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JAVIER PEÑALBA
Viernes, 12 de agosto 2011, 09:23
La avispa asiática continúa extendiéndose. Los peores presagios de los apicultores de Gipuzkoa se han cumplido y la especie invasora prácticamente ha colonizado el territorio. Es un hecho constatado. «Esto es una plaga. Se han encontrado nidos en Oñati y Legazpi. Y de estas zonas no tardarán en dar el salto a otros territorios como Bizkaia y Álava así como a otras comunidades. La administración ha de tomar conciencia del problema medioambiental que tenemos», afirma Julián Urkiola, presidente de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa.
La dispersión de la avispa asiática, 'Vespa velutina', ha sido espectacular. En apenas un año ha colonizado prácticamente toda Gipuzkoa. Su presencia fue detectada el pasado verano por la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa, que descubrió algunos ejemplares en la zona del Bidasoa. Las avispas capturadas fueron examinadas por técnicos de los laboratorios de Neiker-Tecnalia. La conclusión de los expertos dejó a los recolectores de miel profundamente preocupados: las muestras procedían de diferentes nidos, la aparición de la especie no era casual.
El temor a este insecto invasor está más que justificado. Son individuos poderosos. Poseen una longitud de 30 milímetros y las reinas pueden ser incluso mayores. Su corpulencia es tres veces superior que la de la abeja europea. Pero lo peor de todo es que el alimento principal de este tipo de avispa es la abeja. Le secciona la cabeza así como la parte del aguijón y luego la devora o bien la transporta al nido para alimento de la especie. Al final del otoño, cuando las abejas se retiran, esta avispa se atreve incluso a entrar en las colmenas.
«Como un Harrier»
Julián Urkiola ha sido testigo recientemente del poder de aniquilación de esta especie. «A mediados de julio me llamaron de Hondarribia, ya que en la fachada de una casa había un enjambre de abejas. Cuando fui a retirarlo observé que periódicamente llegaban individuos de avispas asiáticas. Era increíble, se quedaban suspendidos en el aire frente a la colmena de las abejas, igual que los aviones Harrier. Y cuando llegaba una obrera se lanzaba a por ella. Con las patas traseras se apoyaba en una rama y con las cuatro restantes manipulaba al insecto hasta que terminaba por cortarle la cabeza y el aguijón. Luego se la llevaba a su nido», explica Julián Urkiola, quien recuerda que en tres días consiguió matar en torno a un centenar de individuos de la especie invasora.
El presidente de los apicultores guipuzcoano reconoce que el colectivo está sumamente preocupado por la rapidez con la que especie se ha extendido por Gipuzkoa. «Hasta enero habíamos detectado catorce nidos en las comarcas del Bidasoa, Oarsoaldea y Donostialdea. Las colonias se ubicaban en los términos municipales de Irun, Hondarribia, Oiartzun, Pasaia, Lasarte-Oria, Aduna. Sabíamos que había llegado también a Navarra a través de Francia, donde hay nada menos que 38 departamentos afectados. Hasta ahora, pensábamos que se habían asentado en áreas próximas a la frontera, pero ahora sabemos que no es así. La aparición de nidos en Oñati y Legazpi nos demuestra que se ha extendido por prácticamente toda Gipuzkoa. Esto es ya una plaga», afirma Urkiola.
Precisamente el martes pasado por la noche se retiró el último de los nidos localizados en Gipuzkoa. El avispero se hallaba en una vivienda del barrio donostiarra de Aiete. Hasta el momento se han eliminado en torno a una treintena de avisperos.
Álava y Bizkaia
Con la especie invasora presente tierra dentro, los apicultores vizcaínos y alaveses están también en alerta. «Tengo un conocido que tiene 30 colmenas en Bizkaia. Ya ha colocado varias trampas, pero de momento no ha capturado ninguna avispa asiática. Pero es cuestión de tiempo. El año que viene es casi seguro de que llegarán tanto a Bizkaia como a Álava. Si han atravesado los Pirineos, ¿cómo no van a llegar a territorio vizcaíno o alavés?», explica Urkiola.
La Asociación de Apicultores reitera que la expansión de la avispa debe ser tratada como un problema suprarregional e incluso por la propia Unión Europea. Reclaman que sea contemplada como una especie invasora y en consecuencia sea combatida como tal. «No es un problema exclusivo del apicultor o de un sector. La inmensa mayoría de los apicultores de Gipuzkoa tiene colmenas por puro hobby. El problema es medioambiental. Si desciende la población de la abeja, no va a haber polinización y ello generaría un desastre ecológico», afirma Julián Urkiola.
Desde la asociación se informa que ha sido rechazada una propuesta que elevaron a las instituciones para que expertos de Neiker investigasen la sobre la creación de una feromona que atrayese de manera exclusiva a la avispa invasora. No obstante, los apicultores no desisten en el empeño y propondrán que se cree una beca para que la Facultad de Biología de la UPV pueda desarrollar dicho estudio. «Mientras tanto, no hay otra alternativa que la de esperar y combatir a la especie de «la mejor manera que podemos».
La asociación de Apicultores de Gipuzkoa cuenta actualmente con 536 socios que entre todos suman cerca de 7.000 colmenas.
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