

Secciones
Servicios
Destacamos
DAVID FDEZ. DE LA CUESTA
Domingo, 26 de junio 2011, 04:50
Es muy difícil definir con precisión lo que es un niño con altas capacidades. Uno de los valores que se suele utilizar es el de Cociente Intelectual: a partir de 130 se considera que el niño tiene altas capacidades. Sin embargo, «es la creatividad el factor que hace distintas a estas personas».
Así lo expresaba ayer Cristina López Escribano, directora de la Unidad de Altas Capacidades del Principado de Asturias, en una charla que cerró las 'Jornadas de Escuela de Padres' organizadas por Alcagi (Asociación de Altas Capacidades de Gipuzkoa) en el colegio La Salle San Luis de Donostia.
«Estos niños tienen una gran capacidad de 'cierre creativo', es decir, cuando algo les interesa mucho, se centran tanto en ese tema que se olvidan del resto», explicó López. Además, tienen una inteligencia crítica: son muy críticos y autocríticos. «El niño, sobre todo al principio, no pretende herir al profesor cuando le corrige, sino que no sabe hacerlo de otra forma. Yo pediría a todos los educadores que trabajamos con ellos que seamos muy prudentes».
«Existen diferentes tipologías de altas capacidades», aclaró la ponente. En primer lugar, encontramos la precoz, que es cuando un niño desarrolla de forma anticipada conductas y aprendizajes más acelerados que el resto. En segundo lugar están los talentos: niños que tienen focalizada su área del saber en un conocimiento concreto. Por otro lado, los niños con talento académico son los que, simplificando, sacan todo sobresalientes. Se trata del talento que sabe diferenciar todo tutor. Finalmente, encontramos los superdotados, que durante mucho tiempo han dado nombre a todo el colectivo, cuando sólo son una de sus tipologías. Los superdotados se detectan a partir de los 12-14 años. Suelen pasar desapercibidos en la educación primaria porque su Cociente Intelectual es alto, pero no tanto como para causarles dificultades sociales o emocionales. Aún así, necesitan una atención especial. López adviertió: «Es difícil generalizar, ya que cada alumno es un mundo, pero todos ellos tienen necesidades educativas específicas, no podemos olvidarlo».
Otro método de trabajo
Estas necesidades pasan, en primer lugar, por una pronta detección «desde la escuela primaria». Después, hace falta un cambio en el método del trabajo del alumno, y que la persona que les atiende sea flexible, se adapte a sus necesidades y tenga formación en cuanto a las características emocionales y evolutivas de estos niños, ya que muchos de ellos muestran, por ejemplo, rasgos de una adolescencia anticipada. «Lo que no hay que hacer es 'pluriemplear' a los niños, cargándolos de actividades extraescolares», aconsejó López, ya que llegan al agotamiento más rápidamente. «Hay padres que se quejan de que su hijo se cansa a los 5 minutos de empezar una tarea, pero esos 5 minutos les ha supuesto un enorme esfuerzo».
Pero no hay que perder de vista que, al fin y al cabo, son niños y no «pequeños adultos». «También necesitan cariño, ternura, y, además, compartir patio con sus iguales. Lo idóneo para una educación individualizada dentro de la normalidad es que sientan que son uno más, que pueden aportar algo pero que también necesitan de los otros», matizó la ponente.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las olimpiadas de la FP cántabra
El Diario Montañés
La segunda temporada de Memento Mori se estrenará este mes de abril
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.