Borrar
Miguel Martín, en las oficinas del festival, afronta con entusiasmo la edición del Heineken Jazzaldia que comienza mañana. :: MIKEL FRAILE
«Esperamos entre 30.000 y 40.000 personas para ver a B.B. King en la playa»
Miguel Martín. Director del Heineken Jazzaldia

«Esperamos entre 30.000 y 40.000 personas para ver a B.B. King en la playa»

Mañana comienza el 46 Heineken Jazzaldia con un programa con el que Martín se muestra entusiasmado

RICARDO ALDARONDO

Miércoles, 20 de julio 2011, 14:34

Con el esquema clásico y algunas innovaciones, y afrontando sin traumas la época de recortes, el Jazzaldia vuelve a proponer una edición ecléctica que intenta atraer a muchos públicos distintos.

-B. B. King se ha convertido en el estandarte de esta edición. ¿Qué nos vamos a encontrar en la playa de La Zurriola?

-Esperamos reunir entre 30.000 y 40.000 personas en el concierto de B. B. King, en función del tiempo que haga y considerando el espacio disponible en la playa en un momento que será de marea alta. Hay que tener en cuenta que es el único concierto de entrada gratuita de su gira, y realmente se ha creado muchísima expectación. Es un hombre que con 85 años sigue siendo indiscutiblemente el rey del blues. Podemos comprobar que sigue plena forma, no hay más que mirar en Youtube, ya que ha actuado recientemente en el festival de Glastonbury. Pero hay que tener en cuenta la edad, sabemos que toca sentado hace tiempo, y que estará en escena una hora o una hora y diez como mucho, aunque como decía, está en plenas facultades. Y lleva una banda muy potente.

-¿Fue una opción desde el principio para el Escenario Verde?

-No, le dimos muchas vueltas, queríamos tener de nuevo a B. B. King, pero en principio pensábamos en la Trinidad, porque es un concierto caro y había que pensar en la rentabilidad. Pero realmente era una opción magnífica para encabezar el Jazz Band Ball, y nos decidimos.

-Hay que recordar que no solo actúa B. B. King mañana en la playa de La Zurriola, hay más conciertos en el Jazz Band Ball. ¿Staff Benda Bilili, el grupo de músicos africanos afectados por la polio, puede resultar un fenómeno similar al del año pasado con la Shibusa Shirazu Orchestra?

-Musicalmente son muy distintos, lo de Staff Benda Bilili es música africana, pero el componente visual es tan potente y la música tan contagiosa, que estamos convencidos de que va a ser una auténtica sorpresa para el público, por eso los hemos puesto después de B. B. King, porque creemos que mucha gente se va a quedar a su concierto en cuanto empiece la primera canción. Y en este Jazz Band Ball, que creo que es uno de los más potentes que hemos tenido, también hay una estrella emergente del funky y el soul, como es Aloe Blacc, que estamos comprobando que tiene muchos seguidores. También tenemos dos ejemplos del jazz nórdico contemporáneo como Eivind Aarset y Elephant9 y además, una big band de Arizona formada por veinte músicos jóvenes y que está dedicada a la música de Duke Ellington, además de los dos ganadores del concurso '¿Faltas Tú?'.

-Este año han conseguido tener otra figura multitudinaria para cerrar el Escenario Verde, Jackson Browne. ¿Es complicado encontrar este tipo de artistas?

-Sí, es difícil encontrar esos nombres que pueden atraer a todo tipo de públicos y que son auténticos mitos a los que todos queremos ver en la playa, y que además estén disponibles en las fechas que necesitamos. En el caso de Jackson Browne ha sido una carambola, es un músico en el que ya habíamos pensado. Pero no había gira prevista, simplemente supo que iban a venir aquí Dowes, que es su banda de apoyo, y nos dio la posibilidad de que actuara luego él junto al grupo. Y encantados, claro.

-¿Cómo van a ser las noches de San Telmo, una de las novedades de este año?

-Partimos de tres conciertos simultáneos, los días 22 y 23. En el claustro se celebrará el concierto más 'taquillero' de cada día, que serán respectivamente Lloyd Cole y John Scofield. Habrá un concierto de chica cantante en el patio, porque ese espacio me parece muy adecuado para una voz femenina, aunque en realidad estamos hablando de dos señoras, grandísimas cantantes, como René Marie y Kristin Asbjornsen. Y Mostly Other People Do The Killing tocarán en el salón de actos, porque va a ser una actuación acústica, sin equipo de sonido.

-¿Empezarán los tres conciertos a la vez?

-Habrá un pequeño decalaje de un cuarto de hora. Porque la gente al entrar irá a ver al 'cabeza de cartel' y una vez que vean que ese escenario está lleno, se irán distribuyendo por los demás. Así que Cole y Scofield comenzarán a las doce y media de la noche, quince minutos más tarde las voces femeninas, y finalmente a la una, Mostly Other People Do the Killing un día, y Jan Bang, el otro. Jan Bang tocará en la iglesia, porque lleva un montaje muy amplio. Y con una formación de lujo que incluye a Jon Hassell y Arve Henriksen.

-Dos de los tres conciertos del Museo San Telmo ya están agotados...

-Hay que tener en cuenta que San Telmo tiene una serie de recintos como el claustro, el patio, el salón de actos, que tienen aforos entre 150 y 300 personas, y la iglesia, que tiene un aforo de unas 700 personas. Nosotros queremos pensar que la gente se repartirá por todas las estancias, pero hay que ser prudentes con el número de entradas que se venden y calcular un aforo a la baja, para que la gente no esté apretada. Por eso hemos limitado el aforo total a 700 personas, para que la gente pueda circular entre los conciertos con cierta fluidez.

-Este año no hay conciertos en el Victoria Eugenia. ¿Es porque se hacen los de San Telmo?

-Sí, lo que no se puede es intentar que el público tenga tres o cuatro conciertos de pago al día, eso es imposible. Si hay San Telmo, Kursaal y Trinidad, no puede haber Victoria Eugenia. ¿La estancia en San Telmo es definitiva? No lo puedo decir en este momento. Es muy atractivo, pero también es muy caro. El aforo es bajo y son tres conciertos por noche. Si la gente aprecia San Telmo, seguiremos por ahí. Si no, siempre podemos volver al teatro.

-Da un poco de pena no contar con un sitio para conciertos tan bueno como el Victoria Eugenia, sobre todo recordando cosas que hemos visto ahí en los últimos Jazzaldia.

-Sí, es un poco pena, pero también nos gusta innovar, y probar cosas nuevas. Y lo que no podemos es ir sumando cosas, al público no podemos pedirle tanto.

-¿Se recuperará con el tiempo el sexto día? Cinco jornadas, con una dedicada solo al Jazz Band Ball, se nos hace un poco corto...

-Entiendo que el sexto día es un objetivo, pero no me lo planteo a corto plazo, entre otras cosas porque habrá que ver cuál es la capacidad de la administración para ir regenerando el apoyo íntegro a los festivales. Para nosotros fue un cambio importante el paso del 2008 al 2009. El cambio que dimos reduciendo un día pero tratando de mantener la densidad del programa yo creo que es el adecuado. Pero de momento nadie me dice, por parte de quien debe subvencionar el festival, que vaya a ser para un futuro próximo, ni yo veo que las cosas estén como para entrar en una época de crecimiento de presupuestos, sino más bien a duras penas de mantenimiento. Y no solo para el Heineken Jazzaldia, sino para cualquier evento que tenga que ver con la administración.

-Este año se repiten unos cuantos nombres que ya habían actuado en el Jazzaldia en los últimos años. ¿Cómo se plantea cuándo es conveniente repetir nombres y cuándo no?

-Muchos repiten con una propuesta diferente a lo que anteriormente habían traído. La pianista Hiromi viene con un trío, porque el año pasado estuvo en el grupo de Stanley Clarke, y todo el mundo tenía claro que quería verla como líder. Tenemos a Return To Forever, pero viene con otra formación que incluye a Jean Luc Ponty, y en el caso de Medeski, Martin & Wood, ocurre lo mismo, incorporan a dos solistas de viento muy potentes. Dave Douglas es otro habitual, pero es que cada vez viene con una propuesta distinta, y ahora es un trío de trompetas para pasárselo bien. En cambio Abdullah Ibrahim ya había venido con Ekaya, pero es que la formación es tan fantástica que después de verlo en el Victoria Eugenia pensamos que aquello no podía quedar ahí, y queríamos que lo viera más gente. Cassandra Wilson repite porque es una gran cantante, es puro jazz y ahí es la mejor. Y por supuesto hay mucha gente que no repite.

-Por ejemplo, Cyndi Lauper y Mavis Staples, un curioso 'women power' para la clausura...

-Yo quiero llamar la atención en general sobre las cantantes de esta edición, además de las tres que hemos citado, porque la gente se va a asombrar con la calidad de René Marie y Kristin Asbjornsen es muy original, una forma de cantar el gospel a la noruega, totalmente distinta, con mucho gusto, muy actual.

-¿Por qué los conciertos secretos son este año menos secretos?

-Este año muchos de los artistas son de aquí y, por ejemplo Thee Brandy Hips, quieren presentar el estreno de su nuevo disco, y lógicamente quieren publicitarlo. Así que decidimos dar los nombres para que los músicos pudieran lanzarlo por las redes sociales, pero no decimos dónde ni qué día serán esos conciertos, hasta la medianoche anterior. Y en algún caso el lugar del concierto va a ser una verdadera sorpresa.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco «Esperamos entre 30.000 y 40.000 personas para ver a B.B. King en la playa»