El PNV presenta mociones para evitar que se aplace el cierre de los vertederos

El PNV sigue apretando las clavijas a Bildu para que en la Diputación y en los ayuntamientos donde gobierna cumpla con el Plan de Residuos. En las Juntas la cuestión quedó clara en el Pleno del miércoles. La Cámara ratificó con los votos de PNV, PSE y PP los acuerdos adoptados en la legislatura anterior. Por tanto, la norma en la que se sustenta el Centro de Gestión de Residuos de Zubieta, que incluye una incineradora, sigue en vigor. Su fin es dar solución a las 400.000 toneladas de basura que se generan en Gipuzkoa cada año y que se depositan en vertederos.

Los jeltzales quieren rasear ahora el balón y llevar la cuestión a los ayuntamientos. El PNV presentará en Beasain, Zarautz y Azpeitia mociones en las que se reclama a la Diputación y a las mancomunidades el cumplimiento del plan. Las mociones señalan que este acatamiento es obligado para que se cierren en el plazo previsto los vertederos situados en esos municipios.

Sasieta (Beasain), Urteta (Zarautz) y Lapatx (Azpeitia) reciben desde 2008 los residuos que se depositaban en San Marcos (Donostia y su comarca). El acuerdo que permitió este trasvase se basaba en que los tres se cerrarían cuando entrara en funcionamiento la incineradora de Zubieta (finales de 2014).

El PNV alertó ayer de que la moratoria o la paralización de la planta, tal y como propone la Diputación, conllevaría la reapertura de San Marcos y el alargamiento de la vida de Lapatx, Urteta y Sasieta. Así lo señalaron la juntera Arantza Tapia; y los concejales Aitor Alonso (Beasain), Imanol Lasa (Zarautz) y Jexux Larrañaga (Azpeitia).

Los ediles afirmaron que sus respectivas localidades han realizado un ejercicio de solidaridad con el resto de Gipuzkoa. Explicaron que los tres municipios reciben 130.000 toneladas anuales de residuos correspondientes a Donostialdea y Txingudi: 45.000 van a Sasieta, 35.000 a Lapatx y 25.000 a Urteta.

Con este ritmo, Sasieta se colmatará en 2013, en tanto Zarautz y Lapatx lo harán en 2014. Por tanto, señala el PNV, si la incineradora entra en funcionamiento en 2014, como está previsto, no habrá problemas, pero si se paraliza o se aprueba una moratoria, «existe un riesgo cierto de que los vertederos tengan que prolongar su vida útil».

Los ediles señalaron que no fue fácil convencer a los vecinos para que aceptaran los residuos de otras localidades. «No es de recibo que ahora Bildu quiera echar por la borda los acuerdos precedentes. Si lo hacen, que los alcaldes (los tres de Bildu) lo expliquen a los ciudadanos».

Arantza Tapia señaló que la Diputación tiene la obligación de respetar la norma aprobada en las Juntas Generales. «Tenemos una norma en vigor y, si la Diputación quiere aplicar una moratoria, tendrá que sustituirla en otro Plan de Residuos. Este tendrá que ser llevado a la Cámara, donde Bildu se encuentra en minoría».

Tapia señaló que cabe la posibilidad de que la Diputación no respete los acuerdos de Juntas. «En este caso iríamos a los tribunales. Bildu tendría que explicar por qué no respeta a la mayoría de los guipuzcoanos. Sería una actitud que nos recordaría a épocas pasadas no precisamente democráticas».

Bizkaia

El problema se agudizará si Bizkaia decide no seguir recibiendo basura de Gipuzkoa. De hecho, en junio del próximo año se deberá decidir si renueva el convenio.

El PP vizcaíno ya ha anunciado que interpelará a su Diputación si procede tal renovación, dado que ésta se encuentra condicionada a la construcción de la incineradora. El juntero Arturo Aldecoa señaló el jueves que si «por las dudas guipuzcoanas no se pusiera en marcha la incineradora, o se retrasara, la prórroga del acuerdo significaría seguir llenando nuestros vertederos, malgastando un espacio irrecuperable, con residuos ajenos».