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Pasillos consistoriales. María José Usandizaga (PP) atiende a los medios de comunicación, ayer en los pasillos del Ayuntamiento. :: A. M.
El endiablado mapa de Donostia
SAN SEBASTIÁN

El endiablado mapa de Donostia

Bildu quiere gobernar, pero es difícil que logre apoyos. La incógnita es el pacto que se cerrará

AINGERU MUNGUÍA

Martes, 24 de mayo 2011, 10:02

El panorama político se ha simplificado mucho, pero la gobernabilidad se ha complicado hasta el infinito. Es lo que podría resumir la situación de la corporación municipal de San Sebastián surgida de las elecciones del pasado domingo.

El subidón de Bildu, el batacazo socialista, y la consolidación del PP y PNV, junto con la desaparición de las fuerzas pequeñas, ha dejado un escenario político complejo, cuyas incógnitas deberán despejar las ejecutivas de los partidos concernidos en la gobernabilidad de la ciudad. Si hasta ahora la capital guipuzcoana, con su alcalde a la cabeza, había gozado de una cierta independencia a la hora de trazar sus alianzas, en esta ocasión el puzzle se complica y amplía sus fichas hacia el tablero foral.

La inesperada victoria de Bildu sobre la candidatura de Odón Elorza arroja una situación inédita. La coalición ganadora no ha ocultado en campaña sus aspiraciones de gobernar. El mensaje de «hemos venido para cambiar las cosas» fue ayer pronunciado de nuevo por Juan Carlos Izagirre, el cabeza de lista de Bildu, que durante los últimos 8 años ha trabajado por la desanexión de Igeldo del municipio de San Sebastián. El problema es que la coalición quiere cambiar tanto las cosas que asusta a los demás partidos. Bildu dice que «tiene las puertas abiertas para todos», pero pocos quieren cruzar ese dintel. Odón Elorza manifestó ayer que si la coalición lleva a cabo lo propuesto en campaña supondría «un grave retroceso» para los proyectos estratégicos de la ciudad. «No apoyan Auditz Akular, ni el 2016, ni el TAV, ni la pasarela de Mompás, ni la incineradora...» El PP no quiere ni oír hablar de que el próximo alcalde sea alguien de la izquierda abertzale. «Con los buenos resultados que hemos obtenido, en España y aquí, y que no podamos disfrutar nunca...», se quejaba amargamente María José Usandizaga, la número dos de la lista del PP. El alcaldable popular Ramón Gómez lo dejó claro: «Tenemos que hacer un ejercicio de responsabilidad porque Bildu es un partido antisistema».

El cabeza lista del PNV, Eneko Goia, consideró que hoy «más que nunca, toca pensar en Donostia y en los donostiarras». El PNV no tiene fácil vender el respeto a la lista más votada porque eso significaría que Bildu se hiciese con la Diputación antes que con la Alcaldía donostiarra -ha logrado 22 de los 26 junteros que dan la mayoría absoluta en las Juntas Generales-, y para proyectos estratégicos que se frenarían, los primeros los que dependen de la institución foral.

PSE-EE, PP y PNV no ven con buenos ojos que Bildu se haga con la Alcaldía donostiarra, pero sólo tienen una alternativa para impedirlo: pactar entre los tres un alcalde y un gobierno municipal. Un pacto a dos sería insuficiente porque no llegan a la mayoría absoluta. A partir de aquí vienen las cábalas. ¿Cómo hacerlo? Populares y jeltzales tendrían que apoyar con sus votos a un candidato como Elorza al que le han disputado la Alcaldía, que ha perdido 15 puntos de apoyo en las urnas, y a quien consideran que se le ha acabado su ciclo tras 20 años en el cargo. Que sea Elorza el candidato debería superar la prueba, además, de que el propio alcalde en funciones quisiera asumir esa responsabilidad, cuando quizás el cuerpo le pidiera dejarlo ahora -es lo que afirmó en una entrevista en Teledonosti hace dos semanas cuando le plantearon la hipótesis-.

Pero es que la hipótesis de que el PSE planteara como alcalde a alguien diferente a Elorza también tiene su pega. El artículo 196 de la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General dice que podrán aspirar al cargo de regidor «todos los concejales que encabecen sus correspondientes listas». Es decir, que no puede ser candidato una persona que vaya de número 2 ó 3 en la lista electoral. En la noche electoral, Ramón Gómez indicó que él no renuncia a ser la persona que se acuerde entre los partidos para ser alcalde de la ciudad, algo difícil de asumir por los socialistas teniendo en cuenta que el PP tuvo 3.300 votos menos que el PSE y se quedó 4 puntos porcentuales de diferencia.

El PNV tiene complicado no entrar en este acuerdo a tres para impedir la Alcaldía de Bildu en San Sebastián porque le podrían pagar con la misma moneda en las Juntas Generales. Y la opción de gobernar con Bildu en San Sebastián y en la Diputación tendría sus problemas incluso para quien se ha postulado en la campaña como el único partido capaz de negociar con todos los demás. Negociar no es gobernar. Tomar decisiones sobre el Metro, la incineradora, el puerto exterior, o el TAV en un gobierno con Bildu podría ser una aventura con demasiadas curvas.

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