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AINGERU MUNGUÍA
Viernes, 20 de mayo 2011, 10:13
Van a ser cuatro años importantes en la definición de la movilidad del futuro en la ciudad, sobre todo en lo que se refiere a las infraestructuras ferroviarias. El TAV y el Metro llaman a la puerta, y los partidos se vuelcan en hablar de ello en sus programas. También de la bici y del peatón. Pero el tráfico motorizado queda muy relegado. Y del aeropuerto casi ni se habla. Hasta Aralar dice que nuestro aeródromo es... el de Biarritz.
El candidato socialista titula sus propuestas electorales en esta materia: «Movernos pensando en el planeta». Quizá por eso no hace ninguna mención a la organización del tráfico rodado interno, Elorza se compromete a «agilizar la construcción de la estación de autobuses», ya adjudicada, junto a la Estación del Norte, pero su apuesta fundamental es la ferroviaria. Con la ejecución ya en marcha del tramo Herrera-Intxaurrondo-Loiola, el PSE «colaborará con el Gobiero Vasco en la ejecución de la estación del Topo en Altza» y en la construcción del intercambiador ferroviario de Riberas, que permitirá conectar las líneas de Renfe y Euskotren. Elorza defiende el avance del proyecto de Metro bajo el centro de San Sebastián, que soterrará la línea actual del Topo entre Anoeta y Lugaritz. «En estos 4 años han de avanzar los estudios de trazado -en la actualidad se están adjudicando la redacción de los proyectos constructivos- y los compromisos financieros por parte de la Diputación con el Gobierno Vasco», señala el candidato del PSE. Elorza entiende que este futuro medio de transporte «es una operación clave para la ciudad en este siglo» y, por ello, trabajará para que se firme un convenio de financiación que agilice su construcción.
El PSE apoya la llegada del TAV a una remodelada estación de Atotxa, un objetivo, el de la llegada del TAV, que se marca para el año 2016. Además, Elorza se compromete con la boulevarización de la N-I en Añorga y por «la conversión en paseo de la carretera Loiola-Martutene». En esta zona se compromete ha realizar un bidegorri este mismo año que una Martutene con el resto de la ciudad.
Elorza apuesta por la transformación de Carlos I en una avenida urbana, cuando se elimine el viaducto. El candidato se compromete con los vecinos a hacer «una consulta y votación» sobre si quieren convertir lo que hoy es el acceso de una autopista en «una alameda o una zona peatonal ajardinada».
El PSE apuesta por una segunda fase de escaleras mecánicas en Larratxo «entre Leosiñeta y el Casco de Altza», y trabajará para colocar dos ascensores que unan Morlans con el paseo de Aiete.
El PNV cree que es necesario tener una visión metropolitina a la hora de hablar de movilidad por lo que apuesta por «una planificación integral» de esta materia que incluya el Topo-Metro, Renfe Cercanías, el tranvía ligero y los autobuses urbanos e interurbanos. Eneko Goia considera que el Metro de Donostialdea será «el principal sistema de transporte de la metrópoli», y que Renfe Cercanías será «un complemento del anterior». También apuesta por el TAV que será el sistema de «transporte del futuro para los desplazamientos de medio y largo recorrido». Aboga por una «gestión integrada» de autobuses urbanos e interurbanos. El candidato jeltzale cree necesario hacer «planes de movilidad específicos» para grandes zonas generadoras de tráfico, como los polígonos y el campus, de tal forma que aumente el uso del transporte público y se ponga en marcha el coche compartido. Goia adoptará medidas para agilizar el tráfico interno de la ciudad «eliminando embudos (como el reciéntemente construido en el cruce de Sancho El Sabio con parque Araba)». Apuesta por los parkings disuasorios, por una gestión municipal de los parkings de rotación, y por acordar con el sector del taxi una mejora del servicio. El PNV quiere más seguridad para el peatón y aboga por que las bicis vayan por bidegorris segregados y por calzadas de áreas 30, y, por tanto, eliminará zonas de coexistencia como Loiola o el eje Getaria-Churruca.
La ciudad del peatón»
Ramón Gómez Ugalde apuesta por «la ciudad del peatón» y propone «corredores estratégicos», sin barreras arquitectónicas, que comuniquen todos los barrios. El candidato del PP apuesta por una OTA «que no sea recaudatoria» y eliminará de la ordenanza esta regulación de polígonos y el campus. El candidato popular invertirá más dinero en «asfaltado, escaleras mecánicas, ascensores y rebaje de aceras». Apuesta por mejorar el aeropuerto y su oferta de vuelos, y da su pleno apoyo al proyecto del Metro y a la construcción del intercambiador ferroviario de Riberas. Gómez Ugalde quiere reurbanizar todo el barrio de Amara tras la eliminación del viaducto de Carlos I. Muestra su apoyo a los bidegorris, pero con prioridad del peatón. Y quiere aprobar un plan de motos para que éste sea el «vehículo prioritario en la ciudad».
Bildu plantea realizar «un Plan Especial de Movilidad que garantice que el transporte público -incluido el que se realiza desde fuera del municipio hacia dentro- sea el eje vertebrador de la movilidad» en San Sebastián. Para ello, apuestan por hacer parkings disuasorios dentro de la ciudad (Infierno, Loiola, Hospitales, polígono 27, Garbera) y fuera de ella, bien conectados con el transporte público. Abogan por hacer parking subterráneos para residentes y gremios, y por reducir las plazas en superficie para aparcar coches. «Así ganaremos espacio para el peatón». Bildu reclama un incremento de la frecuencia de los Cercanías de Renfe y apoya los desdoblamientos de vía de Euskotren, con su soterramiento hasta la plaza Easo. Es partidaria de mejorar el transporte en autobús, con más frecuencias y servicios a los barrios, defiende la extensión de los carriles reservados, y apuesta por la bicicleta, un medio de transporte para el que solicita más puntos de alquiler y aparcamientos cubiertos.
Ezker Batua apuesta por la bici como «alternativa al vehículo privado» y aboga por «el transporte público con criterio de sostenibilidad». Pide la construcción de aparcamientos disuasorios conectados al transporte colectivo. Hamaikabat defiende el servicio de autobuses de la ciudad y comparte la apuesta de futuro del Metro, para el que se necesitará «financiación foral». Aralar se declara defensor a ultranza del viandante para el que se debe establecer «un sistema de transporte público de calidad, conectado con pueblos y comarcas». Apoya un «tren social, pero no el TAV», y apuesta por más puntos de alquiler de bicis y por un plan especial de Transporte Vertical.
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