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Sábado, 25 de junio 2011, 11:48
Tolosa vivió ayer un maravilloso día soleado de San Juan. Con la temperatura perfecta, los que se disponían a cumplir con la tradición pusieron rumbo al punto de reunión en la plaza Santa María. Para entonces la comparsa de gigantes ya aguardaba a las puertas de la parroquia a la espera de la procesión. Sólo quedaban unos minutos para el término de la solemne misa mayor de San Juan, donde la novedad estaba en la nueva organista y en el nuevo maestro de capilla, que debutaron con éxito en la siempre exigente y preciosa misa de San Juan.
Las compañías de escopeteros fueron apareciendo por los cuatro costados de la plaza. Con la presencia de la Banda de Txistularis y la Banda de Música de Tolosa, los dan-tzaris, la Corporación municipal y la procesión de San Juan asomando por el pórtico de la iglesia, se completaban los ingredientes básicos para celebrar las fiestas patronales de Tolosa.
Todo transcurrió según manda la tradición: en primer lugar, la fiesta comenzó a ganar ambiente con la siempre imponente danza de los gigantes.
A continuación se vivió uno de los momentos más emotivos para los allí presentes. La aparición de San Juan en la plaza, acompañada por los sones de la marcha de San Juan que inmediatamente comenzó a tocar la Banda de Música. Estos dejaron paso a los dantzaris, que bailaron ante el patrón de Tolosa. Casi simultáneamente las compañías de escopeteros dispararon las salvas de ordenanza, y así con el volteo de campanas de fondo, se daba inicio por fin a la procesión de San Juan por la Parte Vieja, que arrastró tras de sí a cientos de tolosarras dispuestos a cumplir con una de las tradiciones más solemnes de las fiestas patronales de Tolosa.
Finalizados los actos religiosos, las personas que siguieron disfrutando de la tradición se dirigieron a la plaza Euskal Herria, donde desde el año pasado se realizan las descargas finales de los escopeteros.
La nueva corporación se estrenó en este acto desde uno de los balcones del Topic. Desde allí, se recordó el homenaje que el Ayuntamiento ha querido ofrecer este año a dos antiguos alcaldes de Tolosa del movimiento Euskal Pizkundea: Doroteo Ziaurriz y Antonio María Labaien. Ramón Labaien hijo presidió en su honor la descarga final de escopeteros del mediodía en la plaza Euskal Herria.
Los que por la mañana todavía tenían ganas de disfrutar de los actos más tradicionales de este día acudieron a la llegada de la carrera ciclista XXXVIII Memorial José María Anza y también tuvieron oportunidad de disfrutar del concierto en la plaza Verdura del concierto ofrecido por la Banda de Música, junto con las Bandas de Txistularis de Tolosa y Pamplona.
Las regatas, como cada año, atrajeron a miles de apasionados de este deporte a las orillas del río Oria. Al contrario que otros años, este año se han celebrado las clasificatorias para las finales de este domingo. La afluencia de público no se resintió por este motivo y las regatas fueron tan populares como siempre. Los resultados quedaron de la siguiente manera: Chicas: 1. Ikatza 7' 35''; 2. K2-66 8' 22''; 1. C. Ibarra 7' 18''; 2. Orbela 7' 02''. Chicos: 1. Ebakilan 7' 08''; 2. Izaskun 7' 03''; 1. Ibarra 6' 45''; 2. TAK 6' 33''; 1. Isastegi 6' 24''; 2. Emendek 6' 17''.
La tarde siguió perfecta en ambiente, colorido y temperatura, y además tuvo sus novedades. Una de ellas estuvo en la plaza de Arramele. Su renovación e integración dentro de las obras de Voith-Gorostidi ha permitido ganar un entorno amplísimo y perfecto para acoger las completas, la bordondantza y las descargas.
Después llegaría la descarga final del Alarde en el Triángulo, que estuvo precedida por el aurresku que bailó de manera perfecta la teniente alcalde Lore Agirre. La nueva corporación ha pretendido con esta decisión impulsar la participación de la mujer, y por otro lado, pretende que sea el primer paso para que la representación de este acto tradicional que tiene lugar por la tarde en la plaza del Triángulo no se limite sólo al alcalde.
Patxi Amantegi, capitán de la compañía Yurreamendi y capitán general del Alarde de este año, dirigió con precisión la descarga final del Triángulo. Finalizado este acto, la corporación, la Banda y los bordondantzaris se dirigieron al Prado Grande de Igarondo, que volvía a acoger el tradicional aurresku tras su rehabilitación. Un broche de oro a una jornada magnífica. Es el esplendor de los sanjuanes.
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