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PPLL
Martes, 16 de agosto 2011, 04:24
Julián Tovar Valle, mayoral de la ganadería de Juan Pedro Domecq, antigüedad: 2 de agosto de 1790. Julián, patillas en hacha, como las llevaban cada uno de los Siete Niños de Écija, bandoleros. Pitillo en los labios y cuaderno de notas, notas de mayoral, sobre la madera del burladero reservado a los ganaderos. Brazalete negro en la manga del traje campero gris. In Memoriam. De Juan Pedro Domecq Solís, ganadero cabal, historiador, investigador. Creó el tauródromo, ese recinto acotado donde se ejercitan los toros, preparándose para la exigencia física que es la lidia actual.
Juan Pedro se mató en la carretera. En un bestial accidente de tráfico contra un camión. En abril. El 17. Manuel Jesús 'El Cid' dijo que en el kilómetro 69,700 de la N-433 había muerto un personaje histórico. Por eso, por el señor de los toros y los caballos, Julián Tovar llevaba brazalete negro sobre el gris de su traje corto y por eso ni 'Fascinador' ni 'Rapiñador' ni 'Ruiseñor' ni 'Vehemente' ni 'Figurón' ni 'Repipi' lucían su tradicional divisa, encarnada y blanca, sino la negra. La negra de luto y duelo.
Probablemente las notas que tomó Julián en la tarde no se habrían parecido a las que hubiera tomado Salva Irisarri en el apartado de la mañana. Pero ¡quién pudiera haber leído cualquiera de los dos cuadernos! Salvador ya no está en la plaza. Murió después que Juan Pedro, en junio. Los compañeros de la sección de Deportes de DV le homenajearon porque fue juez árbitro de ciclismo. De los enteros. Hoy le recordamos aquí. Seguro que allá donde los dos se encuentren, Salva estará abroncando al Conde de Asalto por los toros que su gente sacó en Illumbe. Seguro que los llamaría, como dijo Jesús Rodríguez, picador de lujo, 'desrazados'. Seguro también que el caballero jerezano estará intentando defenderse diciendo que al menos eran ágiles y andaban bien de peso y años.
El cólico de 'Fallon'
A Jesús que fue varilarguero de 'El Viti', le llaman 'Matías hijo' y ha intentado sacar toreros de entre las piedras y las rotondas de Donostia, le rinde pleitesía y reverencia la peña Paco Apaolaza el viernes en el Náutico. A Jesús le maravillan los caballos de picar de hoy en día y le gustó cómo resistió Cristóbal Cruz, de rioja y oro, la embestida de 'Rapiñador', el primero de Morante al que en realidad debería haber medido en varas su hermano Aurelio pero como se le escapó al peón lidiador del de La Puebla, Rafael Cuesta, de grana y azabache, cayó en la jurisdicción del picador de guardia que lo sostuvo en alto y sin dañarle.
Por la mañana temprana, dos caballeros del castoreño y la armadura de hierro ('la mona') en la pierna derecha, Jesús Vicente y Curro Sanlúcar, echaban cama fresca debajo de 'Fallon', otro de los caballos llegados desde Sevilla para ser probados en la suerte de varas. Lo hacían para engañarle, para provocar que orinase. 'Fallon' estaba malo. Un cólico. Pero también podría ser retención de líquidos. Inquieto, se revolvía y se tumbaba. Fueron a buscar los veterinarios la medicina adecuada. Había que hacerle andar. Refrescarle. Tienen los caballos estómago pequeño e intestino muy largo y en cualquier momento puede haber una obstrucción. Por la tarde, 'Fallon', un alazán con mancha blanca en su cara (estrella) que como se extiende por los dos belfos hace que se le defina como 'bebe con los dos', había mejorado bastante.
Por lo demás, poco que contar. 3.034 localidades vendidas el día de Urdiales, Fandiño y Jiménez. y 4.000 el del Tato, Morante y Luque. Al torero aragonés le brillaba tanto el estoque en su primero que la gente pensó que estaba usando la espada verdadera en su faena de muleta, algo insólito que nos hizo recordar a 'El Viti' y también a Juan Mora. Descubrimos luego que no, que era el simulado. Pequeños sinsabores en la plaza. Muy pequeños si lo comparamos con ver a Morante, el de las muñecas aladas, hacer un gesto al tendido 7, intentando convencernos de que en 'Figurón', su quinto, no había toro que torear. El 7 le contestó displicente, sabedor de que al de las patillas goyescas Illumbe no le pone y sólo torea hermoso en Puerto, Jerez y a veces en Madrid. Pero lo que no le perdonamos fue que tras tres pinchazos diera pasaporte al colorao con el descabello. Así pasó la segunda de Feria. Cayetano ni vino ni, perdón, creo que nadie le esperaba. En el fondo preferimos el vestido de torear de Luque.
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