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PILAR ARANGUREN
Sábado, 1 de octubre 2011, 05:50
Tras la aprobación por parte de las asambleas de la integración de las cajas vascas, el debate se traslada ahora a los pesos políticos del Consejo de Administración de Kutxa Bank, que se pondrá en marcha el 2 de enero. Aunque con matices, las cuatro grandes fuerzas coinciden en señalar la necesidad de que haya un acuerdo político al respecto para dar estabilidad y recorrido al nuevo banco, así como confianza a los mercados.
Superado ya el principal escollo, como era el refrendo de los consejeros, y a falta de aprobación de los cambios introducidos por Bildu en sendas asambleas el 21 de octubre, el foco se sitúa ahora en el reparto que tendrá cada partido en el Consejo de Administración de Kutxa Bank.
El contrato de integración establece que el órgano de gobierno de Kutxa Bank contará con veinte miembros, de los que doce serán nombrados por el consejo de administración de la BBK, seis por el de la Kutxa y dos por el de la Vital. Un reparto que no establece los pesos políticos, por lo que si no mediara un acuerdo previo, el consejo de administración de la nueva entidad contaría con una presencia mayoritaria del PNV, dada su supremacía en los consejos de la BBK y de Kutxa y su amplia presencia en la Vital.
Una cuestión que no están dispuestos a admitir el resto de formaciones políticas. El primero en levantar la liebre fue el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, quien advirtió antes de la aprobación de las asambleas de la BBK y la Caja Vital que no permitirá que el partido jeltzale hegemonice el consejo de Kutxa Bank. Es más, apuntó que condicionaría su apoyo en las asambleas a esta cuestión.
El reparto político del consejo de administración del nuevo banco planea desde que los presidentes de las tres cajas vascas dieron a conocer el proyecto de integración. Y es que si no hay un acuerdo entre las cuatro grandes fuerzas, en línea con el consenso alcanzado para la fusión, el consejo nacerá con carácter transitorio, ya que los órganos de gobierno de Kutxa, BBK y Vital se renovarán en marzo atendiendo a la nueva ley de cajas vascas que se está tramitando en el Parlamento. La nueva composición deberá trasladarse posteriormente al banco, lo que someterá a su consejo a unos vaivenes que no favorecen en nada la consolidación de la entidad.
Las cuatro principales sensibilidades políticas coinciden en señalar que esta situación no es nada deseable. Por ello apelan a la necesidad de que haya un acuerdo político en el que se consensúen los pesos de cada formación en aras a dar estabilidad al nuevo banco, así como confianza a los mercados. Además, creen que dicho acuerdo no puede estar supeditado a la nueva ley de cajas vascas, cuyo proyecto introduce cambios sustanciales en los criterios de representación en los órganos de las entidades de ahorro con el objetivo de reequilibrar los pesos de los partidos.
El portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, ve «inevitable» que los partidos políticos con representación en las cajas lleguen a un acuerdo plural, que garantice su presencia en el consejo de Kutxa Bank, incluida Bildu, que finalmente ha apoyado la fusión. En este sentido, recuerda que han hecho llegar al PNV y al PP su voluntad al respecto y que el partido jeltzale «no se ha negado a ello», lo que, a su entender, es un buen síntoma.
El dirigente socialista apunta que existen contactos preliminares y que sería conveniente alcanzar un acuerdo antes de que se ponga en marcha Kutxa Bank. Con todo, señala que dependerá de la voluntad política de las cuatro formaciones.
Pluralismo social
El secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzabal, se muestra más contundente al respecto. Así, cree que el consejo debe respetar no sólo la representación que tienen los distintos partidos en las asambleas de las cajas, «sino el pluralismo social», es decir, el peso que tienen en la sociedad, por lo que considera imprescindible que se llegue a un gran acuerdo «para que el consejo también nazca con el aval de todas las fuerzas políticas». El PP quiere estar presente en el órgano de gobierno del banco «y ocupar los seis representantes que nos corresponden en la sociedad». También considera imprescindible la presencia de Bildu, que tras la renovación de las asambleas se alzará con la mayoría en la Kutxa, una realidad que no puede «obviarse».
Considera que no se pueden eludir estas cuestiones en la composición del consejo de Kutxa Bank, porque sería perjudicial para su estabilidad y recorrido. Por ello apela a la responsabilidad política de todas las formaciones para alcanzar un consenso lo antes posible.
Además advierte de la tentación de mezclar este aspecto con la ley de cajas, ya que considera que deben diferenciarse claramente, en alusión a los jeltzales, quienes, a su entender, «quieren jugar con esta baza para granjearse una mayoría en el consejo, haciendo valer su posición de control de la BBK».
Bildu también ve con buenos ojos el acuerdo político, ya que cree que el consejo de Kutxa Bank debería reflejar desde su inicio la representación que salió de las urnas el pasado 22 de mayo, en las que la coalición soberanista logró una gran presencia institucional. Josu Ruiz, miembro de la coalición y vicepresidente de Kutxa, entiende que esa realidad social no puede obviarse en los pesos políticos del nuevo banco en aras a lograr la estabilidad necesaria durante los próximos cuatro años. Apunta que si el resto de formaciones tiene voluntad no será difícil.
Una predisposición que también muestra el PNV, pese a ser el partido que más pelos se tendría que dejar en la gatera. Así, subraya que lo más importante es que este banco goce de estabilidad desde el primer minuto para generar confianza entre los clientes y en la sociedad vasca. Añade que en los tiempos que corren se necesitan instituciones sólidas, fuertes y estables.
Y muestra su voluntad de hacer un ejercicio de responsabilidad. «Ahí, la política, como siempre ha hecho en Euskadi y por eso tiene las cajas que tiene, debe coadyuvar, y este partido, en sus responsabilidades, así lo ha entendido siempre, y no complicar, como hemos visto en otros lugares, donde los partidos se han inmiscuido en tareas que no les correspondían». Remarca que ese modelo no es de aquí «y aquí ya hemos perdido mucho tiempo».
Las cuatro formaciones disponen de tres meses para demostrar su buena voluntad, de forma que imperen los criterios de país y no los partidistas. Una cuestión que también resaltaba el presidente de la Kutxa, Xabier Iturbe, quien consideraba positivo el consenso político.
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