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RICARDO ALDARONDO
Jueves, 27 de octubre 2011, 12:04
Le valoramos como uno de los mejores guionistas del cine español contemporáneo, especialmente por su trabajo junto al cineasta Enrique Urbizu en 'La cja 507', 'La vida mancha', y la ahora tan alabada 'No habrá paz para los malvados'. Pero cada diez años, casualidad, Michel Gaztambide, nacido en Apt (Francia) como el poema adjunto cuenta, pero bien afincado en San Sebastián a cierta distancia del frenesí del cine, publica un poemario, breve, conciso, intenso. El que ahora ha salido, 'Moscas en los incunables', forma parte de los cinco libros de autores donostiarras que ha publicado la editorial barcelonesa Huacanamo, junto a los de Harkaitz Cano, Karmelo C. Iribarren, Pablo Casares y Diego Vasallo.
-Sorprende que el guionista de 'No habrá paz para los malvados' publique un poemario casi al mismo tiempo...
-La poesía es lo primero que escribí. Luego los guiones me fueron comiendo la mayor parte del tiempo, pero continué con esa escritura más libre y personal. Pecadillos que comete uno...
-¿Pecadillos? ¿Es que da más pudor escribir poesía?
-Sí, y quizás sea poco serio que un señor tan mayor, y en estos tiempos, escriba versos. Ejerzo de poeta menor de provincias.
-¿La poesía también es de provincias?
-Muchos dicen que es el arte mayor de la literatura, pero está pasando por una época difícil, un poco como el cine español. No tiene demasiados seguidores, aunque hay poetas como Karmelo Iribarren que están reintegrando a la gente en la poesía, que además es un género que se adapta muy bien a internet, y ahí está teniendo una difusión muy amplia. Quizás si sea un poco de provincias, en el sentido de que es mucho más íntima y particular, y lo contrario del cine, que se hace entre muchos.
-¿Escribe mucha poesía, o sólo esporádicamente?
-Acumulo muchas notas, frases, palabras que cuando surgen veo si sirven para un poema o para una película. Trabajo mucho los poemas a lo largo de años, incluso, vuelvo a ellos, los corrigo una y otra vez, con enorme autocensura.
-¿Cómo toman forma de libro los incluidos en 'Moscas en los incunables'?
-Por el interés de la editorial Huacanamo en publicar una serie de libros de poetas de Donostia, conocían mis dos libros anteriores, y pensé que corrigiendo, quitando y pasando el hacha, podía quedar un libro pequeñito.
-¿Por qué tenían en Barcelona ese interés por los poetas donostiarras?
-Es que aquí hay una cabeza visible, que es Karmelo Iribarren, para mí uno de los grandes poetas vivos, que hace una poesía comprensible y directa, que creo que es una línea en la que estamos los cinco que publica Huacanamo. Me parece muy curioso para bien que en Barcelona se interesen por los poetas de Donostia que escribimos en español. Creo que todos los libros son interesantes y tienen en común una poesía directa e inmediata, nada hermética, transmiten a través de lo cotidiano sensaciones que el lector va a reconocer.
-El suyo comienza con ese poema emocionante y autobiográfico, 'Cabanon'. ¿Todo el libro tiene algo de autobiografía?
-Ahí reivindico una manera de estar en el mundo, me reivindico como nómada, o ciudadano del mundo. Nací en Francia, hijo de emigrantes de aquí. Luego fui a Pamplona, vivo en San Sebastián, pero por mi trabajo me tengo que mover mucho... Es una manera de contarte a ti mismo a través de lo íntimo, de lo particular, lo que te ha hecho. En Francia mamé mucha cultura que me ha influido enormemente. El cine y la literatura de Francia son para mí muy importantes. Y ha sido un regalo, con todas sus complicaciones, ser un poco extranjero, porque para estar en el mundo te enseña más de lo que te quita. El libro no es un recorrido por mi vida, aunque hay elementos biográficos, no solo míos, sino también de eso que se llama el 'personaje poético'. Son observaciones, miradas, que no cabían en películas. Suelo decir que la poesía, de todas las artes literarias, es la que más se parece al cine, porque al menos los guionistas y los poetas compartimos el trabajo con la metáfora, la síntesis, y el montaje, porque la poesía también es un trabajo de montaje. Me ayudó mucho haber escrito poesía a la hora de empezar a escribir guiones.
-Y las cuatro partes de 'Moscas incunables' se abren con otros tantos diálogos...
-Ya usé esa estructura en el anterior libro, con diálogos extraídos de la vida cotidiana, o inspirados en ella, y creo que funciona.
-También hay una cita de Baroja.
-Soy devorador de Baroja, me gusta mucho su parquedad, su sequedad, su nivel de concreción, lo divertido que suele ser.
-A veces se tacha la prosa de Baroja de descuidada, poco trabajada... ¿No es usted amigo de las perfecciones?
-Es que la vida está llena de imperfecciones, y lo que hacemos se tiene que parecer mucho a la vida para de alguna manera desfigurarla. Y la vida es parca explicaciones, es imperfecta, oscura y equívoca. En los guiones o los poemas intento reflejar eso.
-¿Como guionista prefiere situarse a la sombra? Porque no ha aparecido en las presentaciones de 'No habrá paz para los malvados', aunque trabaja codo con codo con Enrique Urbizu.
-Es que el guionista no tiene que estar en primera línea de fuego. No somos más que una parte, aunque sea importante, del equipo que hace la película. Somos técnicos especializados en escribir emociones, digámoslo así. El director tiene que vender la película, tiene que acompañar su viaje, y a mí me parece estupendo. Como dice Enrique, y creo que tiene mucha razón, la autoría está en la puesta en escena. Y por lo tanto el director es el autor, y es el que tiene que recibir el foco. Yo no me siento maltratado por no estar en ese foco, al contrario, creo salgo demasiado, ya ves.
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