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Un 'taller de comunicación' en Igara. Goio Telletxea y Ana Malagón, en su oficina de Donostia donde crean proyectos de comunicación para internet. :: MIKEL FRAILE
Los 'hijos' de Steve Jobs
LOS 'HIJOS' DE STEVE JOBS

Los 'hijos' de Steve Jobs

«Comparar a Steve Jobs con nosotros es comparar un cohete con un coche», dice un creativo del sector en Gipuzkoa. Vamos de paseo con algunos 'genios-en-zapatillas'. El fallecido fundador de Apple fue ejemplo de creatividad, coraje y marketing. Buscamos las 'manzanas de aquí'. «En Gipuzkoa se crea y sobra valentía, pero no nos sabemos vender», dicen los profesionales

MITXEL EZQUIAGA mezquiaga@diariovasco.com

Domingo, 16 de octubre 2011, 12:11

«¿Por qué no buscas a los Steve Jobs guipuzcoanos? Seguro que encuentras gente interesante».

Los encargos de reportaje suelen comenzar así. ¿Pero no habíamos quedado en que el fundador de Apple es un personaje único e irrepetible? ¿Que se trataba de la encarnacion del sueño americano? ¿Acaso tiene que ver la aldea global con nuestra aldea local? ¿Existe el 'sueño guipuzcoano'?

Pues resulta que no hay Steve Jobs guipuzcoanos, pero sí experiencias comparables en ambición, intuición y suerte. Aunque sea a escala reducida. Y no siempre relacionadas con el tópico de genio entre ordenadores, con zapatillas deportivas y cables en un garaje.

¿Por ejemplo? «El caso de la Gula del Norte es el ejemplo perfecto, a la guipuzcoana, del modelo 'Steve Jobs'. Un empresario que se encuentra con el sector en declive de la angula, tiene la intuición y el valor de viajar a Japón e inventa un producto nuevo, 'la gula'. ¡Y funciona!». Lo dice, en referencia al empresario Alvaro Azpeitia, el donostiarra Juan José Azcarate, directivo de la CCC, experto en marketing y también avanzado de su tiempo, como un Steve Jobs txikito.

Pero luego volveremos con La Gula, el milagro de Alvaro Azpeitia y las reflexiones de Azcarate. De momento vamos a un 'garaje' donde el espíritu de 'Apple' toma el aroma de la manzana de aquí.

Sastres a medida

Polígono donostiarra de Zuatzu, empresa Donewtech. Una veintena de jóvenes se mueve entre un mar de ordenadores. Pantalones cortos, zapatillas, 'tuppers' con ensaladas para comer en la oficina. La mayoría son ingenieros. Dicen que no les importa que les llamen 'frikis': «Nos gusta lo que hacemos». ¿Y qué hacen? Software a medida: «Somos como sastres que creamos para cada empresa el software que necesita o adaptamos para ellos nuestros 'pret-a-porter'».

Lo explica Raúl Navas, donostiarra de 36 años, creador de la compañía junto a su esposa Ainhoa Lete. Su firma no nació en un garaje a la americana sino en un apartamento de Munich de 70 metros cuadrados. «Trabajábamos los dos en Siemens, en el año 2000, en los años felices de la burbuja tecnológica. ¡Entonces había más de 40.000 ingenieros en la empresa!».

Raúl y Ainhoa, hoy pareja y padres de dos niños, decidieron crear una firma por su cuenta. Al principio fue duro. «Nuestros planteamientos iban por delante de las necesidades de las empresas de entonces». Pero terminaron encontrando su mercado. CAF o Ikusi figuran entre sus clientes y preparan ya el salto a un local mayor.

¿Qué les dice la figura de Steve Jobs? «¡Admiro su trabajo y su filosofía!», responde Navas. «Una frase de Jobs está en nuestra web desde hace años: 'No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer'».

¿En qué se concreta eso? «Aquí no hay horarios y el personal no ficha. Todo está basado en la confianza. Es gente creativa, joven y sin miedo que aporta soluciones», explica Raúl Navas. «Steve Jobs es una 'marca': su obra fue labor de equipo. Pero supo entender mejor que nadie qué quería el usuario». ¿Hay Jobs en Gipuzkoa? «Aquí hay mucha gente con ideas, emprendedora y realmente innovadora. Y también hay ayudas, aunque muchos emprendedores ni siquiera saben que existen. Cualquier día saldrá la sorpresa», concluye Navas.

Situar al usuario en el centro

¿Qué falta a los Jobs guipuzcoanos? Comunicación. «Solemos decir en broma que el último guipuzcoano que supo comunicarse bien vivía en la cueva de Ekain», subrayan con una sonrisa Ana Malagón y Goio Telletxea, de la empresa 'La personnalité'. Los dos trabajaban en el mundo de internet y la comunicación en la agencia Arista hasta que hace tres años decidieron embarcarse en una empresa propia: «Buscamos fórmulas para mejorar el trato del cliente con las webs: cuidar la interacción para que el usuario se sienta cómodo y la empresa tenga personalidad propia en la red».

Reforzar la identidad. Es lo que ofrecen a sus clientes y lo que les diferencia. «Ilustramos nuestra web con personajes con pipa, de Simenon a Sartre, porque una persona con una pipa ya da idea de diferente». Y de ahí también el nombre de esta empresa, radicada en una pequeña oficina de Igara pero con clientes en numerosos lugares.

Son fieles a Apple: sus ordenadores y sus iphones son la muestra. «Lo mejor de la filosofía de Jobs es que coloca al usuario en el lugar estelar y provoca que la tecnología se adapte al usuario, no al revés. Busca simplificar la vida y se basa en la intuición. Y una vez que tiene el producto, lo vende con maestría, pero no como un vendedor, sino como un comunicador».

Esta es, también en opinión de estos dos jóvenes profesionales, la clave que falta en Gipuzkoa respecto a otros lugares. «Aquí creamos e innovamos, pero nos falta comunicar». El mismo diagnóstico se repite entre todos los consultados.

El respaldo institucional

Hace falta comunicación, pero también visión de negocio y arrojo. Pablo Ayala y un grupo de compañeros que investigaban en el campo de la 'visión artificial' en la UPV pusieron en marcha hace unos años una empresa, 'Innovae Vision', que hoy es un puntera en su campo desde sus instalaciones en Igara. Un total de 22 personas trabaja en una firma que vende sus productos a compañías de numerosos lugares. Trabajan en la 'realidad aumentada': aplicaciones que permiten ver productos en tres dimensiones o lograr que los ordenadores funcionen por un gesto del rostro o de la mano en lugar del ratón.

«Acabamos de vender a General Óptica una aplicación que permite al cliente probarse virtualmente cuantos modelos de gafas desee simplemente viendo el escaparate», explica Pablo Ayala, director de la firma. «El Barça nos compró otra aplicación que permitía a los visitantes de su museo 'levantar' la Copa de Europa como si hubiesen estado en el estadio, y Sony incorporará a sus nuevas tabletas un producto nuestro que aplicado a los folletos publicitarios permite ver los productos en tres dimensiones o con animación».

Y todo, desde Donostia. ¿Es posible la versión guipuzcoana del 'sueño americano'? «Es casi imposible. Faltan las ayudas institucionales y los mecanismos para permitir que ideas paridas aquí, aunque sea en primicia mundial, terminen encontrando un impacto global», remata Ayala.

Complicidad de los fans

Tampoco es malo encontrar, al menos, el impacto local. Eso lo sabe bien Txomin Jauregi, fundador de la empresa Deskontu. Nacido en Urretxu en 1978 y donostiarra desde los tres años, este licenciado en la ESTE fue auditor de cuentas en Deloitte Barcelona y consultor freelance. «Llevo en esto de internet desde 2007, primero con DDonosti.com y ahora con Deskontu.com, una web de compras colectivas en la que publicamos cada día una oferta con un descuento mínimo del 40%». Comenzó como una tarea de tiempo libre y ahora absorbe toda su actividad.

Seguidor entusiasta de Apple, destaca de Steve Jobs «su obsesión por hacer productos que provocaran un sentimiento en los compradores hasta convertirlos en fans». Esa es la clave.

«Hay muchos Jobs en Gipuzkoa. No hace falta montar un Apple para ello. Jobs son las personas que crean fans para sus negocios». Y Txomin Jauregi pone un ejemplo: «Yo soy fan de la Peluquería Felix, de la calle Bengoetxea. Isabel, al cortarme el pelo, consigue que salga contento de la peluquería. Soy su fan. Es el legado de Jobs que nos debería quedar: en Gipuzkoa tenemos la tendencia de centrarnos en el 'producto', pero no es suficiente. El producto se copia, los fans no te los quita nadie», remata.

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