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ÁLVARO VICENTE
Jueves, 9 de junio 2011, 09:25
El consumo de agua como criterio básico para la determinación de la tarifa de basura. El Gobierno en funciones de la ciudad presentó ayer las conclusiones de un estudio que propone modificar la tasa de basuras incorporando una parte fija (65%), que correspondería con el servicio que se presta de recogida y tratamiento, y otra variable que podría estimarse según el consumo de agua de cada domicilio. Este estudio determina que si todos los donostiarras se compartaran de forma adecuada, sin despilfarros de consumo de agua, se podría decir que las viviendas con menos de tres habitantes resultarían beneficiadas de esta nueva aplicación de la tasa y las de tres se quedarían igual. Esto significa que el 67% de los usuarios pagarían una cuota igual o inferior a la que están abonando ahora. Sobra decir que consumos excesivos de agua supondrían un encarecimiento.
Para llegar a estos números, los responsables de este estudio han realizado un muestreo en 87 viviendas donostiarras conociendo el número de habitantes reales por domicilio. El estudio concluye que consumimos una media de 40 m3 de agua por habitante al año.
De llevarse a cabo esta propuesta se acabaría con la actual tasa de basuras que no tiene en cuenta la cantidad de residuos que genera cada domicilio. La tasa ahora es igual para todos.
En el estudio, presentado ayer por la concejala de Hacienda en funciones, Susana García Chueca, han participado varios departamentos municipales, cuyos responsables respaldaron ayer a la edil socialista. Está por ver, en cualquier caso, si este estudio se lleva a la práctica porque el nuevo gobierno, que quedará configurado el próximo sábado, puede que tenga otras propuestas en torno a qué hacer, cómo recoger y cuánto cobrar por la basura que generamos. García Chueca, consciente de esta situación, confió en que el equipo entrante aproveche el «grandísimo análisis hecho» y lo ponga en marcha por ser un estudio «técnico y no político».
El estudio concluye también que, una vez realizado un primer análisis de la potencial generación de residuos de las diferentes actividades productivas y comerciales existentes en la ciudad, se considera que la actual clasificación -hostelería y alimentación, resto de actividades y grandes productores- no refleja la realidad productora de residuos que genera cada actividad, incluyendo en un mismo grupo actividades que generan cantidades muy diferentes. Para evitar esta situación se realizaría una clasificación de todos los tipos de actividades identificadas.
Otros modelos
Para llegar a esta propuesta de «quien contamina paga» -aplicada con éxito en Barcelona y Valencia- se han estudiado antes otros sistemas que se ponen en práctica en ciudades europeas, pero que aquí han sido desechados por sus elevados costes.
Así, existe la opción de pagar en función del residuo que se deposita en los contenedores. Los sistemas de pago por generación se basan en la identificación del usuario mediante tarjeta magnética, que a su vez permite hacer uso de los contenedores, y a través de la cual se pagaría la tasa de residuos. Son los llamados sistemas de cámara. En este caso, el contenedor pesaría automáticamente los desechos y la tasa sería en función de dicho peso, o bien dispondría de una boca de un volumen determinado y la tasa sería proporcional al número de veces que se usa el dispositivo.
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