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La abuela de Gipuzkoa
Nació en 1905 en Hontomín

La abuela de Gipuzkoa

Sabina Castillo brindó con champán el día de su 106 cumpleaños

LUISMA RODRÍGUEZ

Viernes, 7 de octubre 2011, 11:50

Sabina Castillo Martínez, burgalesa de origen -nació en 1905 en Hontomín- aunque errenteriarra de adopción, celebró ayer su 106 aniversario, acreditando así ser la persona de más edad que reside en la comarca de Oarsoaldea y a su vez la más longeva de Gipuzkoa.

Tras una reparadora siesta para coger energías, Sabina Castillo recibió durante toda la tarde las felicitaciones de sus sobrinos, sobrinos nietos, e incluso sobrinos biznietos, que forman parte de su amplia familia, aunque ella es soltera y nunca tuvo hijos.

Sabina vino desde muy pequeña a vivir al País Vasco y en un principio residió en Tolosa, para irse después a Bilbao a trabajar cuidando a los niños de una familia acomodada. Siempre ha desempeñado la profesión de cuidadora de niños en distintos lugares y fue en 1963 cuando se estableció definitivamente en Errenteria. Vivió en el barrio de Galtzaraborda en una casa de tres pisos sin ascensor con su hermana pequeña, hasta que ésta falleció recientemente cuando contaba con 97 años. Posteriormente se trasladó a la vivienda de la calle Bittor Idiazabal, donde reside en la actualidad, atendida por sus dos sobrinos, que viven en sendos pisos contiguos.

Buena salud

Sabina goza de buena salud. Hace pocos años le colocaron un marcapasos y le operaron de cataratas. La única deficiencia que padece a su avanzada edad es una profunda sordera lo que le dificulta la comunicación con sus allegados. Por su casa, se desplaza con un andador y a veces, sale a la calle, siempre acompañada por algún familiar . Incluso se anima a dejar la silla de ruedas y andar sola apoyada en un bastón o acompañante. Come con mucho apetito todo tipo de alimentos, incluida la carne y el pescado, si bien precisa que se lo den todo muy bien cortado para poder masticar sin problemas. Su sobrina política, Nekane, dijo que al día sólo toma una pastilla para poder conciliar el sueño y hace poco tiempo le recetaron otra para facilitar la función depurativa del riñón.

Muy creyente

Sus sobrinos, Alfonso y Juan Carlos Gajate, que son los que le cuidan, junto con sus respectivas mujeres Nekane y Begoña, destacaron que la única afición que tiene es mirar la tele aunque sin prestarle mucha atención dada su sordera, «pero eso sí, no se pierde ninguna misa de las que dan por la tele, ya que desde que obtuvo la dispensa de la parroquia para no tener que ir a la iglesia por su avanzada edad, ve siempre los oficios por la tele, sin perderse ninguno. Siempre ha sido muy creyente».

Cuando cumplió 100 años, recibió un homenaje de la Diputación y del Ayuntamiento de Errenteria y ayer celebró en la intimidad sus 106.

Sus sobrinos dijeron que hasta la fecha ha ido cumpliendo todas las expectativas de superar los años que habían previsto y que «no hay ningún motivo para que no pueda llegar perfectamente a los 110 años, ya que no tiene ningún problema grave de salud».

También señalaron que hasta que cumplió los 100 años a Sabina le gustaba decir los años que tenía, con cierto aire de coquetería, pero a partir de ese número redondo «al parecer considera que ya son muchos y no quiere ni saber los que cumple cada año». Pues ayer alcanzó la friolera de 106 y con expectativas de seguir cumpliendo más, aunque no los quiera sumar.

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