda del alma española de 1492. Y ese poso queda también respecto a los árabes. Espero que lo que yo he podido hacer con 'Shoah' o con 'La liebre de la Patagonia' sirvan para cambiar algo.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco «'Indignaos' me parece un libro ridículo, grotesco y una estafa»