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Nuevo tiempo. El lehendakari habla del final de la violencia y de sus recetas para afrontar la crisis. :: REPORTAJE GRÁFICO: JOSE IGNACIO USOZ
«Hay que mantener firmes los principios pero no crear muros que impidan avanzar»
POLÍTICA

«Hay que mantener firmes los principios pero no crear muros que impidan avanzar»

Patxi López. Lehendakari. Sobre la premisa de que «jamás» admitirá un «precio» por la paz, el lehendakari defiende «la responsabilidad que todos tenemos para asentar la convivencia»

AMAIA CHICO achico@diariovasco.com

Domingo, 9 de octubre 2011, 11:20

Más convencido que nunca de que el final del terrorismo está a la vuelta de la esquina, el lehendakari Patxi López aboga por «mantener firmes los principios», pero no por crear «muros» con cuestiones como la política penitenciaria «que impidan avanzar» hacia la paz y la libertad definitivas.

- Usted habla de 'flexibilidad' en la política penitenciaria, el fiscal superior de 'generosidad'... ¿Quieren que estas palabras se entiendan como gestos?

- No solo lo hemos hecho nosotros. El conjunto de las fuerzas políticas, sociales e institucionales del País Vasco casi estamos de acuerdo en esto. Incluso algún representante del Partido Popular, también ha hablado estos días de la generosidad necesaria para asentar definitivamente la libertad y la convivencia, una vez que desaparezca ETA. Por tanto, no estamos haciendo un planteamiento contra nadie ni que vaya a provocar divisiones o fracturas. Estamos haciendo un planteamiento coherente con la situación que estamos viviendo y con la que queremos vivir. Pero eso no quiere decir que construyamos un país desde el olvido. Lo que queremos es construirlo sin odios ni venganzas. Con memoria, pero que lo que hagamos se convierta en un muro que impida volver a situaciones pasadas.

- ¿Por qué ha esperado hasta ahora para exponer ese planteamiento? Hay dirigentes de su partido que ya lo expresaron hace meses.

- Porque la inmensa mayoría, por no decidir toda la sociedad vasca, tenemos la convicción de que estamos en el momento de cerrar un ciclo, el del terrorismo, y de abrir un nuevo tiempo, el de la libertad plena. Y ese nuevo tiempo exige que todos asumamos la responsabilidad que nos corresponde, que todos hagamos los gestos o demos los pasos que lleven a instalar esa convivencia plena. Creo que lo que dije el otro día, incluida la flexibilidad en la política penitenciaria, puede y tiene que formar parte de ese tiempo.

- ¿Va el Gobierno de Zapatero a expresar también en público una postura similar?

- No lo sé. Lo que ha expresado el Gobierno a través de varios de sus representantes es que siempre tienen en cuenta, y seguramente ahora más, las palabras y las indicaciones que vienen desde Euskadi, y más de boca de su lehendakari.

- No quiere hablar de plazos para el final de ETA.

- No, nunca.

- Pero sí constatan cada vez de forma más contundente que está muy cerca. ¿Piensa en meses...?

- No, no, no. Si no ponemos plazos, no ponemos plazos. Porque generalmente en Euskadi los plazos nos han llevado a frustraciones. Pero hemos tenido dos cosas en estos nuevos tiempos. Primero, hemos vivido el primer verano sin ningún tipo de amenaza, sin violencia callejera, sin conflictos en fiestas. Y, por tanto, hemos podido empezar a ver cómo será la convivencia, la vida en Euskadi sin ETA. Y, segundo, el terrorismo tal y como lo conocemos ha acabado, porque no es solo una banda que asesinaba, sino una banda que asesinaba a la vez que había un colectivo de gente que le procuraba respaldo social y connivencia. Ese respaldo público ha desaparecido definitivamente. Y eso es un cambio radical.

- ¿Hasta qué punto influyó el candidato Rubalcaba en su decálogo?

- Es verdad que le llamé para decirle lo que iba a expresar, que creía que esto es lo que necesitamos en Euskadi y lo que íbamos a proponer. Y él, efectivamente, estaba de acuerdo. Pero de ninguna manera llamamos para decir: 'Oye, ¿qué te parece?'.

- Ambos han dejado caer su disconformidad con la sentencia contra Otegi por Bateragune. ¿Espera que el Tribunal Supremo la revoque?

- Eso está por ver. Hemos tenido otros casos en que los recursos han tenido sentencias radicalmente diferentes a la inicial. Pero la obligación de un Gobierno es respetar el Estado de Derecho y acatar todas los fallos, nos provoquen más o menos sorpresa, o generen más o menos frustración en parte de la sociedad. Espero que la próxima sentencia acompañe a la propia sociedad. Una sentencia positiva significaría que efectivamente hay datos que confirman que el abertzalismo radical está dando pasos para su integración en la democracia, que es lo que todos queremos. Porque el mayor triunfo de la democracia es que todos aquellos que no solo estaban al margen sino combatiéndola se integren. La integración significa que asumen y respetan sus principios, y también sus normas y sus leyes.

- Imagino que será extensible al caso Sortu.

- Siempre he dicho que ojalá la sentencia fuera de legalización porque significaría, con el reconocimiento de la Justicia, que ese mundo está haciendo el recorrido que todos les hemos exigido. Por eso, no entiendo mucho que quienes han mantenido la exigencia de que la izquierda abertzale usara las mismas herramientas en política y asumiera la democracia, se molesten cuando empieza a asumirla.

- ¿Qué línea roja no pasará jamás en el final de ETA?

- La de que la paz y la libertad tengan precio. ETA tiene que desaparecer y punto. Sin ningún tipo de condición ni condicionante.

- ¿Alguno interpretará sus 'gestos' como parte del precio?

- No creo. Creo que todo el mundo asume que una vez ETA haya desaparecido, tendremos que avanzar para la convivencia y la concordia. Y no me parece que hablar de una política penitenciaria flexible sea ningún pago por nada.

- ¿Cómo espera ese final?

- Hay gente que cree que un día se levantará por la mañana y ETA habrá declarado su desaparición, pero yo suelo hablar del símil de la niebla. De esa niebla que se va disipando, y de hecho se está disipando, y deja ver con más claridad el final. Me imagino un final en el que todos los demócratas nos declaramos vencedores ante el totalitarismo y en el que todos asumimos la responsabilidad de construir Euskadi desde el respeto a la diversidad y a nuestra pluralidad.

- Insiste en un final de vencedores y vencidos.

- Cuando una banda terrorista con un proyecto totalitario que asesinaba al que pensaba diferente desaparece es porque ha ganado la democracia, porque han vencido los demócratas. Y otro triunfo es que aquellos que estaban fuera de la democracia, se integren en ella. Es claramente el triunfo de la democracia y la libertad frente al totalitarismo. Lo contrario, sería construir una sociedad sin valores.

- La izquierda abertzale prepara un documento de reconocimiento a las víctimas, ¿cómo cree que debe acercarse a las de ETA?

- Pues con toda claridad y toda sinceridad. El reconocimiento del dolor causado en este país es básico y fundamental para seguir recorriendo el camino que nos lleve a la paz y la libertad. Reconocer el pasado es lo que nos permitirá construir el futuro, y por tanto, igual que he lamentado profundamente que dirigentes del abertzalismo radical dijeran que no era el tiempo del reconocimiento a las víctimas, saludaré si se produce un reconocimiento claro y contundente.

- Hablando de reconocimiento, en este caso institucional, se acerca el Día de la Memoria. ¿Incluirán en esta segunda edición a las víctimas de abusos policiales?

- No se trata solo del Día de la Memoria. Este país debe reconocer y entender que ha habido víctimas de violencias y de terrorismos diferentes. Hay víctimas de ETA, pero también de los GAL, del Batallón Vasco Español e incluso de una tardía democratización del propio Estado, de abusos policiales o de torturas. Pero lo hacemos sin equidistancias, siendo justos y dando la memoria, la reparación y la justicia que cada una de ellas necesita. Reconocer esto también es importante para avanzar. Yo lo he hecho siempre, aunque quizás con más claridad el otro día en el Parlamento.

- ¿Entonces? ¿Se va a visualizar ese reconocimiento el 10 de noviembre?

- Puede ser. Efectivamente, si hablamos de Día de la Memoria, la memoria también incluye a esas otras víctimas.

- ¿Les va a suponer un problema con el PP en su pacto?

- No lo creo. El PP está haciendo su propio recorrido de posiciones que hace un tiempo eran absolutamente inmovilistas, casi intransigentes, a posiciones más avanzadas. El otro día Antonio Basagoiti reconocía que estamos en un nuevo tiempo y también han empezado a hablar de la 'generosidad de la democracia'. Eso no lo escuchábamos antes. Las evoluciones son buenas, y hará que cada uno asumamos la parte de responsabilidad que nos corresponde, sobre todo para no impedir que las cosas avancen en la dirección que todos queremos. Hay que mantener siempre firmes los principios, pero no podemos hacer de cosas que no son principios muros que impidan el avance de la libertad en este país.

- ¿Cree posible construir un relato único?

- Seguramente un relato completo no, pero sí un mínimo común. Habrá relatos diferentes, pero ninguno podrá hacer de la víctima el asesino ni olvidar lo ocurrido porque entonces será como si no hubiera pasado. Y nos ha pasado. Debemos buscar los puntos en común para construir la memoria colectiva sabiendo que hay muchas piezas que lo componen y que a veces algunas serán divergentes.

- En el plano técnico, se acaba de presentar la comisión internacional de verificación que ustedes no avalan. Pero, ¿les van a dejar hacer?

- Les respetamos. Tienen libertad para hacer lo que crean conveniente según su propia iniciativa, porque no es un grupo de mediación ni de verificación solicitado por el Gobierno. La verificación la hacen muy bien las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, los empresarios cuando no reciben amenazas, o la sociedad cuando ve que no hay violencia en sus calles.

- ¿Hay una labor de verificación por parte de la Policía?

- Todos los días hacen una labor en ese sentido. Cuando uno no baja la guardia y sigue todos los días persiguiendo la violencia y el terrorismo, evidentemente va constatando la evolución. ¿Me pregunta si tienen evidencias?

- Sí.

- La evidencia es que ningún empresario ha vuelto a sufrir extorsión, que no ha habido violencia callejera, o que llevamos dos años sin asesinatos. Creo que es una buena noticia, porque cada día que pasa sin ese tipo de acciones es un día ganado a la libertad.

«Rearme anímico» del PSOE

- Cambiando de asunto, acaba de celebrarse la Conferencia Política del PSOE. ¿Les ha servido para recuperar autoestima ante la mala perspectiva del 20-N?

- Cuando uno debate ideas y adopta resoluciones y propuestas que forman el proyecto ante los ciudadanos también se rearma moralmente. Hubo un cierto rearme anímico. Construimos un proyecto en el que Alfredo Pérez Rubalcaba no es solo una foto diferente y un cartel, sino que detrás hay propuestas capaces de conectar con los sectores más progresistas del país.

- ¿Qué probabilidad real ve de remontar las encuestas?

- Yo siempre soy optimista. Ante la crisis hay dos modelos: el de los que hacemos lo que hay que hacer para sostener el Estado del bienestar, los servicios públicos y la protección social. Y el modelo de quienes utilizan la crisis para desmantelar todo eso. La gente verá que eso es lo que de verdad está en juego después del 20 de noviembre. Hay partido y tenemos posibilidades ciertas de ganar los comicios.

- En la parte que le toca, ¿cómo piensa movilizar a su electorado vasco?

- Para el electorado vasco ni de lejos es lo mismo que gobierne Rubalcaba que Rajoy, en ningún ámbito. Pero en Euskadi tenemos también la responsabilidad de defender el modelo de sostenimiento de los servicios públicos a pesar de los ajustes difíciles.

- Por si acaso, ¿qué relación tiene con Rajoy?

- Pues no mucha, no le voy a engañar.

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