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Una de las carboneras de Viloria. :: A. A. SORONDO
Los últimos carboneros
LA ESCAPADA

Los últimos carboneros

Viloria. En el Valle de Lana los últimos 'ikazkinak' de Navarra se afanan en la elaboración de carbón de leña

ANTXON AGUIRRE SORONDO

Sábado, 2 de julio 2011, 05:32

¿Quedan aún carboneros en activo? Muy pocos, pero sí. Podemos comprobarlo con nuestros propios ojos yendo este verano a Viloria, en el Valle de Lana, donde los últimos 'ikazkinak' de Navarra se afanan en la elaboración de carbón de leña con destino a restaurantes, asadores, sociedades y para ahumar alimentos de calidad.

Todos guardamos en las retinas las imágenes de 'Tasio', la película de Montxo Armendariz. Pues bien, el modo de trabajar que se plasma en aquel largometraje apenas difiere del que hoy siguen los carboneros del Valle de Lana, quienes se sirven de útiles tan simples como palas, hachas, rastrillos, palancas para hacer agujeros en la carbonera y burros para cortar los troncos. La madera empleada es la encina (porque se obtiene carbón de la mejor calidad) y ramas de enebro. La técnica consiste en evitar que la madera se queme en el interior de la 'txondorra', pues quedaría reducida a cenizas, sino que sólo se cueza. Para ello, el carbonero ha de estar vigilante y alerta contra la formación de las temidas bolsas de gas que al reventar provocarían el derrumbe de la estructura: es la temible 'dumbarda.

Los carboneros de Viloria comenzaron en junio a levantar las primeras carboneras, y permanecerán hasta el mes de septiembre. Dependiendo de la marcha del trabajo, veremos más o menos 'txondorras'. El año pasado por estas fechas pudimos contemplar trece encendidas simultáneamente; hace unos días me dijeron que había ocho a pleno rendimiento. Tengamos en cuenta que, para evitar el calor, los hombres concentran su labor en las primeras horas de la mañana y al atardecer (más información: www.valledelana.com).

El Valle de Lana se encuentra a pies de la preciosa sierra de Lokiz, entre Navarra y Álava (desde Estella por la NA-132 A, pasando por Acedo). La parte baja de Viloria está dedicada a tierras de labor y la parte alta e irregular, al pie de la rocosa sierra, es el llamado «carrascal» de cuyas numerosas encinas se obtiene la materia prima para las carboneras. Antiguamente las 'txondorras' se levantaban en el monte, pero ahora se hallan en el mismo casco, en unas eras habilitadas a tal fin. Poco a poco los carboneros están desapareciendo y ya nadie tomará su relevo. De aquí a unos años engrosará la larga lista de «oficios olvidados». Merece por ello la pena ver a los últimos profesionales en acción, y que las generaciones jóvenes guarden en la memoria la milenaria forma de producción de un combustible que pronto ya solo será historia.

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