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Monumental. Visitante ante la prensa alemana con la que Chillida hizo realidad sus obras. :: FÉLIX MORQUECHO
Fábricas y caseríos se hacen museo
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Fábricas y caseríos se hacen museo

La comarca de Urola Garaia reúne en ocho kilómetros a la redonda una docena de espacios para sentir y saborear la esencia del interior

CRISTINA LIMIA

Sábado, 22 de octubre 2011, 04:57

En el interior de Gipuzkoa encontramos una comarca bañada en el verde de las montañas y la fuerza de la industria que la habitan. Hablamos de Urola Garaia, donde caseríos, fábricas y templos religiosos se convierten en el gran tesoro turístico. Todos ellos abren sus puertas al visitante para ofrecerle experiencias únicas. Perderse entre las enormes máquinas fabriles con las que Eduardo Chillida realizó sus esculturas en Legazpi, ver a los ferrones trabajar el hierro al rojo vivo bajo el martillo de Mirandaola, embadurnarse las manos haciendo delicioso queso Idiazabal, maravillarse ante la estructura de madera de La Antigua, saborear la sidra elaborada en un antiguo lagar o conocer el mundo secreto de las abejas y probar su miel. Todo ello es posible en los ocho kilómetros a la redonda que abarcan las localidades de Zumarraga, Legazpi, Urretxu y Ezkio-Itsaso. «Nuestra comarca ha sabido diferenciarse del resto y hacer de esa diferencia una virtud» valora el director de la fundación Lenbur, Aurelio González. A través de esta entidad, el turismo de Urola Garaia se gestiona de forma conjunta desde el año 2009. «Todo el territorio se integra en un único discurso: el ser humano, la naturaleza y los modos de vida y trabajo», explica Aurelio. Bajo ese prisma, emprendemos un viaje intenso que inauguramos dando gusto al paladar. La miel, la sidra, el queso y el pan encuentran su paraíso en cuatro lugares.

El de miel se localiza en el museo de las abejas Aikur de Urretxu, de camino a Santa Bárbara. Allí colmenas y panales de observación muestran en directo cómo se comunican estos insectos entre sí, el papel que juega la abeja reina y la forma en que se organiza la colonia, todo ello acompañado de utensilios de apicultura, modernas pantallas táctiles y una dulce variedad de mieles con jalea real, nueces y polen.

La sidra se encuentra en el caserío Igartubeiti de Ezkio-Itsaso, un edificio construido a mediados del siglo XVI y ampliado a principios del XVII que se ha convertido en un magnífico exponente de la Edad de Oro del caserío vasco. En su interior hallamos un gran lagar de viga, que hace las delicias de los aficionados al chispeante jugo de manzana. Su maquinaria se pone en funcionamiento para elaborar sidra siguiendo los métodos de hace 500 años. Sus prensadas de manzana están acompañadas de un huerto ecológico, talleres infantiles y un centro de interpretación donde los distintos personajes que habitaron Igartubeiti nos descubren cómo fue evolucionando la vida en el caserío.

Otros dos caseríos miman el queso y el pan, ambos enclavados en Legazpi. En el barrio de Telleriarte, Erraizabal nos acerca al oficio del pastoreo, con el cuidado de las ovejas y la elaboración del maravilloso queso Idiazabal a base de su leche. En el barrio de Brinkola, Igaralde Goena nos envuelve en el aroma del pan recién hecho, elemento básico de la alimentación en torno al que giran numerosas leyendas.

Arte a pie de fábrica

La industria ocupa otra parcela importante del turismo. Se hace arte en Chillida Lantoki, un espacio situado en la antigua papelera de Legazpi que nos cuenta cómo se realizaron las enormes esculturas de Eduardo Chillida en la empresa Patricio Echeverría S.A. La prensa, la cuchara, el manipulador y el martillo utilizados por el escultor sirven para hacerse una idea de la colosal tarea, rodeadas de grandes fotografías del artista a pie de fábrica, herramientas originales de su taller personal, mesas táctiles que colman al visitante con toda la información existente en torno a Chillida, el taller de grabado que poseía en Donostia y numeroso material audiovisual, entre el que destacan las entrevistas hechas a operarios que trabajaron con él en Patricio Echeverría y a los miembros de la familia Chillida-Belzunce.

No muy lejos de allí se encuentra el parque de Mirandaola, con la ferrería donde los domingos, sus ferrones trabajan el hierro a la antigua usanza bajo la luz de un horno bajo y el golpeteo del martillo (en octubre todos los domingos y de noviembre a marzo solo el primer domingo de mes). La visita se completa con el cercano Museo del Hierro Vasco, dedicado a la preindustrialización de este metal en el territorio.

El recorrido industrial termina con la 'Ruta obrera' de Legazpi. Consiste en un viaje en el tiempo, trasladándonos al mundo de las familias de los años 50, visitando desde una vivienda ambientada en aquella época, hasta el economato donde se hacía la compra, el dispensario médico o la pensión.

'Catedral' de las ermitas

Iglesias y ermitas salpican los paisajes de la comarca, cada una con su particular belleza, arquitectura e historia.

La Antigua de Zumarraga es una de las joyas del patrimonio religioso de Urola Garaia. La ermita forma parte de la 'Ruta de los tres templos' junto a la basílica de Loyola y el santuario de Arantzazu. Entraña un ejemplo claro del románico vasco, con un edificio cerrado y de poca ornamentación en el exterior y una hermosa mezcla de piedra y madera en la estructura interior, en la que se aprecian tallas de ruedas, cruces gamadas que representan el sol y el fuego en la cultura céltica y relieves con cabezas y bustos de mujer.

En la localidad vecina de Urretxu encontramos la iglesia de San Martín de Tours, el edificio más antiguo de la villa, de origen medieval y una peculiar fisonomía adquirida a lo largo del siglo XVI. Debajo de su austera fachada alberga una acogedora bóveda de madera renacentista, que fue realizada en 1570 y confiere una agradable sensación de intimidad.

De minerales y fósiles

Urretxu también abre una ventana al mundo de los minerales y los fósiles con el museo Urrelur, donde del 29 de octubre al 6 de noviembre celebran la 'Semana de mineralogía y paleontología' con intrépidas excursiones, talleres, muestras y la gran feria Urrelur, entre otros.

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